"Si Judas traicionó a Jesús, acá puede pasar cualquier cosa"

Quizá no durmieron bien. Si hasta la medianoche estuvieron llamándose, enviándose mensajes a través de WhatsApp. Los unos, tenían ante sí la oportunidad de torcerle el brazo al oficialismo de Yerba Buena. Nunca antes habían estado tan cerca -decían-. Los otros no iban a rendirse. Así que, cuando ocuparon sus bancas, el nerviosismo se les notaba en el cuerpo: en las miradas entre ellos, en las piernas moviéndose por debajo de las mesas, en las posturas crispadas. El Concejo Deliberante de esa ciudad renovó ayer sus autoridades, en una votación en la que se impusieron los ediles afines al intendente Daniel Toledo.

El macrista Pedro Albornoz Piossek y el massista Mauricio Marcoccia les dieron sus votos al toledismo, pese a que, unas semanas atrás, habían sido parte del grupo de siete concejales que desafió al intendente y protagonizó una reunión opositora, pública. Desde ese encuentro, venían negociando entre sí una propuesta que los contentara. Esa fórmula fue la que postuló en el recinto Marcelo Albaca, del Partido de los Trabajadores. La presidencia iba a ser para Javier Jantus. En la viceprimera estaría Antonio Pisano, y en la vice segunda, Albornoz Piossek. Desde la vereda contraria, el justicialista Luciano Villegas candidateó a los actuales presidente, Antonio Caferro, y vice, Juan Canseco, y postuló a Albornoz Piossek.

Los opositores reaccionaron con gestos de sorpresa (brazos abriéndose hacia los costados) e insinuaciones (una mano cerrada golpeando sobre la palma de la otra, abierta) al oir la fórmula proclamada por Villegas. Más grande fue su reacción al escuchar que el macrista y el massista daban sus votos a esta moción, que también fue apoyada -claro está- por Villegas, Caferro, Canseco y Dora Bianco, la ex concejala opositora devenida en funcionaria que regresó al cuerpo.

Pocas veces el humilde edificio del Concejo yerbabuenense había estado tan lleno de gente como en esta reunión. Así que, cuando se produjo la votación, desde la zona destinada al público se oyeron silbidos, aplausos y hasta insultos. “¡Gato, decí cuánto te han puesto!”, le gritaron a Albornoz Piossek. También Albaca mencionó el asunto. “Me parece llamativo que el 70% de los proyectos incluidos en el orden del día sean suyos. Me gustaría preguntarle si esos son los únicos favores que recibió”, indagó al macrista. El atrevimiento fue fustigado por Villegas, quien pidió la palabra para aclarar que no hubo ningún arreglo. Y expresó: “si Judas traicionó a Jesús por unas monedas, acá puede pasar cualquier cosa. Le recuerdo a Albaca que él mismo fue oficialista hace unos meses”.

Otro episodio convulsionado se produjo cuando los ediles trataron un proyecto de ordenanza -que aprobaron- para la donación de terrenos en San José a una cooperativa de trabajo, con el objeto de que allí se construyan viviendas.

“¡Gorila! Más vale que tengas pruebas. Te voy a denunciar. Salí. Te espero afuera. A ver si te animás solo”, le gritó el dirigente peronista Pedro “Cacerola” Valdez al radical Mariano Campero, luego de que este formulara objeciones a la iniciativa.

El concejal había solicitado que el proyecto volviera a comisión. “Los terrenos fiscales deben ser cedidos con transparencia. Lamento que las personas que forman parte de esta cooperativa hayan sido engañadas, porque hace varios años que Valdez vendió esos terrenos, de modo irresponsable. Ahora, para salvar esa situación, se quiere aprobar una ordenanza”, dijo.

Quien respondió fue la edil Dora Bianco. “Cuando se hacen denuncias hay que tener pruebas y el coraje para llevarlas a la Justicia. Este proyecto está dando vueltas desde hace dos años”, alegó.

Valdez fue electo en tres ocasiones como concejal y en 2007 asumió como director en la Secretaría de Obras Públicas. En enero de 2008, la casa de un hijo suyo, José Augusto Valdez, fue allanada por la Justicia, en el marco de la investigación por proliferación de licencias de remise truchas. Actualmente, es asesor del presidente del Concejo, Caferro.