12 Octubre 2014
FOTO TOMADA DE INFOPOLITICA.COM
BUENOS AIRES.- El oficialismo ingresó en un tenso debate interno entre un sector integrado por el sciolismo y el PJ más ortodoxo, que insiste en que la fórmula presidencial debe surgir de la competencia electoral en las PASO, y el ultrakirchnerismo, que impulsa una lista de unidad para sostener el liderazgo de la Presidenta más allá de 2015.
Legisladores cercanos a la presidenta, Cristina Fernández, entre ellos Carlos Kunkel y otros tres dirigentes -en privado-, se pronunciaron en favor de una “fórmula presidencial de unidad” para evitar que la competencia interna derive en una “anarquía” en el PJ y ponga en duda la conducción de la Jefa de Estado en el último año de mandato. En cambio, en el peronismo ortodoxo, sciolistas, intendentes, gobernadores y kirchneristas menos dogmáticos, aseguraron que “habrá competencia” de “dos o tres listas” para Presidente, y mencionan en la grilla a Daniel Scioli, Sergio Urribarri y Florencio Randazzo para que el ganador salga “fortalecido” frente a la oposición.
En ese marco, el sciolismo insiste con su estrategia de “competir” con otros candidatos en las PASO porque el mandatario bonaerense “está convencido de ganar y pretende salir legitimado” con el voto de la interna frente a sus principales rivales de la oposición: Mauricio Macri y Sergio Massa.
Por su parte, los otros precandidatos presidenciales como Urribarri, Randazzo, Julián Domínguez, Agustín Rossi, Aníbal Fernández, Jorge Taiana y Juan Manuel Urtubey sostienen que darán la pelea, pero en realidad esperan una definición de la jefa de Estado para, eventualmente, integrar una fórmula representativa de la Casa Rosada.
El escenario de competencia en las PASO -algo que sólo se dio una vez en el PJ con la interna entre Carlos Menem y Antonio Cafiero en 1988- también tiene un incipiente apoyo de gobernadores e intendentes que reclaman, en voz baja, una definición para comenzar a actuar en sus distritos frente a los avances de la oposición.
“Nadie sabe nada, no hay ninguna mesa de discusión ni de negociación de listas hoy. Eso dependerá de lo que resuelva Cristina que va a trazar el diseño electoral” y “armar la lista de diputados como hace siempre, una semana antes del cierre de listas con los que mejor midan”, opinó otra fuente ultra-K. Mientras, los sectores del PJ ortodoxo comenzaron en privado a deslizar sus divergencias.
La falta de una bajada de línea electoral por parte de la Presidenta para 2015, ya sea bendecir a uno de los ocho precandidatos presidenciales lanzados o consensuar una lista de unidad que aglutine a todos los sectores detrás de una fórmula, abrió una crisis en las segundas líneas del peronismo.
Intendentes y gobernadores temerosos del avance opositor, amenazan con “blindar” sus territorios y jugar su propia estrategia electoral.
Desde el ultrakirchnerismo temen que un triunfador en las PASO del Frente para la Victoria pondría al menos en duda, cuando no en riesgo, el liderazgo que mantiene la Presidenta sobre el peronismo oficialista en su conjunto.
Los operadores más cercanos a la Casa Rosada interpretan que un posible triunfo de Scioli en las internas derive en una “anarquía” en el PJ, que mantiene su lógica histórica verticalista.
Se trata de un problema de “super-estructura” en el funcionamiento del partido más importante del país: está en juego el liderazgo, admitieron las fuentes.
Legisladores cercanos a la presidenta, Cristina Fernández, entre ellos Carlos Kunkel y otros tres dirigentes -en privado-, se pronunciaron en favor de una “fórmula presidencial de unidad” para evitar que la competencia interna derive en una “anarquía” en el PJ y ponga en duda la conducción de la Jefa de Estado en el último año de mandato. En cambio, en el peronismo ortodoxo, sciolistas, intendentes, gobernadores y kirchneristas menos dogmáticos, aseguraron que “habrá competencia” de “dos o tres listas” para Presidente, y mencionan en la grilla a Daniel Scioli, Sergio Urribarri y Florencio Randazzo para que el ganador salga “fortalecido” frente a la oposición.
En ese marco, el sciolismo insiste con su estrategia de “competir” con otros candidatos en las PASO porque el mandatario bonaerense “está convencido de ganar y pretende salir legitimado” con el voto de la interna frente a sus principales rivales de la oposición: Mauricio Macri y Sergio Massa.
Por su parte, los otros precandidatos presidenciales como Urribarri, Randazzo, Julián Domínguez, Agustín Rossi, Aníbal Fernández, Jorge Taiana y Juan Manuel Urtubey sostienen que darán la pelea, pero en realidad esperan una definición de la jefa de Estado para, eventualmente, integrar una fórmula representativa de la Casa Rosada.
El escenario de competencia en las PASO -algo que sólo se dio una vez en el PJ con la interna entre Carlos Menem y Antonio Cafiero en 1988- también tiene un incipiente apoyo de gobernadores e intendentes que reclaman, en voz baja, una definición para comenzar a actuar en sus distritos frente a los avances de la oposición.
“Nadie sabe nada, no hay ninguna mesa de discusión ni de negociación de listas hoy. Eso dependerá de lo que resuelva Cristina que va a trazar el diseño electoral” y “armar la lista de diputados como hace siempre, una semana antes del cierre de listas con los que mejor midan”, opinó otra fuente ultra-K. Mientras, los sectores del PJ ortodoxo comenzaron en privado a deslizar sus divergencias.
La falta de una bajada de línea electoral por parte de la Presidenta para 2015, ya sea bendecir a uno de los ocho precandidatos presidenciales lanzados o consensuar una lista de unidad que aglutine a todos los sectores detrás de una fórmula, abrió una crisis en las segundas líneas del peronismo.
Intendentes y gobernadores temerosos del avance opositor, amenazan con “blindar” sus territorios y jugar su propia estrategia electoral.
Desde el ultrakirchnerismo temen que un triunfador en las PASO del Frente para la Victoria pondría al menos en duda, cuando no en riesgo, el liderazgo que mantiene la Presidenta sobre el peronismo oficialista en su conjunto.
Los operadores más cercanos a la Casa Rosada interpretan que un posible triunfo de Scioli en las internas derive en una “anarquía” en el PJ, que mantiene su lógica histórica verticalista.
Se trata de un problema de “super-estructura” en el funcionamiento del partido más importante del país: está en juego el liderazgo, admitieron las fuentes.
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