Cartas de lectores
04 Noviembre 2013

TRAGEDIA

Me he jubilado como funcionario judicial en el fuero penal y he trabajado como secretario de la Fiscalía 6a. de Instrucción durante seis años, siendo su prosecretario Gerardo "Lalo" Uro, el hombre más bueno del mundo, como lo llamaba yo. Por la misma profesión, trataba a diario al personal policial y puedo decir que el comisario Víctor Barraza, entonces jefe de Seguridad Personal, era un policía probo, ejemplar y uno de los mejores que he conocido. La muerte de ambos en un procedimiento policial, difundido por LA GACETA, me lleva a hacer públicas las excelentes condiciones personales de "Lalito" y del comisario Barraza, que me merecía la mejor de mis confianzas. Vaya esta carta como homenaje a ambos, el sentido pésame a sus familiares, y el llamado de atención al personal policial y judicial para que en cada procedimiento pongan el mayor de los celos y de los cuidados, porque salta a la vista que no se puede confiar en nadie de la Argentina actual, inmersa en la peor inseguridad nunca antes vista, producto de la corrupción gubernamental y degradación de la sociedad. En todo allanamiento, que conlleva el uso de la fuerza pública, casi siempre se trata de realizar el procedimiento por las buenas y el uso de la fuerza es el último recurso. Precisamente la bondad de "Lalito" y Barraza jugaron para que- junto al mal proceder de la abogada del imputado- fueran sorprendidos en su buena fe y atacados por el desequilibrado que produjo esta tragedia tan desgraciada.

Juan Carlos Lionti
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El museo Roca, una deuda

En esta época de demonización de todo lo que se llame Roca, felicito al doctor Carlos Páez de la Torre por su excelente artículo sobre José Segundo Roca, el único oficial superior del ejército argentino que participó en la guerra del Perú, en la del Ecuador, en la del Brasil, las dos grandes guerras civiles, la lucha contra el estado de Buenos Aires y la guerra del Paraguay. Sirvió bajo las órdenes de San Martín, Bolívar, Sucre, Santa Cruz, Alvear, Mansilla, Lavalleja, Lavalle, Paz, La Madrid, Urquiza y Mitre. A propósito, hago votos para que las autoridades de nuestra provincia cumplan y ejecuten con lo dispuesto mediante Ley 7856, del 11/12/2006, de Creación del "Museo Roca" en una propiedad existente en El Colmenar, Las Talitas. Se debe actuar urgente, por estricta justicia, por respeto a la Ley y por recuperar una obra arquitectónica histórica que hoy es víctima de saqueos hormigas que a corto plazo no dejará rastros de la propiedad. A título ilustrativo, la ley de referencia dice "Artículo 1°.- Créase el "Museo Roca", en memoria del Coronel Don José Segundo Roca y de sus hijos, que funcionará en el edificio existente en el inmueble conocido como "Finca El Vizcacheral", declarado Patrimonio Cultural de la Provincia por Ley N° 7.535, el cual según Plano de División N° 39.260/2003, tiene una superficie de 3590,4968 metros cuadrados y se identifica con la siguiente nomenclatura catastral: Padrón N° 525.530, Matrícula 7883, Orden 3570, Circunscripción: I, sector: 25, Lámina 1g, Manzana E, Lote 1, Barrio "Pinar de Roca", El Colmenar, Municipio de Las Talitas, departamento Tafí Viejo".

Miguel Angel Noguera
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Halloween, cultura ajena

Con cierto dejo de preocupación vi como algunos colegas docentes festejaban junto a sus alumnos, en algunos colegios, el Halloween, que nada tiene que ver con nuestra cultura. El niño es una esponja que absorbe todo lo que vive, y llevará esos aprendizajes por el resto de su vida; es por ello que siempre bregué por la enseñanza temprana sobre el cuidado y amor por nuestra Madre Tierra. En algunas escuelas los niños son incentivados a adquirir culturas foráneas, que nada tienen que ver con nuestras raíces. ¿Porqué? ¿Será parte de una currícula, o tratar de imitar los orígenes ingleses, franceses, celtas, dan más status, es más fashion?... Nos vamos acostumbrando a que nuestros niños sean disfrazados de monstruos o brujas, hasta la maestra se viste de engendro; digo ¿dónde se educó esa docente? ¿en otro país? Y piden calabazas, cuando lo que nos sobra son zapallos, olvidando lo que nos pertenece, lo que nos hizo una nación, a nuestras costumbres las despreciamos nosotros mismos. Tanto es así que una vez, leyendo un periódico veía, que a un caballo de carrera le habían puesto el nombre de Sir Harrier, por ser tan veloz. Los aviones Harrier, ingleses fueron los encargados de la matanza de muchos jóvenes argentinos en las Islas Malvinas ¿Porqué no le pusieron al equino el nombre de Pucará, que en Quechua significa fortaleza, avión rápido, de diseño y construcción en nuestra Patria? ¿Porqué festejar o poner nombres extranjeros, cosas ajenas? Propongo que exportemos algún festejo nuestro; por ejemplo el Día del Tango, la Fiesta de La Empanada, El día de la Yerba Mate, La fiesta de la Pachamama. ¿Se imaginan que en los Estados Unidos o Inglaterra lo festejen al Supay, bailen chacareras, jueguen a la taba o coman tamales, humitas u empanadas? Ya se metió por las chimeneas hace mucho tiempo Papá Noel, un gordito importado que se viste de rojo y ropa de invierno en pleno verano nuestro. Mi temor es que mañana festejemos "el día de acción de gracias", mientras comemos pavo; o que celebremos el 4 de Julio, cuando algunos no saben qué festejamos el 9 de Julio nosotros, los argentinos.

