05 Octubre 2014
El concurso “problemático” del Consejo Asesor de la Magistratura (CAM) ha sido objeto de un nuevo cuestionamiento. Esta vez, la selección de un juez para la Cámara en Familia y Sucesiones de esta capital recibió críticas por parte de las tres vocales de ese estrado, Ester Valderrábano de Casas, Marta Paz de Centurión y Graciela Valls de Romano Norri. Por escrito, las juezas reprocharon la falta de especialización de Alberto Acosta, integrante del jurado que representa a la magistratura en su carácter de camarista en lo Civil y Comercial Común.
“Tal y como lo establece el artículo 19 del reglamento interno del CAM, requerimos que consideren la posibilidad de designar a los miembros del tribunal evaluador teniendo en cuenta la especialidad que requiere el cargo en trámite de cobertura, cuestión esta que el CAM siempre ha observado recurriendo, incluso, a la convocatoria de jurados de otras provincias para garantizar la especialidad y la idoneidad”, dijeron las camaristas en la nota dirigida a Claudia Sbdar, presidenta del CAM, y, en especial, a Eudoro Albo, consejero titular por los jueces. Las remitentes expresaron que, como miembros del cuerpo colegiado implicado en la cobertura, tenían especial interés en que el concurso sea sustanciado con las mejores condiciones objetivas. “Es por ello que solicitamos la reconsideración de la designación del tribunal evaluador, de modo tal que la especialidad exigida por el reglamento se vea satisfecha”, añadieron y sugirieron el nombramiento de un cuarto jurado.
Cinco días después de recibir la misiva, el 23 de septiembre pasado, el CAM resolvió “tener presente” el punto de vista de las magistradas mediante el acuerdo que firmaron los consejeros Sbdar, Albo, Antonio Bustamante, Marcela Ruiz, Graciela Suárez, Adriana Najar, Raúl Martínez Aráoz y Federico Romano Norri (esposo de la camarista Valls). En los hechos, tales palabras implicaron una ratificación del jurado elegido puesto que el concurso siguió adelante y, el 26 de septiembre, los aspirantes a camaristas de Familia y Sucesiones rindieron la prueba escrita (algunos inscriptos cercanos a las autoras de la nota, como Diego Trabadelo y Ana Josefina Fromm, no se presentaron a rendir). Desde el 29 de septiembre, dichas evaluaciones están en poder del tribunal compuesto por el letrado Marcelo Fénik; el juez Acosta y la académica Marisa Graham.
Concurso “conjurado”
Aunque parezca mentira, esta es la quinta vez que el CAM intenta cubrir el despacho de la Sala I de la Cámara en Familia y Sucesiones, que es la última vacante originaria (previa a la creación del órgano) y la única que “se resiste” a ser llenada. El primer fracaso data de 2010, cuando, a partir de un concurso múltiple (luego derogado por una enmienda a la Ley 8.197), salieron tres nombres para tantas vacantes (Paz de Centurión, Valderrábano de Casas y Juan Justo Daniel De la Torre), pero el gobernador José Alperovich designó sólo a las dos primeras (en la Sala II de la Cámara de Familia y Sucesiones) y nada dijo -ni hizo- respecto del tercer nombre y cargo. Luego, los nuevos llamados de 2011, 2012 y 2013 no generaron candidatos en cantidad suficiente para armar la terna (como el sustantivo lo indica, requiere de tres postulantes). Con la pretensión de romper el “conjuro”, el año pasado el CAM decidió que el jurado (a cargo de administrar y corregir la prueba) no esté integrado por camaristas de Familia. Dicho criterio, que hasta aquí y en el ámbito de esta vacante tampoco ha dado los resultados esperados, dejó afuera del tribunal evaluador a Valderrábano, Paz y Valls.
