"Portate bien o no jugás a la play"

"Portate bien o no jugás a la play"

La tecnología, para los niños y los adolescentes, es imprescindible y es su modo de entretenimiento y de conexión con sus pares

04 Noviembre 2013

En un café de la City tucumana, un joven papá lee el diario de papel con un ojo; con el otro chatea vía whatsapp. A su lado, en el cochecito, el bebé de menos de dos años inclina con la manito izquierda la mamadera llena de leche y, con la derecha, organiza unos dibujitos animados en la tablet. Al rato, llega la mujer y los otros hijos: uno de ellos no se puede despegar de un jueguito del celu, y la otra no para de chatear con sus amiguitas.

Si la tecnología nos ha capturado en todas las edades, para los niños y los adolescentes es imprescindible y ante todo es su modo de entretenimiento y de conexión con sus pares. Por ello, los objetos tecnológicos son ahora el motivo de las penitencias, como lo fue el no ver TV o no salir con los amigos para generaciones anteriores. Y aunque a ningún padre le guste hablar de castigo, es evidente -según los testimonios- que el método punitivo más "efectivo" es la restricción o la prohibición de uso de los aparatos. Según Movistar el 56 % de los niños de seis a nueve años tiene celular propio, y el 78 % de los adolescentes de 10 a 18 años. Esos porcentajes determinan que los padres usen los gadgets como moneda de cambio para que los hijos se porten mejor. Los chicos lo admiten: no poder usar la Play, la tablet, la computadora y el celular es lo que a ellos más les duele.

Tratando de domesticar a los hijos

"Maneja la tablet mejor que yo"

"Sofi maneja la tablet mejor que yo, pero tiene su cantidad de tiempo estipulado (media hora). Por la noche, después de las 20, no se la doy porque la excita. En el jardín también juega -sólo un ratito- en clase y la señorita nos dio una página donde hay juegos; sólo vos ponés lo que querés y el chico lo usa en un tiempo determinado". María, mamá de Sofía (4 años)

"Se los damos como premios"

"Jose tiene notebook desde hace un año. Es bastante prudente para usarla porque nosotros le hablamos mucho. La usa sólo en casa, para tareas de la escuela o para chatear con sus amiguitas, pero no tiene cuenta en Facebook. Franco juega en la play, sobre todo juegos de animales. Con la madre convenimos en dárselos como premios: ellos se entretienen siempre después de que hayan cumplido con las tareas diarias. Y cuando yo llego del trabajo se acaba la tecnología porque nos vamos todos a jugar en el jardín o en la galería junto con el más chico". Daniel, papá de Josefina (11), Franco (9) y Valentino (3)

"Lo que me altera ahora es whatsapp"

"Trato de poner límites (que no estén todo el día con aparatos en las manos) más que de castigarlos. En casa la regla es clara: de lunes a viernes no permito jueguitos en el ipad, sí pueden hasta una hora en la play. Además, como el varón va a un colegio de doble escolaridad, y hacen todas las tareas allí, requerir la PC para hacer tareas en casa es una excusa. El tema es la dispersión en FB y, lo que me altera ahora es whatsapp. El control se va de las manos porque lo tienen en el teléfono. Si les sacás el teléfono te perdés la comunicación que como padre necesitás mantener con ellos (yo también me quedo en penitencia). Hace unos días hicimos un asado en casa. Había cinco adolescentes a la mesa. Ninguno hablaba, sólo manipulaban sus celulares. Se produjo el colmo de la incomunicación. Otra situación que me sobrepasa es cuando suben al auto y se enfrascan en el teléfono. Yo les pido por favor que por lo menos que no usen el teléfono en la mesa ni en el auto. Yo soy de otra época; creo que no hay mejor manera de usar el teléfono que hablando con el otro. Uno puede expresar mucho más. María Eugenia, mamá de Bautista (12) y Ángeles (14)

"Tiempo compartido con celu apagado"

"Con Mica hicimos un pacto. Le pedí tantas veces que dejara de lado el celular cuando estuviera conmigo, que ella me planteó que yo también lo hiciera (a mí me hablan mucho por trabajo). Ahora nuestro tiempo compartido es sí o sí con celulares apagados". Gustavo, papá de Micaela (11)

"Se pelean por ver quién juega primero"

"Mi villano favorito, Turbo, Angry Birds, y todo lo relacionado con autos y aviones son sus favoritos. Se pelean por ver quién juega primero. Pero juegan con el ipad sólo de noche, cuando estamos mamá y papá, y sólo si llueve o hace frío. Si no, a jugar afuera. Lo mismo con la PC. Por supuesto que llega el anuncio: 'si siguen portándose mal no hay ipad para ninguno'". Luciano, papá de Nacho (4) y Tomás (2)

"Para los adultos es cómodo"

"Si no te vas a dormís temprano no jugás a la play', le digo. Entonces duerme, lee y apaga el teléfono (le prohíbo que se quede dormido con el celu encendido). Una vez le saqué tres meses la play y andaba rogándome que se la devolviera. De todos modos las penitencias sirven para él y son a corto plazo; no es que haya aprendido el motivo. Cumple con lo que tiene que hacer sólo por la play. Si vamos al campo con amigos llevan los gadgets porque juegan un rato a la pelota pero después se aburren. A nosotros, los adultos, no es cómodo dejar al hijo en su cuarto porque podemos hacer nuestras tareas tranquilos. Pero es un error porque hay que sacarlos, organizar alguna actividad juntos y sobre todo, hacer que la comunicación sea natural, que hablar no sea un trámite". Iviss, mamá de Álvaro (13)

"Le escondí un mes su smartphone"

"Se portó bastante mal y, tal como le había advertido, le escondí su smartphone durante un mes. Anduvo como un zombie y zafaba con la PC. Me rogaba que se lo devolviera, pero yo no aflojé hasta que cumplió la penitencia. Volvió a mirar a los ojos, pudimos hablar bastante, se concentró más en la escuela. Ya se lo devolví, bajo acuerdo de convivencia. Hasta ahora se porta bien". Susana, mamá de Federico (17)

PUNTO DE VISTA

Los padres son quienes deben dosificar los usos 

Graciela Nieto - Psicoanalista

En todas las épocas hubo objetos deseados por los chicos, y siempre ha habido objetos en medio de la relación padres-hijos. El auge de las tecnociencias incita al consumo y las tentaciones tecnológicas son cada vez mayores. Los niños buscan su satisfacción naturalmente, como nativos digitales, en tablets,play stations y smartphones, pero son los padres quienes deben dosificar su uso. Según cómo se los utilice, los gadgets pueden volverse adictivos o ser interactivos, todo depende de su regulación. En sí mismos son interesantes para estimular y desarrollar las capacidades intelectuales. Pero hoy ocupan un lugar especial en tanto prescinden del otro para el juego. El niño queda solo y -sin entrar en el vínculo con el otro- se pega a los objetos tecnológicos y se aísla. El sistema de premio o castigo a través de esos objetos es inevitable, al ser tan apreciados por los niños. Hay que prestarle atención a los modos con que los adultos negocian con los menores acerca de la disponibilidad y del uso: esto hacen a la forma en que los padres se vinculan con los hijos, y cómo les transmiten, a su vez, la manera de relacionarse con el resto de las personas. Por ejemplo: si los padres sobornan a los hijos con el uso de estos objetos, ellos repetirán esos modos con sus amigos. Lo recomendable es que los padres regulen la alternancia de actividades recreativas pasivas con actividades deportivas, sociales y culturales.

Publicidad
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios