En tiempos de baja renta, hay que sumar tecnología

En tiempos de baja renta, hay que sumar tecnología

EFECTOS DEL CLIMA. La intensa sequía afectó la estructura de costos de los productores sojeros del NOA. reuters (archivo) EFECTOS DEL CLIMA. La intensa sequía afectó la estructura de costos de los productores sojeros del NOA. reuters (archivo)
16 Noviembre 2014
La actual campaña de soja presenta complicaciones. Esta situación se refleja en el ánimo de los productores, y está relacionada con la pérdida de márgenes de rentabilidad. La siembra en un campo arrendado registra un margen negativo, mientras que en un campo propio, brinda la posibilidad de alcanzar niveles de rentabilidad, siempre y cuando el clima acompañe.

Este panorama describe Mario Devani, coordinador del Programa Granos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), quien señala que la situación del sector sojero determinaría que una significativa superficie destinada al cultivo quede sin sembrar. “Los lotes en arriendo quedan fuera del circuito y, entre los productores con campo propio, algunos tienen la intención de no efectuar la siembra, en especial en aquellos lotes que durante los últimos diez años arrojaron un rendimiento promedio inferior a entre 2.000 y 2.500 kilogramos por hectárea”, remarca Devani.

El ingeniero afirma que alrededor de un 20% o un 30 % de la superficie del NOA quedará sin sembrar. Sin embargo, advierte que la clave de la campaña que viene será la incorporación de tecnológica en los procesos de cultivo. “Si analizamos la ecuación de rentabilidad, se observa que es el resultado del precio del grano, multiplicado por el rendimiento, menos los costos de producción. El precio no se puede manejar porque es internacional. Tampoco pueden manipularse los costos, porque después de tres años de sequía los productores vienen ajustándolos, de modo que sólo pueden trabajar en el rendimiento”, aclara.

Según Devani, el rendimiento de los campos tiene dos caras: una ambiental y otra tecnológica. Sobre la primera, asegura que pese a las altas temperaturas, la campaña venidera será relativamente normal por las lluvias. En cuanto a la tecnología, el experto considera que es el único elemento sobre el cual los productores pueden avanzar en detalle, para alcanzar altos potenciales de rendimiento. “Cuanto más nos alejemos del punto de indiferencia (los kilos de cosecha necesarios para pagar los costos, estimados entre 2000 y 2.300 kilos en campos propios) mayor será el plus de ganancia”, subraya.

El especialista de la Eeaoc sostiene que incorporar tecnología en el cultivo de soja implica sumar “buenos manejos en diferentes aspectos”. “Hoy es clave el nivel de humedad de los suelos. Estamos a inicios de campaña y todavía las lluvias son insuficientes. Hay alrededor de 40.000 hectáreas con garbanzo y otras 80.000 o 100.000 con trigo. En estas condiciones los perfiles están vacíos”, recalca.

Ante este escenario, Devani recomienda acumular humedad en el suelo de los campos para que, dependiendo de la zona, recién se comience con la siembra. En el área pedemontana de Tucumán, afirma el especialista, esto se podrá hacer después de acumular alrededor de 150 milímetros de agua en el perfil, para efectuar la siembra en a comienzos del diciembre. En zonas menos favorecidas, aclara, la recomendación es prolongar diez días la siembra, acumular agua y empezar a sembrar desde mediados de diciembre en adelante.

El ingeniero advierte que la respuesta está en los barbechos que, además de resguardar el agua y los nutrientes almacenados en el suelo, permitirán contrarrestar el consumo de agua y de nutrientes que provocan las malezas. “Después de la primera o de la segunda lluvia intensa hay que aplicar herbicidas en los lotes. Esto es primordial para campos con presencia de malezas resistentes al glifosato. En la aplicación del barbecho, si no hay elevado porcentaje de plantas verdes, lo recomendable es incluir un pre-emergente porque, en general, es el momento más adecuado para controlar las malezas”, señala el profesional.

El uso de técnicas como la inoculación, la utilización de pulverizantes y la aplicación de agroquímicos y de coadyuvantes son herramientas vinculadas con la tecnología de los campos. Devani insiste con que la presente campaña es tecnológica. “La suma de buenos manejos es clave para llegar al máximo potencial de rendimiento”, concluye el experto.

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