Nunca se había hecho tanta televisión de calidad

Nunca se había hecho tanta televisión de calidad

“No quisiera estar en esta categoría”, apuntó Julia Roberts, un poco en serio, un poco en broma. Bryan Cranston, Matthew McConaughey, Woody Harrelson, Kevin Spacey, Jon Hamm y Jeff Daniels pujaban por el Emmy al mejor actor dramático. Lo ganó Cranston porque debía ser la noche de “Breaking bad”, pero lo merecían los seis. La profundidad de los personajes encarnados por los candidatos es tan excepcional como las series que los cobijaron durante la temporada pasada. Que la televisión vive una era dorada está lejos de ser un concepto remanido. La fiesta del Emmy subrayó la aplastante diferencia que marca hoy sobre el cine.

Mientras Hollywood exprime superhéroes y remakes, la televisión alberga los mejores guionistas, intérpretes y directores. Es un festín creativo que remite al cine de los 70, capaz de desarrollar exquisitas series, miniseries y películas en un paraguas bajo el que conviven todos los géneros. Desde policiales como “True detective” a sagas fantásticas (“Game of thrones”), comedias negras (“Orange is the new black”), intrigas políticas (“House of cards”) y jurídicas (“The good wife”); terror (“American Horror Story”), clásicos reinventados (“Sherlock”) y una nueva vertiente: las películas revisitadas con nuevos enfoques y mayor extensión. “Fargo”, tributaria del filme de los hermanos Coen, conquistó el Emmy a la mejor miniserie del año. Lo sintetizó Nic Pizzolatto, creador de “True detective”: “HBO me dejó escribir una película de ocho horas de duración”.

La pugna entre los canales de aire, las señales de cable y las producciones nacidas en internet (a Netflix le sigue Amazon como generador de contenidos) es secundaria para el público. Los programas que disputaron anoche el Emmy se ven cómo y cuándo el usuario lo elige; por TV, en una notebook, en un celular. Este histórico cambio de paradigma en los consumos culturales alimenta la competencia y empuja la rueda en el sentido de la calidad. Las audiencias son exigentes y atraparlas representa un desafío.

“Breaking bad” se despidió con cinco Emmys y la reputación de un clásico moderno. Su productor, Vince Gilligan, seguirá la historia por medio de un spin-off (“Better call Saul”). El canal AMC lamenta la baja del show, pero mantiene en su grilla “The walking dead”.

HBO perdió con “True detective” pero ganó con la incombustible Julia Louis-Dreyfus, prodigiosa protagonista de “Veep”. “Modern family” y Jim Parsons hicieron lo suyo, al igual que las enormes Julianna Margulies y Jessica Lange. El problema con tanta TV de excepción es ¿cómo hacer para ver todo y no sucumbir en el intento?

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