Las novias celosas del alperovichismo

Las novias celosas del alperovichismo

Sin querer, Florencio Randazzo resumió al oficialismo tucumano en una sola frase. Porque el ministro de Interior y Transporte de la Nación, cuando tildó de “novia celosa” a José Alperovich por refunfuñar sobre el ninguneo del que había sido víctima, bien podría haberse referido también a cada uno de los noviecitos que arman y desarman parejas con tal de llegar al altar en 2015.

Es en San Miguel de Tucumán en donde más difícil les resultará a los pretendientes oficialistas casarse vestidos de blanco en las próximas elecciones. En este distrito, a los cortejos entre dirigentes sobrevienen inmediatamente las traiciones, y ninguno puede sentirse puro y casto. A la deriva desde que el amayismo se hizo a un costado, los principales referentes alperovichistas de la capital intercambian parejas, como en esas series norteamericanas de televisión. Es que en los celos y en el hartazgo de la convivencia está la génesis de los grupos Terraza y Frontón.

El riesgo al divorcio definitivo con la sociedad está latente en la Capital, más aún luego de que Alperovich escogiera como candidato a intendente a Pablo Yedlin, según admiten las encuestas y perciben en los barrios los propios referentes territoriales. Si el ministro de Salud no logró percatarse de que había autorizado pagos a una fundación trucha, cómo podría actuar como guía espiritual para calmar a dirigentes enardecidos. El desbarajuste, dicen, comenzó a profundizarse luego de que el concejal Ramón Cano rechazara ir como segundo del legislador Guillermo Gassenbauer. Pero es el armado de la lista del Frente para la Victoria lo que terminó por romper el debilitado amor para dar paso a la política swinger. Mientras los miembros de Terraza (Gassenbauer, Carolina Vargas Aignasse y Marcelo Caponio) quieren una nómina oficial de candidatos con privilegios y se sienten con derecho a moldearla, los Frontón (Cano, Armando Cortalezzi, Rolando Alfaro e Ignacio Golobisky) reclaman una lucha equitativa mediante acoples o bien internas partidarias para cargos de legisladores y concejales. Sin terapia de pareja a la vista, entonces aparecen los nuevos matrimonios por conveniencia. Por ejemplo, el que intentan consolidar la secretaria General de la Gobernación y el secretario de Saneamiento, Carlos Assán. El acuerdo comprendería una lista de ediles con la dupla Vargas Aignasse-Assán y una de legisladores con el orden invertido: Sara Assán-Emiliano Vargas Aignasse. En el medio de la división de bienes, hay un popurrí de dirigentes que escuchan y asienten con la cabeza las barbaridades que dicen los Frontón de los Terraza, y viceversa. En esa lista están Ramiro González Navarro (como presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara siente que hizo méritos para pedir repetir en la cúspide de la lista oficialista), el concejal José Ramos, el legislador Alfredo Quinteros y los primos Juri, cercanos al propio Juan Manzur.

En donde sí está resuelto que habrá nóminas oficiales es en el interior, y Alperovich está decidido a apoyarse en la estructura institucional para celar de cerca al acople parainstitucional que se gesta en el Oeste. Así, tanto la lista de legisladores como las postulaciones de intendentes se definirán en la Casa de Gobierno. Para la Cámara picaron en punta el ¿lopecista? Luis Moghenstein por el Oeste y Zacarías Khoder por el Este, como cabezas de lista. En el caso de las intendencias de la zona pedemontana, hay algunas más definidas que otras. En Tafí Viejo la prioridad de la fórmula Manzur-Osvaldo Jaldo es Alejandro Martínez; en Monteros, la diputada María del Camen Carrillo (esposa del intendente Alberto Olea). Más sangrienta será la elección, por ejemplo, en Concepción (se pelean Franco Morelli, el edil Mario Carrier y el legislador Iván Llorens Dip); y en Famaillá, donde pugnan Alcides Salomón, Miguel Robledo y el legislador de La Cámpora Jesús Salim. Precisamente, la organización kirchnerista tuvo un plenario el viernes en Buenos Aires. Allí, Andrés “Cuervo” Larroque bajó línea a los representantes norteños: evitar que el intendente Domingo Amaya deje el kirchnerismo y disputar espacios de poder en la próxima renovación de autoridades del Partido Justicialista tucumano.

Se ve, en esta provincia hay decenas de pretendientes celosos que, en realidad, persiguen a una novia fugitiva: el poder después de 2015.

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