Martín Seri: Justiciero silencioso

Al trabajo sucio que le toca le pone fútbol, mucho desborde y hasta un par de pinceladas. Pero sobre todo le pone corazón, pasión para correr la última pelota en tiempo cumplido como si fuera la primera de la noche. Así trabaja Martín Seri, y colabora en la causa de San Martín con el perfil bajo que lo caracteriza y tanto le rinde.

Lo aprovecha el equipo claro, como ayer, que cuando el delirio copó La Ciudadela con el gol de Guillermo Tambussi, el triunfo caminó por la cornisa por una contra perfecta de Juventud Antoniana. Ahí apareció Martín, en la línea del arco, cuando Diego Pave ya había sido vencido por el enemigo. Seri desactivó el misil de Hugo Prieto, que iba directo al arco y con eso el triunfo terminó de hacerse realidad.

El hombre se quedó con la pelota de la noche, y de esa jugada no se olvida. "Uff, claro que me le acuerdo. La verdad que me pone contento porque todo el equipo está levantando y cuando un equipo funciona bien, los niveles personales levantan", dice Seri, como siempre humilde y reconociendo al resto de sus compañeros.

El volante feliz salió del vestuario sabiendo que la fiesta ayer fue complete. "Porque merecimos el resultado y fuimos justos ganadores". ¿Pero costó? "Claro. Y ya habíamos a cerca de tener paciencia, no queríamos que el apresuramiento nos juegue en contra en el segundo tiempo. Pero lo hicimos bastante bien", asegura el justiciero, que casi no se tomó tiempo para festejar y aseguró que la mente ya está puesta en San Jorge, rival del martes. "Es que la Copa Argentina es muy importante y queremos pasar", fundamentó.

Seri, como siempre y más que nunca, se comió la cancha a toda velocidad. Fue el incansable del día, y se corrió todo... "Y bueno, vivo del fútbol por eso, así que no puedo dejar de hacerlo ja ja", concluyó.