Federer dio otra muestra de su llama inextinguible

Federer dio otra muestra de su llama inextinguible

MERECIDO. Roger besa el trofeo que ganó en buena ley. MERECIDO. Roger besa el trofeo que ganó en buena ley.
Y lo hizo. Otra vez. A los 33 años, tal como si tuviera 25. Roger Federer es el campeón del Masters 1.000 de Shanghai tras vencer al francés Gilles Simon en el partido decisivo por 7-6 y 7-6. Desde hoy es, otra vez, el número 2 del ranking. ¿Y, quién se anima a contradecirlo?, luchará mano a mano con el serbio Novak Djokovic por terminar la temporada como el mejor de todos.

Recuerdo que para este tramo de 2013 especulábamos con la posibilidad de un Masters de fin de año sin su presencia. La llama de su talento parecía no resistir el paso del tiempo. Pocos le creían cuando afirmaba que su amor por el juego y su pasión por la competencia eran los mismos del primer día.

Hoy debemos rendirnos a sus pies. Como tantas veces. Federer es el jugador que más partidos ha ganado en la temporada; esos triunfos le permitieron sumar 4 nuevos títulos y llegar a 81 en su carrera; puede exhibir 12 victorias en 16 partidos contra jugadores top10; y aunque el año se le irá sin coronas de Grand Slam, final en Wimbledon y “semis” en Australia y Nueva York conforman un trío inalcanzable para la mayoría.

Nada mal por cierto. En 2014 su tenis luce adaptado a exigencias y necesidades. Siempre agresivo, hoy está más rápido para las resoluciones y más apoyado en “saque-drive-revés con slice- excursiones a la red”. Su cuerpo se exhibe resistente, a la vez que liviano y eléctrico para iniciar los desplazamientos. Y su combinación mente-corazón pone a la vista, como nunca antes, la virtud menos valorada de su juego a lo largo de su carrera: la voracidad competitiva. Aunque no parezca, Federer es un animal competitivo como han existido pocos. ¿Y, por qué no?, quizá esa sea la base en la que se apoya su capacidad de renovar objetivos, sostener motivaciones y disfrutar de algo rutinario, sin caer en la rutina.

La temporada no ha terminado. Quedan cuatro semanas demandantes, en las que Federer tiene mucho por ganar o perder. Nosotros, en cambio, sólo tenemos una única posibilidad: disfrutar del mejor de todos los tiempos, más allá del resultado.

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