06 Febrero 2014
BRASILIA.- Una médica cubana que trabaja en Brasil desertó y se refugió en la oficina de un partido político conservador. Ella alega que el Gobierno comunista de su país se queda con una tajada demasiado grande de su salario.
Ramona Rodríguez, de 51 años, entró en el despacho de los líderes del partido centroderechista Demócratas y pasó la noche en un sofá. Se trata de una de los 7.400 cubanos enviados a Brasil como parte de un programa para reforzar la atención médica en barrios pobres y lugares remotos donde escasean los médicos brasileños.
En base a un acuerdo firmado el año pasado con Cuba por medio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los cubanos reciben apenas una quinta parte de los 4.100 dólares mensuales que Brasil paga por cada médico. Son unos 825 dólares para el bolsillo de los profesionales. Además, una parte de ese dinero se deposita en una cuenta en Cuba para sus familiares, a los que no se les permite acompañarlos a Brasil. El resto va para el Gobierno de la isla.
Rodríguez llegó a Brasil en octubre y estaba trabajando en Pacajá, en el estado amazónico de Pará. El fin de semana viajó hasta Brasilia. Según declaró a medios brasileños, se siente estafada.
El legislador Ronaldo Caiado, el líder de los Demócratas en la Cámara de Diputados, anunció que Rodríguez permanecería en su oficina en el Congreso hasta que el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff le conceda el asilo que está solicitando.
Sujetando en una mano una copia del contrato firmado con la OPS, Caiado acusó en un discurso en la Cámara al Gobierno de Rousseff de explotar a los médicos cubanos como mano de obra esclava.
Cuba desarrolló una industria de exportación de servicios médicos, que se convirtió en una importante fuente de divisas. Algunos profesionales habían desertado antes, varios de ellos en Venezuela. Según el Gobierno cubano, el dinero se reinvierte en la formación de nuevos profesionales, con el objetivo de mantener la excelencia de su sistema de salud.
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