Pedro Martìnez
Tucumánconcienciambiental 
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Volver al diálogo

No podemos desarmar Tucumán cada vez que se avecina un cambio político. Las elecciones demostraron cuán parejos estamos todos en cuanto a nuestras ideas y deseos, pero, no estamos en una cancha, estamos en nuestra casa, y ya que estamos voto a voto más o menos parejos, es menester que hablemos, que viva el diálogo. Radicales, peronistas, bussistas y "zurdos", tenemos que encontrar la manera de dialogar constructivamente y aportar lo mejor, a pesar de lo que dicen los columnistas del diario y algunos popes políticos, el diálogo de todos es lo que quiere el pueblo. Los tucumanos somos gente que quiere construir y crecer. En 2016, una buena parte de los ojos del mundo estarán sobre nosotros, será una buena oportunidad para muchas cosas ¿no será mejor que hablemos sobre eso?

Rodac Ziluben
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La tradición radical

Durante las pasadas elecciones, el legislador Caponio mandó a pintar decenas de paredes con la inscripción "No vote radicales, son todos iguales", en alusión al doctor Fernando De la Rúa y a su trágico gobierno. El 27 de octubre, más de 300 mil tucumanos han hecho caso omiso a las malintencionadas pintadas del parlamentario. Tiene razón Caponio: los radicales somos todos iguales. Somos los principios de Alem y la firmeza de Yrigoyen; el trabajo de Larralde, la conducta de Lebensohn y la tenacidad de Balbín; los errores de De La Rúa y la solidaridad de Ángel Pisarello; el legado de Raúl Alfonsín, sus luchas, sus convicciones, su tolerancia y su madurez democrática. Somos un partido que jamás antepuso sus intereses sectoriales por ante los intereses de la Nación. Por eso llaman la atención las expresiones del parlamentario, máxime cuando el gobernador, José Alperovich, su jefe, también era afiliado a la UCR; aunque -está claro- nunca fue radical. El legislador deberá aprender que los agravios y las descalificaciones no tienen lugar en el Tucumán que viene. Que esas formas de hacer política, sumado a la inmoralidad de repartir bolsones, perdieron por goleada. Y que mal que le pese, los tucumanos en la actualidad han depositado en un radical como José Cano sus intenciones de que represente al pueblo de la Provincia en la Cámara de Diputados. En eso consiste la democracia.

Javier González
Avenida República del Líbano Nº 1161 
San Miguel de Tucumán


Cambiar la estrategia

Yo pensé que iban por los cuernos del toro, pero veo que van a tirarlo por la cola. ¿Resultado? Va a patear y se va a enojar. El problema más grande con estos vendedores de ocasiones no son ellos, sino la gente que les compra. La gente no relaciona sus compras con los impuestos que paga; ergo, ignora que cada vez que compra legalmente beneficia al Estado e indirectamente a la salud, la educación, la vivienda, etcétera. Y cuando hace lo contrario se perjudica a sí misma. Inclusive, a aquel que le está vendiendo. La política es el reinado de lo posible: ¿es posible despertar la inteligencia de los que compran ? Eso es lo mejor para erradicar a los vendedores ambulantes. Cuando no vendan nada, se van a ir. Si se hace bien, nadie va a quedar mal.

Luis Romero
[email protected]


La isla de la fantasía

Maravillosas carreteras elevadas cruzando todo el centro comercial de San Miguel de Tucumán. Subiendo en Banda del Río Salí, se cruza el canalizado río Salí, para descender desde una variante, frente al parque 9 de julio. Y la próxima te deja bajar en la Maipú para comprar lo mejor de cualquier clase de comida: pescados en sus modernos locales, verduras de todo tipo, carnes de lo mejor, cabritos, corderos y hasta de aves. Todo es nuevo: paredes, pisos, calles, locales. Brillan los cerámicos y las caras felices de los puesteros y sus clientes. Sigue la gran vía y puedes descender en la avenida Mate de Luna, frente a la Maternidad. Vías amplias, de cuatro bandas, dos van, dos vienen. Se lo merece el enorme tráfico de ómnibus y automóviles, aunque con los maravillosos subtes, dignos de las más grandes capitales de la Tierra, no es necesario tanto transporte automotor. Engarzan la capital, Yerba Buena, Tafí Viejo y los nuevos barrios. Es increíble el progreso que trajeron los capitales extranjeros destinados a estas obras y cómo cambió la vida de miles de desocupados. Se nota en la limpieza de las calles y en la buena disposición de los policías provinciales y municipales, satisfechos con ser muy bien pagados y con hacer cumplir las severas leyes que regulan el comportamiento de los vecinos. El resultado de esta política: ha bajado el delito a su mínima expresión.

Carmelo José Felice
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