03 Octubre 2014
ESPECIAL. Arruabarrena afrontará su primer clásico como entrenador.
BUENOS AIRES.- La previa del Superclásico de este domingo a las 17.15, tiene una historia tan curiosa como interesante: Rodolfo Arruabarrena y Marcelo Gallardo, los actuales entrenadores de Boca y River, fueron compañeros en la escuela de técnicos de Vicente López, provincia de Buenos Aires.
En 2010, ambos se recibieron con buenas notas y cada uno siguió su camino, aunque ninguno pensó que se encontrarían tan rápido en un partido de tamañas características.
“El ‘Vasco’ abría la escuela. Había que llegar a las 19.30 y llegaba a las 19”, le contó al sitio web Cancha Llena, Luis Lescurieux, cofundador y director de la escuela. “Muy cumplidor y responsable. Siempre estaba bien predispuesto para la parte práctica, que no es muy común. Llegó a vestirse de ayudante para participar”, añade Jorge Castello, titular de la cátedra entrenamiento y preparación física.
“Marcelo era más callado, pero cuando hablaba era muy claro”, recordó Lescurieux. “Diferente al Vasco. Más pensante, más tranquilo, más callado, más introvertido”, agregó Castello.
Si bien este domingo, el partido será a dientes apretados, ninguno tiene antecedentes de exabruptos desde el banco de suplentes y eso se vio reflejado en las clases que ambos tomaron.
“Eran muy respetuosos entre ellos. Exponían sin esa rivalidad de River-Boca, sino desde el fútbol, desde su concepción”, explicaron ambos.
Ahora, será momento para que Arruabarrena y Gallardo expongan sus ideas en, quizás, la clase más difícil de su vida. (Especial)
En 2010, ambos se recibieron con buenas notas y cada uno siguió su camino, aunque ninguno pensó que se encontrarían tan rápido en un partido de tamañas características.
“El ‘Vasco’ abría la escuela. Había que llegar a las 19.30 y llegaba a las 19”, le contó al sitio web Cancha Llena, Luis Lescurieux, cofundador y director de la escuela. “Muy cumplidor y responsable. Siempre estaba bien predispuesto para la parte práctica, que no es muy común. Llegó a vestirse de ayudante para participar”, añade Jorge Castello, titular de la cátedra entrenamiento y preparación física.
“Marcelo era más callado, pero cuando hablaba era muy claro”, recordó Lescurieux. “Diferente al Vasco. Más pensante, más tranquilo, más callado, más introvertido”, agregó Castello.
Si bien este domingo, el partido será a dientes apretados, ninguno tiene antecedentes de exabruptos desde el banco de suplentes y eso se vio reflejado en las clases que ambos tomaron.
“Eran muy respetuosos entre ellos. Exponían sin esa rivalidad de River-Boca, sino desde el fútbol, desde su concepción”, explicaron ambos.
Ahora, será momento para que Arruabarrena y Gallardo expongan sus ideas en, quizás, la clase más difícil de su vida. (Especial)
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