Según el acta de inscripción de la edición en curso, el cargo es pretendido por Andrea Segura, Sebastián Busquets, Ana Iácono, José Sale, Inés Barros, Isabel Nieva Conejos, Hugo Rojas, Amalia Barrionuevo, Reymundo Bichara, Víctor Carlos, Eleonora Méndez, Valeria Brand, Constanza Barros, Claudia Albornoz, Ramiro Albarracín, Elena Fernández Posse, Carlos Molina, Alicia Carranza y Rodolfo Baza.
“Tal y como lo establece el artículo 19 del reglamento interno del CAM, requerimos que consideren la posibilidad de designar a los miembros del tribunal evaluador teniendo en cuenta la especialidad que requiere el cargo en trámite de cobertura, cuestión esta que el CAM siempre ha observado recurriendo, incluso, a la convocatoria de jurados de otras provincias para garantizar la especialidad y la idoneidad”, dijeron las camaristas en la nota dirigida a Claudia Sbdar, presidenta del CAM, y, en especial, a Eudoro Albo, consejero titular por los jueces. Las remitentes expresaron que, como miembros del cuerpo colegiado implicado en la cobertura, tenían especial interés en que el concurso sea sustanciado con las mejores condiciones objetivas. “Es por ello que solicitamos la reconsideración de la designación del tribunal evaluador, de modo tal que la especialidad exigida por el reglamento se vea satisfecha”, añadieron y sugirieron el nombramiento de un cuarto jurado.
Cinco días después de recibir la misiva, el 23 de septiembre pasado, el CAM resolvió “tener presente” el punto de vista de las magistradas mediante el acuerdo que firmaron los consejeros Sbdar, Albo, Antonio Bustamante, Marcela Ruiz, Graciela Suárez, Adriana Najar, Raúl Martínez Aráoz y Federico Romano Norri (esposo de la camarista Valls). En los hechos, tales palabras implicaron una ratificación del jurado elegido puesto que el concurso siguió adelante y, el 26 de septiembre, los aspirantes a camaristas de Familia y Sucesiones rindieron la prueba escrita (algunos inscriptos cercanos a las autoras de la nota, como Diego Trabadelo y Ana Josefina Fromm, no se presentaron a rendir). Desde el 29 de septiembre, dichas evaluaciones están en poder del tribunal compuesto por el letrado Marcelo Fénik; el juez Acosta y la académica Marisa Graham.
Concurso “conjurado”
Aunque parezca mentira, esta es la quinta vez que el CAM intenta cubrir el despacho de la Sala I de la Cámara en Familia y Sucesiones, que es la última vacante originaria (previa a la creación del órgano) y la única que “se resiste” a ser llenada. El primer fracaso data de 2010, cuando, a partir de un concurso múltiple (luego derogado por una enmienda a la Ley 8.197), salieron tres nombres para tantas vacantes (Paz de Centurión, Valderrábano de Casas y Juan Justo Daniel De la Torre), pero el gobernador José Alperovich designó sólo a las dos primeras (en la Sala II de la Cámara de Familia y Sucesiones) y nada dijo -ni hizo- respecto del tercer nombre y cargo. Luego, los nuevos llamados de 2011, 2012 y 2013 no generaron candidatos en cantidad suficiente para armar la terna (como el sustantivo lo indica, requiere de tres postulantes). Con la pretensión de romper el “conjuro”, el año pasado el CAM decidió que el jurado (a cargo de administrar y corregir la prueba) no esté integrado por camaristas de Familia. Dicho criterio, que hasta aquí y en el ámbito de esta vacante tampoco ha dado los resultados esperados, dejó afuera del tribunal evaluador a Valderrábano, Paz y Valls.
Según el acta de inscripción de la edición en curso, el cargo es pretendido por Andrea Segura, Sebastián Busquets, Ana Iácono, José Sale, Inés Barros, Isabel Nieva Conejos, Hugo Rojas, Amalia Barrionuevo, Reymundo Bichara, Víctor Carlos, Eleonora Méndez, Valeria Brand, Constanza Barros, Claudia Albornoz, Ramiro Albarracín, Elena Fernández Posse, Carlos Molina, Alicia Carranza y Rodolfo Baza.
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