Tres testigos negaron que hubo tiros la noche que balearon a Caride

Respuestas poco concretas, preguntas y repreguntas, relatos imprecisos y escasa memoria caracterizaron la audiencia de ayer, en el juicio donde Rubén Marcelo Camisay está imputado por el delito de lesiones gravísimas agravadas por el uso de arma de fuego.

Camisay es el principal sospechoso de haberle disparado a Tomás Caride la madrugada del 21 de enero de 2012, cuando el adolescente de 16 años se retiraba de la fiesta que había organizado su hijo, Exequiel Camisay. Como consecuencia de ese balazo, la víctima no pudo volver a caminar y los médicos le diagnosticaron que iba a quedar parapléjico por el resto de su vida.

Fueron tres los testigos que declararon ayer ante el tribunal de la Sala I (integrado por Pedro Roldán Vázquez, Alfonso Zóttoli y María Elisa Molina). Se trata de Marcos Andrés García y Pablo Fortes, ambos invitados a la fiesta, y Camisay (h). La madrugada del hecho, un grupo de motociclistas se acercó a la casa de Camisay (en la esquina de Santa Fe y Esquiú) y comenzaron a lanzar piedras y botellazos porque no les permitían entrar. En medio de esos disturbios resultó herido García, a quien le produjeron un corte en un brazo.

El testigo relató que, cuando comenzó a sangrar, lo llevaron a la cocina para curarle la herida. Consultado sobre si había escuchado disparos, García contestó un rotundo “no”. Eso molestó a la camarista Molina, quien le advirtió que esa respuesta no coincidía con la declaración que hizo dos días después del hecho en sede policial. El presidente del tribunal también se detuvo en este punto. “Observo diferencias que usted no está sabiendo explicar”, remarcó. Sin embargo, García aseguró no recordar la sucesión de hechos con precisión y se retiró de la sala sin aportar mayores detalles.

Una situación similar se vivió con Fortes, cuyo testimonio tampoco coincidía con lo declarado cuatro días después de la fiesta. “Cuando comenzaron los incidentes, un hombre nos dijo que entremos a la cocina para que no nos pase nada”, contó el joven. Al principio, aseguró que no conocía a ese hombre. Pero después, ante la repregunta de Roldán Vázquez y las advertencias de incurrir en falso testimonio, terminó reconociendo que se trataba del dueño de casa.

A su turno, Camisay (h) aseguró que no conocía a Tomás. “Esa noche lo vi que andaba afuera en una moto, pero yo no lo iba a dejar entrar porque no era mi amigo”, sostuvo. Además, el hijo del imputado señaló que no escuchó ningún disparo. “Sé que tiraron cohetes porque al otro día, cuando limpié, vi que había restos de cohetes”, dijo.

El abogado querellante, Walter Ojeda, le preguntó a Camisay (h) si los días posteriores al hecho se había molestado en averiguar qué había pasado con ese chico herido (Tomás), a lo que el joven respondió: “no, porque para mí era uno más de los delincuentes que estaban afuera”.

Los seis testigos pendientes, antes de pasar a la etapa de alegatos, declararán hoy a partir de las 9.