Los teatristas critican la apertura de las nuevas salas

Los teatristas critican la apertura de las nuevas salas

Casi 2.500 localidades nuevas para las artes escénicas tiene la Provincia. Los motivos de las quejas apuntan a productores favorecidos.

OBJETIVO. El director Armisen pretende montar al Mercedes Sosa como un espacio de la avenida Corrientes. la gaceta / foto de diego aráoz OBJETIVO. El director Armisen pretende montar al Mercedes Sosa como un espacio de la avenida Corrientes. la gaceta / foto de diego aráoz
29 Mayo 2014
La Provincia incorporó en el último par de meses alrededor de 2.500 plazas teatrales, pero no todos los involucrados en la actividad están conformes. “Estos espacios favorecerán a determinados productores, lo que no significa precisamente favorecer la producción teatral tucumana”, indicó Fernando Ríos, responsable de El árbol de Galeano.

El Teatro Mercedes Sosa, con una capacidad para 1.556 personas, tiene el declarado propósito de posicionarse como una sala a modo de la avenida Corrientes, según lo anticipó su director, Raúl Armisen. A mediados de mayo, se abrió el Espacio Cultural Don Bosco, con más de 600 sillas (aún puede duplicar esa cifra), lo que significó la apertura de otro lugar, en el que, por ahora, está destinado a ensayos y algunas presentaciones de los cuerpos estables del Ente Cultural.

“Es un verdadero orgullo esta inauguración”, sostuvo el gobernador José Alperovich, cuando cortó la cinta del nuevo teatro en el hotel Hilton. “Hemos conversado con la gente del hotel cómo trabajar en conjunto con el Mercedes Sosa y el San Martín”, añadió el mandatario. De todos modos, Sebastián Giobellina, funcionario del Ente de Turismo, aclaró que esas 300 butacas estarán más orientadas al llamado turismo de reuniones.

“Estas salas no están hechas para los teatristas ni para el arte, sino para el negocio de los empresarios o de los funcionarios que manejan los espacios en los que están construidos. Para nada van a significar o aportar el desarrollo de la cultura tucumana. Tomando el caso de la Mercedes Sosa nomás, las declaraciones de Armisén fueron bastante claras y reflejan los objetivos del plan ‘cultural kirchnerista’ que se viene llevando a cabo desde hace tiempo, la idea de industria cultural y de capitalismo cultural, es decir la ley de la selva consumista puesta de manifiesto en la cultura. El objetivo es llenarlo para generar dinero y mantenerlo y mantener a empresarios, pero encima implica llenarlo con espectáculos de Buenos Aires que tengan como protagonistas a famosos, gente de televisión o producciones de mucha inversión económica”, criticó duramente Pablo Gigena, de la sala La Gloriosa.

Para alquilar
“La apertura de espacios teatrales debe significar una celebración, pero me pregunto si estos van a modificar la realidad del teatro tucumano”, se interrogó Ríos. “La Mercedes Sosa se convertirá en una sala de alquiler de grandes espectáculos de producción porteña, toda una decisión política que el tiempo dirá si fue correcta o no. Pero eso sí, muchas veces se recurre a programar espectáculos gratuitos coincidiendo por lo general con los pocos días que los espacios independientes esperan dar función con grupos de teatro locales; uno siente esta especie de abrazo de oso de una sala céntrica asfixiando la actividad independiente”, describió el teatrista. Añadió que le cuesta creer que a a las empresas privadas les importe la actividad teatral tucumana. “Creo que en ese aspecto el Estado debería finalmente trabajar estratégicamente con todos los actores del quehacer artístico y ayudar con un mínimo esfuerzo a la difusión televisiva y en distintos medios de la actividad independiente, porque debe tener una clara estrategia de formar y consolidar una masa crítica de público, que, a mi criterio, constituye el 50% del hecho artístico”, sostuvo. Finalmente, opinó que la producción teatral seguirá pasando por los espacios independientes, donde se concentra más del 80% de los estrenos locales.

“Estos espacios no son los que necesita la gente; sí los precisa los que toman el arte como mercancía y piensan en incrementar sus arcas más que en elevar el espíritu”, aseguró Teresita Guardia, de La Sodería. “Lo que necesita Tucumán y los teatristas es la construcción de un sujeto crítico, reforzar su identidad, y el Estado debe apoyar y difundir la producción independiente”, agregó.

La teatrista también se quejó porque estas manifestaciones “arrasan” la producción independiente, y “lo mismo que sucede con los megafestivales del Instituto Nacional del Teatro, que hacen dumping sobre las producciones locales”.

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