Max Verstappen y sus 17 años probarán un Toro Rosso en Suzuka

Max Verstappen y sus 17 años probarán un Toro Rosso en Suzuka

El “niño” pidió un deseo y la escudería le abrió sus puertas.

EDUCADO ENTRE MOTORES. Con un papá ex F-1, y él piloto desde los siete años, el destino de Max estaba sellado. reuters EDUCADO ENTRE MOTORES. Con un papá ex F-1, y él piloto desde los siete años, el destino de Max estaba sellado. reuters
03 Octubre 2014
Hace tres días, Max Emilian Verstappen cumplió 17 años. De regalo para él, un F-1. No es una frase hecha, ni siquiera un juego para jactarse entre amigos. Este holandés, hijo del ex piloto de la “máxima” Jos Verstappen, se convirtió esta madrugada en el piloto de menor de edad que se haya subido a un bólido de la categoría, al ser convocado por Toro Rosso para participar de una de las pruebas libres programadas en el autódromo japonés de Suzuka. Mejor aún para él, este contacto oficial será sólo el comienzo, porque ya fue confirmado por el equipo italiano en su staff para la temporada 2015, en reemplazo del francés Jean-Eric Vergne.

Max dejará atrás el récord que batió el español Jaime Alguersuari, que debutó con 19 años en 2009. Pero a él eso poco le interesa. “Desde que tengo siete años, la F-1 era mi meta profesional así que esta oportunidad es de verdad un sueño hecho realidad”, dijo con soltura el corredor, a quien la Federación Internacional de Automovilismo le concedió una superlicencia para poder ensayar en Suzuka.

El papá de Max disputó 106 grandes premios entre 1994 y 2002, y era apenas un piloto “del montón”. Este jovencito de marras apunta a otra cosa. Sus antecedentes están on fire: desde que se subió por primera vez a un kart Rotax a los siete años no ha parado de ganar carreras y títulos. Entre otras cosas, se adjudicó el Mundial de go-karting en 2013 y suma ocho podios en 27 carreras en F-3 en 2014. En esta categoría está en la pelea por el título europeo.

Es tal la velocidad de su carrera deportiva que bien vale la pena señalar este detalle: en agosto de este año se unió a la Red Bull Junior Team (escuela de pilotos), luego de desechar una oferta similar de Mercedes. Y apenas seis días más tarde, Toro Rosso lo confirmó en su plantel 2015. De lujo.

“Trabajé mucho para llegar a la F-1, y pienso darlo todo. Tengo muchas cosas que ganar”, asegura Max. Como si hiciera falta confirmar sus ambiciones mediatas.

Del profesionalismo de Max habla un rumor: se dice que en los últimos tres meses se pasó entre diez y doce horas en el simulador de Red Bull, memorizando circuitos y practicando maniobras. Cuando toque pista, se sabrá de qué madera está hecho.

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