Los supuestos de 2015
Cristina Fernández ya dio indicios acerca de cómo se desenvolverá la gestión hasta el final de su mandato, en diciembre de 2015. En los papeles, ha previsto una fuerte contención del gasto público (algo que en buen romance se parece a un ajuste) y a una aceleración en materia de ingresos. Esto es por aquella ecuación clásica que reza que una sana administración financiera se basa en no gastar más de lo que ingresa.

Y esto supone que el Estado estará más activo que siempre en materia de recaudación. A la Argentina le faltan dólares y ahora van por más pesos para alimentar a un Estado que requiere no menos de $ 1,5 billón para sostenerse. Esto quiere decir que el Gobierno destinará casi $ 36.000 anuales por cada habitante ($ 8.000 más de lo pautado para este año). La mitad de aquella billonaria cifra se volcará a la atención de la seguridad social, según se desprende del proyecto de Presupuesto 2015, elevado por el Poder Ejecutivo al Congreso Nacional.

Obligado por las circunstancias inflacionarias y recesivas, la Casa Rosada tuvo que sincerar -en parte- la situación socioeconómica. Admitió que este año puede cerrar con un leve crecimiento del 0,5% y que la inflación (21,3% reajustada para este año) será muy superior a lo que viene midiendo el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), pero casi la mitad de lo que proyectan las consultoras privadas. Sin embargo, aún no sabe cómo empalmará los datos para difundir el dato de pobreza y de indigencia. Por caso, el mismo cálculo de ingresos y gastos nacionales da cuenta de que el Gobierno aguarda más pobres e indigentes para el último año de la administración de Cristina. En el folio 145 se proyecta un salto de las metas físicas de “Asistencia Alimentaria para Hogares Indigentes” de 14,09 millones en 2013 a 15,18 millones en 2014 y 17 millones el próximo año. Es más, se acelera el aumento porque se prevé un aumento del 7,7% en este año y 12% en el próximo, advierte un reciente informe de Economía & Regiones. Además, se proyecta más desocupación juvenil. En tal sentido, se prevé que un ejército de 1,6 millón de habitantes menores a 29 años goce un beneficio anual, un aumento de casi 150.000 subsidios desde 2013.

Más necesidad dineraria significa mayor emisión monetaria y, por qué no, más presión tributaria. De hecho, el proyecto de Presupuesto Nacional 2015 nada dice acerca de un reajuste en el impuesto a las Ganancias. Tal vez, en el camino y por cuestiones electorales, el Poder Ejecutivo se anime a retocar el mínimo no imponible o a disponer, a fines de año, que el medio aguinaldo no sea alcanzado por aquel tributo. Supuestos, solamente eso. Pero Ganancias aporta tres de cada 10 pesos a la recaudación. Las retenciones a las exportaciones se mantendrán y es posible que la Argentina siga viviendo con el cerco cambiario. Demasiadas tensiones para un 2015 de renovación de mandatos institucionales. Según los expertos, aumentará la carga sobre los asalariados y empresas porque el proyecto asume el supuesto de que los recursos tributarios del sector público nacional, sin provincias y municipios, se elevarán al equivalente a 30% del PBI, dos puntos porcentuales más que el 28% que estima para este año.

¿Qué sucederá en Tucumán? Hasta ahora, el Ministerio de Economía de la Nación no ha difundido el detalle de las partidas que se asignarán a cada distrito. Por de pronto, en la provincia hacen cálculos que el Gobierno federal puede llegar a girar cerca de $ 19.600 millones por transferencias coparticipables, es decir, el equivalente al 70% de los ingresos que precisará la provincia el año que viene. Así las cosas, también se mantendrá la política impositiva local. Puede que el gobernador José Alperovich decida reajustar el valor de las propiedades, como viene sucediendo. No hay que perder de vista que los funcionarios han advertido que aún está muy desactualizado el catastro y que hay margen para actualizarlo. A las moratorias tampoco hay que descartarlas. Todo suma y le sirve al político cuando se avecina un año de elecciones.

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