La tranquera quedó abierta

La tranquera quedó abierta

“No hay motivos para sacar a Tucumán”, dijo Lavigne.

INQUIETO. Lavigne fiscalizó personalmente todos los detalles de la competencia. INQUIETO. Lavigne fiscalizó personalmente todos los detalles de la competencia.
19 Enero 2014
A la par de su obsesión por no dejar absolutamente nada librado al azar, uno de los rasgos más salientes de la personalidad de Etienne Lavigne, máxima autoridad del Dakar, es su preocupación por estar siempre un paso adelante. Por ello, se permitió ayer hacer en Valparaíso un balance general cuando la carrera aún estaba en curso. Y hasta se expidió sobre las posibilidades que tendrán algunos sitios de volver a alojar la competición motora más extrema del mundo en 2015. Entre ellos, Tucumán.

“Conocemos muy bien el norte de Argentina. Hemos hecho muchas etapas en esa región y es la primera vez que pasa esto”, se refirió el director deportivo a las condiciones climáticas extremas que se registraron en algunas etapas y que obligaron a recortar especiales. “No hay motivos para suprimir lugares como Salta, Jujuy, Tucumán o Catamarca”, tranquilizó el francés, presidente de la ASO, entidad que además del Dakar, organiza el Tour de Francia.

Para lo que sí le sobraron motivos fue para calificar a la edición 2014: “fue la más difícil de los seis años que corrimos aquí”. Los datos finales respaldan la afirmación del dueño del circo: sólo el 48% de los pilotos que partieron desde Rosario llegaron a la meta en Valparaíso, el porcentaje más bajo de los últimos ocho años.

Por otra parte, Lavigne se pronunció sobre la polémica orden que el equipo X-Raid le impuso a Stéphane Peterhansel de trabajar para que Joan “Nani” Roma fuera el campeón, algo que el propio “Monsieur Dakar” dio a conocer una vez consumada la victoria del catalán. “No entiendo la estrategia de los Mini, creo que se tiene que trabajar bien la comunicación dentro del team”, aconsejó Lavigne. El francés se mostró reacio a la posibilidad de prohibir las órdenes de equipo por la dificultad de detectarlas (“salvo que alguien lo haga público”), aunque dejó en claro su posición al respecto: “al Dakar no le gustan este tipo de cosas. No van con la competición del rally ni con su espíritu”.

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