La educación es clave para luchar contra la basura

La educación es clave para luchar contra la basura

16 Agosto 2014
Decía Benjamín Franklin que sólo había dos cosas seguras en la vida: la muerte y los impuestos. Sin embargo, aquí en Tucumán, se podría añadir una tercera certeza: la basura. Y mientras muchos dirigentes, políticos, empresarios y sindicalistas proponen discutir la reducción de impuestos, sólo unas pocas voces hablan de la reducción de la basura. De hecho, el plan que puso en marcha el Gobierno provincial destinado a erradicar la mugre de los accesos a la ciudad, se está cumpliendo a rajatabla y con resultados más que satisfactorios. Incluso, hay otros sectores de la ciudad que también están limpiándose como el que se encuentra en Don Bosco al 3.600, donde había un basural que parecía eterno. Sin embargo, la actividad de los carritos sigue latente. Como alimentada por fuerzas invisibles, estos basurales móviles siguen siendo los virus que esparcen la infección de desechos por toda la ciudad. Ni siquiera las multas (una combi ya fue detenida en momentos en que arrojaba residuos) pueden frenar la actividad de los carritos. Se establecieron penalidades equivalentes al precio de la nafta súper expedida por YPF. Las sanciones pecuniarias, según se advirtió, se podrían incrementar de un mínimo de $ 600 a $ 1.200, y de un tope de $ 5.000 a $10.000. Sin embargo, con buen criterio, el intendente capitalino se opuso a que se multara a los carreros, a los que hay que concientizar y buscarles una mejor ocupación y manifestó su acuerdo con que se sanciones a los conductores de camionetas que arrojan residuos.

Hasta el momento se ha hablado mucho de castigos, pero muy poco de educación. La idea de construir asadores a la vera del Salí es buena, pero qué pasará con la higiene del lugar, ¿lo mismo que ocurre en otros lugares que quedan tapizados de basura? ¿Se limpiará primero el río para dar el ejemplo? Y una vez limpios todos los accesos a la ciudad ¿cómo se evitará que los carritos arrojen nuevamente kilos de basura?

Por eso creemos necesario que esta acción de limpieza que lleva adelante el Gobierno, sea acompañada por una campaña igualmente agresiva de educación y de toma de conciencia. Porque el problema de la basura en la ciudad es, sobre todo, cultural. E involucra no sólo a los carreros, sino también a los vecinos. En este sentido, es muy positiva la actividad que realizaron días atrás vecinos de Yerba Buena que, hartos de ver la plaza del barrio tapada de desechos, se arremangaron, tomaron las escobas y salieron a limpiar ellos mismos. Una tarea ejemplar que bien podrían implementar otros vecinos de la ciudad. Esto además, debería complementarse con un trabajo efectivo desde las aulas. Porque, si desde jardín de infantes hasta la universidad se inculcara la instrucción cívica, si se alfabetizara a los adultos en las zonas marginales; si se incluyera socialmente no solo a los carreros a través de la enseñanza de un oficio o agrupándolos en cooperativas, si existiese una patrulla comunitaria que trabajara a diario con los vecinos en la concientización de esta y otras transgresiones, así como en materia de seguridad, en la prevención del delito, los gobernantes no hablarían tanto del crimen y el castigo. Ya lo decía el mismo Domingo Faustino Sarmiento: “Hombre, pueblo, Nación, Estado, todo: todo está en los humildes bancos de la escuela. Porque todos los problemas son problema de educación y por eso mismo las escuelas son la base de toda civilización”.

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