La vuelta a la plaza

La vuelta a la plaza

La UNT festejó por adelantado los 100 años. La marcha bancaria sigue aturdiendo a Alperovich que ve cómo trasciende las fronteras un tema que su gobierno podría resolver. La euforia radical en una lenta carrera

La vuelta a la plaza
No hubo zapatito de cristal ni campanadas a las 12. La escalera ondulada y majestuosa del Jockey Club fue testigo de tantos flashes como de miradas cómplices y de decires inconclusos. Ella sonreía y caminaba de mesa en mesa como una novia en la fiesta de casamiento. Así posó con amigos y con enemigos. Gaseosas, vino y algún aperitivo eran el justificativo para apurar un brindis. Empanadas, humita en cazuela y sánguches diversos ayudaban a estirar la charla. Unos metros más arriba los esperaban las mesas redondas rodeadas por 10 sillas cada una. Allí un arrollado de pollo con papas calentaba los platos, mas no el ambiente, que se había puesto la amistosa capa del aniversario.

Por eso nadie ni siquiera murmuró cuando Juan abrazó a Mario y luego se los vio junto con Rodolfo. Al fin y al cabo, Cerisola, Marigliano y Campero ocuparon el sillón de rector en la Universidad Nacional de Tucumán. Pero ellos ya son parte del pasado; el presente es de Alicia, que vivió la fiesta de las maravillas. Cuando el brownie con helado ya era historia y los relojes marcaban las tres, cada uno fue tomando su destino. En la memoria quedó la foto de Adela Seguí con Bardón. El encuentro borró algunos dimes y diretes a raíz de la ausencia de la decana de Derecho en algunos actos oficiales.

Alicia no tuvo fotos ni con Eduardo Coletti ni con Mateo Martínez, sus dos principales rivales. Ambos brillaron por su ausencia. El diputado Luis Sacca y el legislador Fernando Valdez tampoco entraron al palacete. Seguramente, no estaban para festejos.

El viernes fue hoy
Hoy es el cumpleaños 100 de la UNT. Se soplaron las velitas 72 horas antes, como si el domingo no se pudiera compartir una fecha trascendental como esta. Lamentablemente, se adelantó. La semana no había sido propiamente un lecho de rosas para algunos. Más de uno sintió el aroma a cala. Bardón se mueve con parsimonia y no hace guiños que indiquen quiénes integrarán su gabinete. En todo caso, si los hace, los nombres terminan mezclados en una coctelera; sumados a los contrarrumores, a cualquiera le cae mal el trago. El jueves pasado el rector se vio obligado a reunir a su gabinete porque de a uno los funcionarios venían quejándose de que habían trabajado por la elección de Bardón y ella aún no los había llamado. Cerisola buscó poner paños fríos y les advirtió que apenas asuma, la flamante rectora electa hablará con cada uno de ellos. La conversación no transmitió tranquilidad, menos a aquellos que ya ven sus cabezas rodando. Los rumores van y vienen a la velocidad de la luz y nadie se anima a poner la cara para confirmarlos. El que más llamó la atención en el edificio de Ayacucho al 400 fue uno que salió de boca de uno de los decanos. El chisme fue que Cerisola le habría recordado a Bardón que él quería conocer los tranquilos y bien pagados despachos de YMAD, a lo que ella, sin sonrisas, le habría recordado que esa decisión depende del Consejo Superior.

Si algo va a perder Bardón en los próximos días es la sonrisa. Son tiempos difíciles para ella. ¿Qué hará con uno de sus principales obreros electorales? José Hugo Saab cree que tiene ganado el cielo después de los comicios, pero no todos piensan igual. A ese trabajo se le suma la relación con el gobernador de la provincia, José Alperovich. Otro que está sentado en un hormiguero es Mario Leal, secretario de Extensión, quien presume de su relación con La Cámpora. Esos dos temas, así como el apropiamiento que hizo el diputado Sacca de siete decanos que apostaron a Coletti, son bombas de tiempo para la rectora.

