Miremont: “es un entretenimiento cultural”

Sabe que la frase va a generar polémica, pero aún así insiste en utilizarla: el museo es un entretenimiento cultural.

Gabriel Miremont comenzó a ser conocido a partir del museo de las momias (Salta), pero lleva ya realizadas en el país alrededor de 50 instituciones (aquí en Tucumán, por ejemplo, el de El Cadillal, el Miguel Lillo y la Casa Belgraniana). Con su largo currículo recorre Argentina y el exterior gran parte del año, y tiene un sinfín de proyectos en carpeta.

Esta semana presentará el Museo Atahualpa, que estuvo a cargo de la comuna de Acheral y del Ente Tucumán Turismo. “Lo que hicimos fue modernizarlo, actualizarlo”. En una entrevista con LA GACETA cuenta que no se limitó al proyecto actual, y que los museos son una gran vidriera.

- ¿Qué trabajo hizo en Acheral?

- El museo está situado en el mismo lugar donde se encontraba; desde el punto de vista museográfico nos apoyamos más en la obra de Yupanqui y menos en su persona, a través de fotografías y discos. Apuntamos a exhibir su obra musical y literaria, con una nueva colección, nuevas piezas. Intentamos acercar y ahondar en su obra, insisto, a través del cancionero, que es donde él se manifiesta como un pensador libre. Hay una sección con una biografía con objetos personales (en una vitrina); un espacio audiovisual (donde exhibe vida y carrera); un área interactiva, con un dispositivo tacto-digital donde el espectador podrá navegar por el cancionero más importante. Con sus propias interpretaciones y las versiones que de sus temas hicieron otros. Por ejemplo, se encuentra “Duerme negrito” y otras 10 versiones. Pero además, el público hallará reportajes y películas como “Zafra”. Respecto del cancionero están algunos originales, con sus letras. Advertimos que Atahualpa, tan asociado a “Lunita Tucumana” tuvo y tiene una proyección internacional muy grande. En cuanto a la fachada, César Carrizo pintó un inmenso mural con su rostro.

- Hubo que hacer refacciones, imagino…

- Claro, estamos trabajando desde marzo, a toda máquina: primero tuvimos que recuperar la casa, el espacio, reparar baños, techos y paredes. Seguirá estando allí el edificio de la Comuna, en un sector dedicado a la música y a la danza. Pero también hicimos una señalización en la ruta, para sumar al público local y visitante.

- ¿Cómo valorás la obra de Yupanqui?

- Forma parte de o que llamamos patrimonio intangible. Nosotros hemos sumado recursos tecnológicos para que se establezca un mejor diálogo con el público contemporáneo. Lo más importante de Atahualpa son sus producciones. Hemos recogido todo un material disperso, con la investigación de Fabiola Orqueda, y la gráfica de Humberto Salazar.

- ¿Qué es la museografía?

- Un museo es un entretenimiento cultural, lo que no es sino una forma de aprender. Se plantean nuevos objetivos: se apunta más a los recursos comunicacionales, sobre todo a lo que se expresa por lo audiovisual, y al guión. Se pone más énfasis en lo que se quiere comunicar con un lenguaje actual, y por tanto, se establece una comunicación más directa con los espectadores. Antes, el museo complementaba la educación. El museo tiene que tener una entrada, no debe ser gratis, ni siquiera los que pertenecen al Estado. ¿Quién respeta el trabajo gratis? Es totalmente lícito cobrar la entrada.

- Entre los museos que trabajaste, ¿cuáles son los que más te atraen?

- Hay más museos de historia y ciencia que de arte. Los que más me gustan son los de historia y de las personas, en los que se puede ver la cotidianeidad de la gente.

- ¿Cómo ves a estas instituciones en Tucumán?

- Están muy bien en general, hay público. El de la Casa Histórica tiene un alto impacto visual con un público cautivo y emotivo, y la museografía es muy buena, pero no me termina de cerrar… quisiera que me cuente más; me molesta que no pueda entrar a la sala, al recinto. Los museos son espacios de comunicación de un proyecto; son grandes vidrieras para poder mostrar, no hay que desaprovechar su valor.