Por Carlos Páez de la Torre H
19 Noviembre 2014
AMBROSIO COLOMBRES. Costeó necesidades de los patriotas en los tiempos de la Independencia. la gaceta / archivo
Hay una buena cantidad de patriotas de la primera hora, desconocidos y olvidados. Merece que se saquen a luz sus méritos, y que se bautice con sus nombres a calles y a escuelas. Un ejemplo, de entre tantos, lo constituye don Ambrosio Colombres. Nacido en 1792, era hijo de don José Colombres y Thames y de doña María Ignacia Córdoba, y por tanto hermano del célebre obispo José Eusebio Colombres. Se casó con doña María del Tránsito González.
En su documentado libro “La ciudad arribeña”, el historiador Julio P. Ávila lo rescata con elogio. Dice que don Ambrosio, “no siendo hombre de gran caudal”, aportó en 1815 la nada pequeña suma de 300 pesos, para que la expedición enviada al mando de Domingo French para reforzar al derrotado Ejército del Norte, que estaba detenida en Tucumán, pudiera seguir su marcha a Jujuy.
Asimismo, como subraya Nicolás Avellaneda, fue don Ambrosio quien, en 1816, costeó el viaje del diputado Miguel Calixto del Corro al Uruguay, cuando fue enviado por el Congreso de la Independencia en misión conciliadora ante José Artigas.
Colombres tenía unánime prestigio. Por eso el gobernador de Catamarca, a la hora de cubrir el cargo de Teniente Tesorero, en 1816, propuso “en primer lugar a D. Ambrosio Colombres, en segundo a D. Carlos Olmos y en tercero a D. Domingo Rivero”. Expresaba al poder central que “en estos tres individuos encuentro honor, pureza y capacidad, en tales términos que aquel que merezca la aprobación de V.E. se desempeñará fielmente”.
En su libro, Ávila publica una fotografía de don Ambrosio en sus últimos años. Se sabe que fue abanderado del Regimiento de Dragones de las Milicias Regladas y diputado a la Sala de Representantes en 1840, y que la comunidad indígena de Colalao lo nombró su apoderado.
En su documentado libro “La ciudad arribeña”, el historiador Julio P. Ávila lo rescata con elogio. Dice que don Ambrosio, “no siendo hombre de gran caudal”, aportó en 1815 la nada pequeña suma de 300 pesos, para que la expedición enviada al mando de Domingo French para reforzar al derrotado Ejército del Norte, que estaba detenida en Tucumán, pudiera seguir su marcha a Jujuy.
Asimismo, como subraya Nicolás Avellaneda, fue don Ambrosio quien, en 1816, costeó el viaje del diputado Miguel Calixto del Corro al Uruguay, cuando fue enviado por el Congreso de la Independencia en misión conciliadora ante José Artigas.
Colombres tenía unánime prestigio. Por eso el gobernador de Catamarca, a la hora de cubrir el cargo de Teniente Tesorero, en 1816, propuso “en primer lugar a D. Ambrosio Colombres, en segundo a D. Carlos Olmos y en tercero a D. Domingo Rivero”. Expresaba al poder central que “en estos tres individuos encuentro honor, pureza y capacidad, en tales términos que aquel que merezca la aprobación de V.E. se desempeñará fielmente”.
En su libro, Ávila publica una fotografía de don Ambrosio en sus últimos años. Se sabe que fue abanderado del Regimiento de Dragones de las Milicias Regladas y diputado a la Sala de Representantes en 1840, y que la comunidad indígena de Colalao lo nombró su apoderado.
Lo más popular