Todo a la vuelta
Como en las viejas aldeas, la vida pública pasó por la plaza principal. La reunión anticipada de la UNT se hizo en San Martín al 400. A pocos metros de allí estaba el blanco de la protesta de los bancarios que repercutió a nivel nacional. El gremio exige que se reincorpore a 36 personas y no va a cejar en ese intento. En la Casa de Gobierno, a tan sólo 50 metros, todas las lecturas se reducen a quién gana una pulseada. Algunos “sijosesistas” hasta sugieren que es Carlos Cisneros el triunfador; otros, que José Alperovich. Lo cierto es que equivocan el enfoque, máxime cuando se viene otro paro nacional. Hay quienes sugieren que lo están empujando al interventor de la Caja Popular, Armando Cortalezzi, a que salte por la ventana de una vez por todas y vuelva a la Legislatura. Cuando escuchan ese razonamiento aparecen los estrategas políticos. En el bloque oficialista de la Legislatura se rumoreó que Fernando Juri podría ser un candidato a ocupar el sillón que podría dejar Cortalezzi. La verdad es que no todos le ven uñas para guitarrero al ex vicegobernador, pero si deja su banca lo reemplazaría su primo homónimo Fernando Said Juri y eso lo entusiasma a Juan Manzur, quien nunca se terminó de ir de Tucumán ni de la Legislatura. Mientras el oficialismo hace malabarismos con el cargo y elucubraciones innecesarias (porque la violencia se podría parar si desde el Estado se evitan provocaciones como las que se difunden por las redes en las que muestran empleados agitadores), la oposición metió una cuña. El legislador Ariel García pidió la normalización de la Caja Popular. Esto implica designar un directorio y eliminar la figura de interventor que tanto le gusta a Alperovich para los diferentes institutos de la Provincia.

A mitad de semana, la senadora Silvia Elías de Pérez pidió en el recinto de la Cámara Alta un repudio por el ataque de policías a los bancarios en la Caja Popular. En el acto salió a responderle el senador oficialista Sergio Mansilla y sugirió que Cisneros, Elías de Pérez y José Cano comparten escenario político y una alianza. La discusión se cerró cuando se metió el radical Gerardo Morales, que lo acusó a Mansilla de manejar la patota. “Ustedes manejan la mafia de Tucumán”, gritó Morales y el presidente del Senado cortó el debate.

El aparecido
Muy cerca de la Caja Popular está la Federación Económica de Tucumán, una institución a la que el gobierno ninguneó muchas veces. Sin embargo, Alperovich rompió su costumbre y recorrió los 100 metros para visitar la casa de los empresarios. No sólo le propuso la reforma de la peatonal. También fue allí junto con el secretario de Obras Públicas de la Nación, José López, quien en su declarada campaña a gobernador -¿terminará siendo diputado?- no ceja en promover obras en la provincia. Alperovich le encontró la vuelta a la aparición de este candidato tapado que él no esperaba. Antes le preocupaba, hoy trata de subirse al carrito de los emprendimientos que llegan.

El gobernador hace casi 15 días se fue de Tucumán por una operación que le hicieron a su madre y volvió esta semana. En el interregno, la provincia funcionó con piloto automático. Los ministros tucumanos tienen más de un lustro de gestión, pero cuando no está el jefe, les falla la autonomía.

Un colorado desvaído
¿Y Domingo Amaya? También está en piloto automático. Pero en este caso es más grave porque su ambición es llegar a ser el gobernador de Tucumán. Aún no se le conocen proyectos claros y concretos para diferenciarse de Alperovich. Es sabido que para el gobernador y los “sijosesistas” la fórmula no incluye a Amaya. Sin embargo, aún no pueden cortar amarras. Siguen trabajando para horadar el poder territorial de Capital del intendente, pero aún no lo descartan. Todos los precandidatos siguen con prudencia. Corren una carrera de regularidad. Les interesa llegar a marzo tranquilos. En ese mes ya todo tendrá que estar decidido.

Los radicales desentonan en este panorama. Van primeros en la carrera de regularidad y se sienten dueños de la Capital. Según ellos Silvia Elías de Pérez ya es intendenta. El exitismo puede jugarles una mala pasada. La clase media, que le dio la espalda a Alperovich en los últimos años, suele simpatizar con el radicalismo de Capital, pero el fraccionamiento que promete los comicios de 2014 en la que habrá por lo menos cuatro fuerzas nacionales presionando puede hacer que con sólo 100.000 votos se gane la intendencia. Por eso hasta Fuerza Republicana se está anotando en esta contienda.

Los 25 de Mayo suelen invitar a revisar los logros de una sociedad que ya hace 200 años soltó amarras para navegar en las aguas cambiantes e inquietas de la libertad. En Tucumán esa libertad tiene golpes y magulladuras porque aquellos que administran los poderes necesitan que se cumplan sus voluntades. Así en Tribunales terminan sin sanciones aquellos que son más fieles al poder de turno que a la libertad, así en el Poder Legislativo la obsecuencia es mejor pagada que las verdades propias. Así en la Casa de Gobierno, las disidencias con el mandatario suelen ser castigadas con la asfixia financiera. El pronóstico, por ahora, advierte que el mal tiempo va a continuar. Y pensar que la plaza alrededor de la que todo sucede se llama Independencia.

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