Cano, el Cupido del peronismo

Cano, el Cupido del peronismo

En el peronismo local hay aroma a unidad, a consenso. Quienes a diario recorren los despachos oficiales han comenzado a percibir ese olor que no se puede explicar con palabras, pero si con gestos. Y lo que pasó ayer en el Concejo Deliberante de la capital es una muestra en miniatura de lo que podría ocurrir el próximo año, con vistas a las elecciones generales de agosto.

Durante la década kirchnerista, el cuerpo legisferante capitalino se transformó en una caja de resonancia de la política provincial. La relación cuasi marital entre el gobernador, José Alperovich y el intendente Domingo Amaya, siempre repercutió en el Concejo.

Ayer, los 12 concejales que conforman el bloque del Frente para la Victoria (FpV) y el massista Esteban Dumit, avalaron a Ramón Santiago Cano como presidente del cuerpo por undécima vez.

Paralelamente se produjo otro hecho significativo que abona la posibilidad de que alperovichistas y amayistas transiten juntos por el sendero electoral. Karina Rabolini, esposa del gobernador de Buenos Aires, se reunió con alperovichistas y amayistas por igual, sin especular sobre el internismo local. A esta altura, está más que claro que el candidato -¿forzoso?- de Cristina Fernández será Daniel Scioli. Y que los referentes del kirchnerismo local para la gobernación son Juan Manzur y Amaya. No por nada Alperovich le pidió a su ministro Osvaldo Jaldo que “acompañe” a Manzur en las recorridas proselitistas. Pero nunca le dijo que es un número fijo para integrar la fórmula junto al ministro de Salud de la Nación. ¿Pero qué ocurrió en el peronismo en estos días para que se empezara hablar de unidad? La respuesta tiene nombre y apellido: José Cano. Su buen posicionamiento en las encuestas le hizo crecer las alas y cada vez más se parece a Cupido. Ese personaje de la mitología romana que hacía enamorar, y en este caso aunque sea por el espanto, a quienes alguna vez se odiaron.

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