"Al filo del mañana": El mito del eterno retorno

"Al filo del mañana": El mito del eterno retorno

El futuro de la humanidad se juega en plena invasión alienígena. Bill Cage, degradado de su condición de mayor del ejército a soldado en la primera línea de fuego, queda atrapado en un bucle temporal que lo lleva a vivir el día de la batalla una y otra vez.

Las historias interesantes y bien contadas abundan por estos tiempos en la televisión. O en cinematografías que rara vez -por no decir casi nunca- visitan nuestras pantallas. “Al filo del mañana” es interesante y está muy bien narrada. Poderosos puntos a favor entonces.

Ni Doug Liman ni sus guionistas (Christopher McQuarrie y los Butterworth, Jeremy y John-Henry) descubrieron la pólvora. La columna vertebral de la ciencia ficción se nutre de convenciones que “Al filo del mañana” no desdeña. Al contrario; las usa con ingenio y honestidad. Las inteligencias colectivas alienígenas y las paradojas temporales son tópicos transitados por autores de todas las latitudes. Aquí constituyen el corpus de la historia.

Liman sabe desarrollar thrillers. “Al filo del mañana” corría el riesgo de desbocarse, de aturdir. El director ajustó las riendas por medio de una edición prolija, trepidante sin resultar excesiva, precisa sin volverse confusa. Y otro as que Liman saca de la manga es el humor, una vuelta de tuerca en sí misma.

Hay química entre Tom Cruise y Emily Blunt y ese es un activo de la película. Si en “Oblivion” Cruise había jugado con la clonación, aquí protagoniza su propio “Día de la marmota” (ineludible clásico noventoso, en ese caso una comedia y con Bill Murray despertando una y otra vez en el mismo día). Claro que acá el loop es de lo más angustiante.

El campo de batalla es una vorágine idéntica al día “D”. No será Normandía ni habrá nazis al frente, pero en la playa al otro lado del Canal de la Mancha aguardan unas máquinas de matar que riegan la arena de sangre. Sobre todo de la de Cruise, quien lentamente se irá dando cuenta de qué va la guerra y cuál es la clave que aguarda al final del camino.

También puede -y debe- leerse “Al filo del mañana” como un blockbuster pletórico de acción. Cruise se calza el uniforme que más le gusta: el del héroe que salva el planeta. Digamos que esta vez le queda bien.


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