Delbonis dio señales de madurez

Delbonis dio señales de madurez

Aunque en la mañana de hoy ya tengamos noticias tenísticas que llegan desde Roland Garros, este espacio fue reservado para repasar las conclusiones que dejó la excelente semana de Federico Delbonis en el ATP de Niza, en el que perdió la final por 6-1 y 7-6 (5) frente al letón Ernest Gulbis.

El partido decisivo tuvo dos tramos bien distintos que reflejan sus diferencias en el resultado. Sencillo y rápido el primer set. Parejo el segundo. La decepción por la derrota nada cambia respecto de ciertas conclusiones. Federico estará desde mañana entre los mejores 35 del ranking. Llegará a su aventura de Grand Slam en París con la confianza en el pico más alto. Su juego crece apoyado en un servicio hiriente y un drive que somete a cualquiera; su físico avanza hacia el máximo desarrollo; y su mente se convence de que el límite aún no se puede ver.

Estas conclusiones no son una sensación. Los hechos resultan contundentes y en ese sentido las victorias frente al francés Gilles Simon (en semifinales) y ante el estadounidense John Isner, representan materias aprobadas con destacada nota rumbo a la graduación final. Resulta obvio afirmar que avanzar en un torneo significa ganar varios partidos. No tan obvio, en cambio, es que cada victoria implica olvidarse rápido del triunfo anterior para concentrarse en el rival siguiente. Todo esto ha logrado Delbonis. Lo hizo otra vez. Como en Casablanca en abril (perdió en “semis”); como en San Pablo en febrero (campeón); como también en Hamburgo 2013 (primera final ATP de su carrera). Un título, dos finales, una semifinal en 11 meses. Que las buenas cosas le ocurran frecuentemente. Esa, es la mejor conclusión.

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