Semana Santa, con discursos y actos

Semana Santa, con discursos y actos

La sublevación militar de abril de 1987 activó consensos entre el PJ y la UCR, partidos con responsabilidades de gobierno. Estrategias entre bambalinas. La Obediencia Debida.

La de 1987 fue una Semana Santa distinta de la tradicional. Dejó también su sello en la vida política argentina y su final produjo consecuencias que se proyectan hasta hoy.

El Ejército acepta el orden constitucional. La toma del poder no está en la agenda, planteó el jefe del Estado Mayor del Ejército, general Héctor Ríos Ereñú. Se tensaba el clima institucional en el país, pero en Tucumán la política discurría por otros carriles.

La rebelión estalló propiamente el 14 de abril del 87. El mayor Ernesto Barreiro no se presentó a declarar ante la Cámara Federal de Córdoba. Se detectaban focos de rebeldía y el gobierno de Raúl Alfonsín lo dio de baja. LA GACETA no se editó el Viernes Santo, por lo que en la edición del sábado 18 tituló en la tapa: La sublevación se focalizó en la Escuela de Infantería.

Un jueves diferente

El Jueves Santo prefiguró lo que vendría después. La democracia no se negocia, aseveró el presidente. Los amotinados en Campo de Mayo, con Aldo Rico, reclamaban el relevo de Ríos Ereñú y el acomodamiento procesal de los oficiales imputados. Jorge Rafael Videla dijo que Alfonsín se quiso vengar en mi persona, y a través de ella a las Fuerzas Armadas, de la derrota de la subversión terrorista (“Disposición final”, de Ceferino Reato, Buenos Aires, Sudamericana, 2012). La evolución de la crisis cambió la rutina de los políticos. En Casa de Gobierno, el gobernador Fernando Riera habló al mediodía con Antonio Tróccoli (ministro del Interior), quien le pidió que convocara a las Cámaras Legislativas y al pueblo en defensa de la democracia. Rubén Chebaia, en tanto, se conectaba con Carlos Becerra, secretario general de la Presidencia. La estrategia alfonsinista consistía en movilizar y acorralar a los sublevados. Por la tarde, en un hecho inédito, la Asamblea Legislativa sesionó en forma especial, ante lo que parecía la antesala de un golpe militar.

Declaro abierto el cabildo de Tucumán, proclamó el titular del Senado José Domato, ante un auditorio de senadores y diputados del PJ y la UCR. Riera acudió a la sesión. Se aprobó una declaración condenando toda actitud que apunta a desestabilizar la marcha de la república. Del acto realizado luego en la calle Rivadavia, se retiraron adherentes al Movimiento al Socialismo y al comunismo, disgustados con las consignas peronistas. Viva la república, sentenció Riera al terminar su discurso, desde el balcón del Senado.

En el Viernes Santo no hubo respiro. La UCR impulsó la formación del Frente de Defensa de la Democracia (FORP), con el objetivo de fortalecer las instituciones. Chebaia lo acordó con Becerra. Tucumán acomodaba su pulso al ritmo nacional. El FORP marchó el sábado frente a la Casa Histórica.

El Día D

Dentro del gobierno de Riera había dos posiciones frente a la sublevación. Una -localizada en el ala política- minimizaba la situación y advertía sobre la capitalización electoral del hecho por la UCR. La otra, originada en medios legislativos, arguyó que el PJ no podía quedar atrás y debía dar un paso adelante. Riera zanjó las diferencias avalando un documento que acercaba esas posiciones y las fundía con aportes de entidades empresarias y partidarias. Se titulaba Al pueblo de Tucumán, y saldría a luz luego del desenlace de la crisis.

Una multitud se agolpó en la plaza Independencia y escuchó los discursos de Alfonsín. El nerviosismo cedió cuando el presidente anunció el fin del problema con la célebre Felices Pascuas. La casa está en orden. Los comunistas se fueron gritando traición y Alfonsín gorila. Mientras en Casa de Gobierno se leía el documento de apoyo a la democracia, la UCR marchaba por las calles. Alfonsín relevó a Rieros Ereñú y Rico se rindió. Empezó a perfilarse la Ley de Obediencia Debida, que suscitó resistencias en años siguientes. Sin crisis militar inmediata, Alfonsín sentía la presión de la inflación.

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