Son rehenes de cloacas rotas y de una obra inconclusa

El sol parece pegar más fuerte en las avenidas Democracia- Pascual Tarulli (así se llama la calle en su extremo este, cerca de la autopista y El Mercofrut). Hay pocos árboles y mucho cemento, tierra removida y las veredas están cubiertas por escombros o por autos abandonados. No hay jardines florecientes ni chicos jugando por las calles adyacentes. Pero no es sólo el vapor pre veraniego lo que sacude a los vecinos. El olor ácido que surge de varias cámaras cloacales destapadas hace insoportable la permanencia en varias cuadras de estas avenidas de la ciudad, que dividen o que unen -depende cuál sea el planteo- a dos barrios golpeados por las carencias y la pobreza: El Salvador y Alejandro Heredia.

La división podría encontrarse en que la calzada norte de la avenida fue pavimentada, pero la que está del lado sur no es más que una senda picada y cavada desde hace meses donde son pocos los autos que tienen el privilegio de circular. De hecho, la línea 4 de colectivos ha modificado su recorrido. Ahora todos tienen que caminar unas cuatro cuadras hasta la parada más cercana. Y para pasar de un carril a otro de las avenidas, fueron los mismos habitantes de la zona los que construyeron rampas de ripio para que los autos no quedaran varados.

"Antes de estas elecciones, y de las otras, no vinieron políticos. Es decir, ni siquiera nos vienen a mentir que terminarán las obras o que nos arreglarán las cloacas", se quejó Irma Gallardo, mientras le daba de comer a su hijo que nació con síndrome de Down, y que por una incapacidad motora está postrado en sillas de ruedas. No lo puede sacar a la calle, porque no hay un rincón del suelo que sea plano: todo está picado, removido o repleto de escombros.

De todos modos, generalmente los chicos no salen a jugar. El mal olor y el peligro despoblaron de peatones esas cuadras. Pozos de más de un metro cuyos fondos están cubiertos por aguas servidas o por caños rotos, se reparten por varios sectores de la avenida. Sara Correa, que vive a unos pocos metros del pozo más grande, en Democracia al 100, explicó que la empresa INCA, encargada de realizar la red de cloacas de esa zona, no terminó las obras y dejó cámaras cloacales descubiertas. Ella y varios vecinos más levantaron firmas e hicieron denuncias en diferentes organismos, como la SAT y el municipio capitalino.

"Ahora, la empresa Helpa, encargada de la pavimentación, pasa el cemento por encima sin tener en cuenta que las cloacas no están terminadas", protestó Correa, mientras mostraba la carta en la que solicitan que se terminen las obras de pavimentación y las cloacas. Adriana Serrano, otra vecina, agregó que con las lluvias se inunda toda la avenida y que el río de agua termina desembocando en el barrio Alejandro Heredia.

Por su parte, Roberto Álvarez, empleado de la empresa constructora Helpa, explicó que la obra se demoró porque faltaba la firma de un contrato. Sin embargo, aclaró que está previsto que los trabajos de pavimentación concluyan a fines de enero o febrero. La obra se extiende desde la autopista hasta la calle 9 de Julio, lo que significan unos 1.100 metros, aproximadamente (incluyendo la doble mano de la avenida). "Nos falta cavar unos 200 metros y del resto sólo nos queda pavimentar. Pero vale la pena aclarar que no tenemos nada que ver con las roturas de las cloacas. Esa obra la llevaba a cabo otra empresa. Nosotros no tenemos las herramientas para arreglar esas cloacas", aseguró Álvarez.

Desde el Municipio capitalino reconocieron que las obras están demoradas por problemas de infraestructura. "Hay pérdidas de agua y de cloacas. Por ello coordinamos trabajos conjuntos con la SAT y el Sepapys. Esto se solucionaría la semana entrante", aseguró Atilio Belloni, subsecretario de Obras Públicas. Por otra parte, indicó que la obra del canal Tarulli, que busca evitar que las aguas pluviales se acumulen en el barrio Alejandro Heredia, está avanzada en un 95%.