Controversia por el Rulo de la ruta a San Javier

Controversia por el Rulo de la ruta a San Javier

18 Mayo 2014
Aunque nunca ha sido una virtud tucumana, a diferencia de otras provincias, en los últimos lustros se ha profundizado la destrucción del patrimonio arquitectónico. Casas con valor histórico o arquitectónico (algunas diseñadas por el destacado arquitecto Eduardo Sacriste) o construcciones emblemáticas como la Confitería del Lago, cuyo techo paraboloide hiperbólico se distinguía en el parque 9 de Julio, fueron víctimas de la piqueta.

En estos días el proyecto de un legislador ha generado controversias. La iniciativa que todavía no fue considerada en la comisión de Turismo, propone desafectar del Sistema de Protección del Patrimonio al Casco Fundacional de Marcos Paz, a Villa Nougués, al poblado industrial de San Pablo y a la Hostería y a la Primera Confitería de San Javier, con el argumento de favorecer el turismo y las inversiones en esa zona. Según el legislador, hay cuestiones que afectan el derecho de propiedad.

“En el caso de la Hostería de San Javier y la Primera Confitería, estas han sido transferidas por el Estado Provincial a la actividad privada antes de la declaración de tales inmuebles como integrantes del Patrimonio Cultural. La restricción de dominio impuesta con posterioridad atenta, paradójicamente, contra la conservación de esos inmuebles ya que se hace imposible obtener la financiación que requiere la actividad turística para la que están concebidos”, señala en los fundamentos.

El titular del Ente Tucumán Turismo responsabilizó al emblemático Rulo de la ruta N° 338 que lleva a San Javier, de que no haya mayor cantidad de visitantes. “Hoy el turismo masivo o enlatado se mueve en colectivos de dos pisos que no pasan por el Rulo. Esto ha limitado muchísimo el tráfico importante de gente. El Rulo nos está impactando en el circuito principal de Tucumán. Para que tengan desarrollo esas dos villas, lo primero que tienen que hacer es cambiar el camino”, dijo. Hasta hace unos días, los expertos que integran la Comisión de Patrimonio no estaban anoticiados de este proyecto.

Fue en 1936, durante la gestión del olvidado y progresista gobernador Miguel Campero, que por la ley 1672, se expropiaron 2.000 hectáreas del cerro San Javier para la construcción del camino. El 19 de agosto de 1937 se abrió la licitación. Un año después se inauguró el primer tramo asfaltado hasta la Primera Confitería (actualmente abandonada). Este había sido iniciado simultáneamente desde abajo y desde arriba del cerro, hecho que produjo una diferencia de dos metros en el empalme de los dos tramos, razón por la cual se injertó El Rulo. La ruta N° 338 se concluyó en 1940.

Pero no sólo desde El Corte (Yerba Buena) se puede acceder a San Javier, también desde San Pablo y Villa Nougués. Inexplicablemente, este acceso se encuentra deteriorado desde hace años. Si hay problemas con algunas curvas se podrían proponer soluciones arquitectónicas, como se hizo en tramos problemáticos de la ruta N° 307 que conduce a Tafí del Valle, que fueron ensanchados.

Si los accesos a San Javier por la ruta N° 338 no se hallan en buen estado, si en tantos años no se ha podido solucionar el problema del agua, si no se ha sabido explotar turísticamente con eficacia, si el transporte tiene una frecuencia horaria limitada. Antes de pensar en desafectar patrimonialmente es zona, el Estado debería preocuparse en serio por solucionar falencias esenciales que atentan contra el desarrollo de San Javier, una joya que está desaprovechada.

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