“Hay un cambio en el modo de vivir la vida sacerdotal”

“Hay un cambio en el modo de vivir la vida sacerdotal”

Muy cercano al papa Francisco, monseñor Villalba celebra sus 80 años con la vivencia de una Iglesia en ebullición

ELECCIÓN. Nacido en Buenos Aires, el arzobispo emérito Luis Héctor Villalba se quedó a vivir en Tucumán. la gaceta / fotos de antonio ferroni ELECCIÓN. Nacido en Buenos Aires, el arzobispo emérito Luis Héctor Villalba se quedó a vivir en Tucumán. la gaceta / fotos de antonio ferroni
12 Octubre 2014
Lo supo antes que nadie. Se lo confió apenas dos días después del memorable “¡habemus papam! “, cuando viajó a Roma para darle ese abrazo que nunca imaginó porque ambos pensaron que volverían a verse en Buenos Aires. Monseñor Luis Héctor Villalba fue uno de los más cercanos a quien el papa Francisco anticipó cuál sería el primer paso que daría: el nombramiento de ocho cardenales que lo acompañarían en el gobierno para aconsejarlo en forma permanente. El arzobispo emérito de Tucumán no necesitó esforzarse para adivinar los pasos siguientes ni mucho menos el camino el nuevo Papa ya ha emprendido en la iglesia Universal. Haberlo tenido de compañero en el Episcopado Argentino (el cardenal Jorge Bergoglio como presidente y él como vicepresidente primero) durante seis años seguidos, tantos viajes compartidos a Roma, tantas horas de trabajo y charlas de amistad, hacen imposible no conocer en detalle el modelo de Iglesia que se dibuja en el corazón de Francisco.

Pero monseñor Villalba jamás revelará el boceto. Prudente hasta el extremo, humilde al punto de no contarle a nadie que ayer fue su cumpleaños número 80. Sólo ofició una misa en la iglesia de la Santa Cruz que conduce pastoralmente desde que dejó de ser arzobispo de Tucumán en 2011. Allí, dice él, se quedará hasta que le toque viajar “a la Casa del Padre”. Ya todos sus afectos están en esta provincia que adoptó hace 15 años. Hasta hizo traer los restos de sus padres y de su hermana menor para tenerlos a todos juntos en un cementerio de Tucumán. Vive con su hermana mayor y pasa sus días oficiando misa diaria, visitando enfermos, confesando, dictando seminarios para el clero en Cafayate, en Orán, Catamarca y todo lugar donde lo inviten. Como buen porteño, activo, inquieto, no para, aunque se lo ve más tranquilo y hasta con un par de kilos más.

Sonriente, recibe a LA GACETA en la iglesia de avenida América casi esquina Corrientes, que depende pastoralmente de la parroquia de San Martín de Porres. En su iglesia funciona Cáritas, grupos de Catecismo de Primera Comunión y Confirmación, se reza la novena y se oficia misa de lunes a sábado a las 19.30 y domingos a las 9.30.

- ¿Sigue en el Episcopado?

- Sigo perteneciendo a la comisión episcopal de Ecumenismo que preside monseñor Carlos Ñáñez. Hay una reunión a mitad de año en Córdoba y otra con todos los responsables del Ecumenismo que este año se hizo en Paraná y después otras dos junto con las asambleas del Episcopado. La próxima será en noviembre.

- ¿Cree que era necesario que viniera Francisco?

- Es una obra de la Providencia que tiene dos momentos: primero fue el acto de humildad de Benedicto XVI, tomando conciencia de que sus fuerzas no daban más. Es un ejemplo de humildad porque no siempre nos damos cuenta de que no podemos asumir una tarea. Y segundo que le abrió la puerta al cardenal Bergoglio para que pudiera asumir. Es excepcional. Lo conozco bien, un hombre sencillo, simple, muy cercano a la gente, sin protocolo, muy fraterno, con una gran capacidad de discernimiento. Es un hombre misericordioso, es el estilo de Jesús.

- Muchos cambios usted ya se los venía venir...

- El está haciendo un cambio de estilo más que nada, no es que el Papa nos va a cambiar la doctrina, pero sí la forma de relacionarse con la gente, una iglesia más cercana al pueblo, al pobre, a los problemas de la gente y eso lo estamos viendo, es un hombre que asume los problemas y no les tiene el miedo. El ejemplo es el sínodo extraordinario de la familia y el año que viene será el sínodo ordinario. El ya dijo cual debe ser el estilo sacerdotal: ser sencillos, cercanos a la gente, no hacer carrera… Hay un cambio en el modo de vivir la vida sacerdotal.

-¿Hacia dónde va la Iglesia? ¿En qué consiste la descentralización?

- Ese es un tema que parte del Concilio Vaticano II. Internacionalizar la curia es un concepto que empieza con Pablo VI cuando empiezan a incorporarse obispos de todo el mundo a la curia romana. Antes estaba todo muy centralizado en Roma. Lo que él hizo es dar más participación a los obispos. De hecho es Pablo VI el que crea los sínodos a partir del Vaticano II para reunir a representantes de todos los episcopados del mundo y asesorar al Papa. Francisco siguiendo a Juan XXIII y a Pablo VI quiere seguir con la línea de descentralizar..., que los obispos no tengan que estar acudiendo siempre a Roma sobre todo en algunos temas administrativos o jurídicos. Y eso, va a ir bajando a todos los niveles, le tocará hacer al obispo en su diócesis y al párroco en la parroquia.

- Ahora hay una mayor participación del laico …

- Sí. más participación del laico y de las mujeres. Creo que vamos a hacia eso.



- Algunos cardenales que están asustados por los cambios…

- Bueno, siempre pasa eso. Frente al cambio la reacción espontánea es retraerse o abrirse. Es la naturaleza del hombre. Es lo que paso con el Concilio Vaticano II, y creo que está bien que suceda eso para equilibrar las cosas. Cuando el Concilio propuso renovar la liturgia o dejar de lado el latín, o que las mujeres sean ministros de la comunión, muchos reaccionaban porque hay gente más predispuesta que otra. Habrá algunos que la posición del Papa los descoloca y otros que la estaban esperando.

- ¿ Qué espera para el papa Francisco?

- Que Dios le dé salud y fuerza porque cumple 78 años, que no son pocos para el ritmo que él lleva. El desgaste es muy grande. Que Dios le dé fuerza espiritual y física hasta cuando Él diga

-¿En general, es buena la salud del Papa?

- Tuvo un problema en un pulmón de estudiante, pero está bien. Es un hombre austero y ordenado con sus comidas, se cuida.

- ¿Cuál es el cambio que usted más espera?

- Es este, una iglesia con el estilo pastoral de Jesucristo, Él es el modelo: un pastor muy cercano a la gente, un pastor itinerante, que cuando lo querían retener decían no, tenemos que ir a otro lado, un pastor misericordioso, sobre todo con los pecadores, un pastor humilde y caritativo, cercano al pobre y al que sufre. Y es lo que el Papa siempre nos recomienda, cuidar a los niños y a los ancianos. Una iglesia que asuma este estilo pastoral de Jesucristo.

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