Descolocados ante el tormento

Descolocados ante el tormento

No fue una semana fácil para la Policía. El video de la tortura que llevaron adelante dos miembros del 911 los descolocó. La primera respuesta fue un escueto comunicado, en el que ni siquiera se reconocía la veracidad de la filmación. Los apremios ilegales llegaron a medios internacionales. El siguiente paso de las autoridades fue encontrar rápidamente a los presuntos autores de los vejámenes y ponerlos a disposición de la Justicia. La fiscala Rivadeneira avanzó con la detención de otros dos policías, que son los que trasladaron al aprehendido torturado a la comisaría. Estos efectivos aseguran que nada tuvieron que ver con la tortura.

Otro fiscal, Herrera, detuvo a un policía acusado por el robo de un celular, y pidió lo mismo para el jefe de la seccional 5ª por no haber recibido la denuncia. La Justicia ya había metido la cola, decisiones del nuevo ministro fiscal mediante, en la inseguridad en barrio Sur, en un plan para compactar motos secuestradas y en la informatización de las comisarías. Las autoridades de Seguridad hablan de una complicidad judicial-mediática para minar la imagen de una Policía que se esfuerza por levantar el aplazo de los saqueos de diciembre. Varios de los efectivos detenidos, posiblemente, quedarán libres dentro de poco. Pero el daño, consideran, ya está hecho.

Los defensores oficiales cuentan que los “excesos policiales” son moneda corriente en cada detención, y así lo dejan expresado en las fiscalías. Pero como no se sabe si el “ladrón” exagera para lograr “zafar”, salvo que las lesiones sean evidentes, nada pasa. Una solución de fondo sería poner en funcionamiento los mecanismos de prevención de la tortura creados por ley. Pero prefieren mirar para otro lado.

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