La estatización y el consumo, los pilares de Evo

La estatización y el consumo, los pilares de Evo

EXPANSIÓN. Santa Cruz de la Sierra se consolidó como el motor económico de Bolivia. la gaceta / foto de tobías fernández EXPANSIÓN. Santa Cruz de la Sierra se consolidó como el motor económico de Bolivia. la gaceta / foto de tobías fernández
“Mi salario me alcanza para mantener a mis dos hijos. Es cierto que mi esposa también trabaja, pero en los últimos cinco años, la economía se ha estabilizado en Bolivia. Antes, los precios estaban por las nubes y los sueldos no alcanzaban para nada. Hoy, los alimentos, la ropa y los servicios, por ejemplo, son accesibles”, afirma Esteban Juárez Mendoza, quien atiende un locutorio en el centro de Santa Cruz de la Sierra, una de las ciudades más pujantes del país. Héctor García Cuello, quien trabaja como agente de una empresa de seguridad, remarca que en la calle se percibe confianza en el rumbo económico, y que los bolivianos se muestran dispuestos a gastar y a consumir. “Mi sueldo me permite pagar los gastos básicos e incluso, el alquiler de mi departamento”, comenta el empleado. Por su parte, el taxista cruceño, Milton Cortez, advierte que con lo que gana cada mes puede mantener a su familia. Sin embargo, aclara que, en general, los bolivianos de clase media no disponen de recursos extras para el ahorro. “No nos sobra mucho, pero la economía del día a día se acomodó. Hace cinco años estábamos como ustedes (en referencia a la Argentina), con crisis y mucha inflación”, sonríe por el espejo retrovisor.

Para interpretar el momento económico de Bolivia, valen algunas ponderaciones con la realidad argentina:

• En las casas de cambio, por $ 1 argentino entregan 0,47 centavos de boliviano.

• Un dólar se ofrece a 6, 92 bolivianos, que equivalen a $ 14,72.

• El litro de nafta súper, que utiliza la mayoría de los automovilistas, se expende 3,74 bolivianos ($ 7,95). A los extranjeros les cobran 12, 60 bolivianos ($ 26,80).

• El pasaje de colectivo urbano vale 2 bolivianos ($ 4,25).

• Un corte de carne popular se vende en los súper a 20 bolivianos ($ 42,55).

• Un pollo cuesta 25 bolivianos ($ 53).

• El kilo de pan, 13 bolivianos ($ 27,65).

• Un litro de leche, 11 bolivianos ($ 23,40).

• Alquilar un departamento en las afueras de Santa Cruz de la Sierra cuesta entre 800 y 1.200 bolivianos ($ 1.700 y $ 2.500). Arrendar en el centro de la ciudad sale 2.000 bolivianos ($ 4.255).

El país vecino transita una recuperación sostenida. Con estímulos a las agroindustrias, principalmente de la región oriental, y mediante el aporte de unas 20 empresas estatizadas, especialmente del sector hidrocarburífero, el presidente Evo Morales halló una salida para dinamizar la economía y para controlar la inflación, uno de los problemas centrales que sufrían la economía.

A partir de allí, se estimularon la producción y las exportaciones. Según datos de la Fundación Exportar Argentina, el comercio internacional de Bolivia registró en 2012 un pico de U$S 11.359 millones. Entre 2003 y 2012, el incremento fue del 576%, con un alza interanual, entre 2011 y 2012, del 36,2%. En 2008, la crisis internacional recortó la demanda de minerales. Sin embargo, con China como socio comercial y con polítícas de fomento al consumo interno, el gobierno mantuvo equilibradas las cuentas. En la actualidad, el sector hidrocarburífero -en especial el gas- la extración minera y la agricultura -en particular la soja- son los pilares de una economía que, según analistas, registra, desde hace tres años, un crecimiento en torno al 6% o 7% anual. El consumo sostiene la actividad interna, e impacta en la recaudación tributaria que, según expertos, este año rondará los U$S 7.000 millones. Ésto representará el 23% del Producto Bruto Interno (PBI) y, de lograrse, se ubicaría por encima del promedio de América Latina, que es del 19%. Por otro lado, según el Instituto Nacional de Estadísticas de Bolivia (INE), la inflación acumulada durante los primeros ocho meses de 2014 fue del 3,8%.

El cónsul general de la Argentina en Santa Cruz de la Sierra, Daniel Baleirón, afirma que el modelo de desarrollo boliviano se debe, en gran parte, al impulso que proviene de las empresas estatizadas “En los últimos nueve años, el Estado nacionalizó más de 20 compañías, la mayoría hidrocarburíferas. Con lo cual parte de este crecimiento se debe a la administración de estos recursos para apuntalar la economía”, explica en diálogo con DINERO.

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