Asesinan a un empresario para robarle

Asesinan a un empresario para robarle

Los ladrones andaban en una moto y tenían puestos los cascos cuando abordaron a la víctima, que estaba en su vehículo. Luis de la Vega fue asesinado el sábado a la noche en Guatemala y Mario Bravo.

MARCAS EN EL PAVIMENTO. En Guatemala y Mario Bravo quedaron los registros del trágico asalto que sufrió Luis de la Vega, y su vehículo quedó secuestrado en la vereda de la seccional 11ª. LA GACETA / FOTOS DE HECTOR PERALTA MARCAS EN EL PAVIMENTO. En Guatemala y Mario Bravo quedaron los registros del trágico asalto que sufrió Luis de la Vega, y su vehículo quedó secuestrado en la vereda de la seccional 11ª. LA GACETA / FOTOS DE HECTOR PERALTA
21 Octubre 2013

El camino que Luis de la Vega realizó el sábado a la noche, cuando dos ladrones lo mataron para robarle, no era desconocido. El hombre tenía la costumbre de llevar a sus empleados hasta sus casas cuando finalizaba cada jornada de trabajo. "No era un patrón, era un compañero de laburo de sus empleados", lo recordaron sus amigos.

De la Vega tenía 42 años, estaba casado y era padre de dos hijos de seis y dos. Estaba a cargo de la cantina del complejo que la Asociación Deportiva de Profesionales Universitarios de Tucumán (Adput) tiene en la localidad de Bajo Grande, sobre la ruta 9.

El sábado a las 23 regresaba con sus empleados en su Renault Master Furgón, y a las 23 paró en la esquina de Mario Bravo y Guatemala, en el barrio El Parque, para que baje una de las trabajadoras, que está embarazada. Según contaron fuentes policiales, en ese momento dos hombres que circulaban en una moto se pararon al lado de la puerta del conductor y le apuntaron, exigiéndole la entrega de dinero.

En la parte de atrás de la camioneta quedaban tres empleados, pero como no tenían visión hacia la parte delantera, no pudieron ver lo que pasaba y sólo habrían escuchado los gritos de los ladrones.

La víctima les habría pedido a los asaltantes que dejaran que la empleada se alejara y les dijo que les iba a entregar todo lo que tenía. Por la fuerza lo bajaron del vehículo, y un disparo salió del arma de uno de los delincuentes. La bala atravesó el estómago y De la Vega murió cuando era trasladado en una ambulancia hacia el hospital, informó la Policía.

Los ladrones escaparon, y hasta ayer los investigadores no habían logrado obtener alguna descripción de los mismos, ya que en todo momento tuvieron puesto el casco en sus cabezas.

Fuentes policiales contaron que habrían alcanzado a llevarse la billetera de la víctima (ya que no estaba entre sus ropas).

Los empleados declararon ayer durante la mañana en la división Homicidios, a cargo de los comisarios Antonio Quinteros y Luis Núñez, pero no habrían podido aportar muchos datos ya que todavía se encontraban conmocionados por la muerte de su jefe.

En el barrio los vecinos aportaron poco a los investigadores: dijeron que no estuvieron en sus casas o que cuando llegaron luego de escuchar el disparo, los asaltantes ya habían escapado. Policías a cargo del jefe de la Regional Capital, Luis Medina, trabajaron en las primeras medidas para tratar de encontrar a los responsables de la muerte de De la Vega.

Solidario y respetado

"Era el mejor amigo de sus amigos, el tipo más solidario que he conocido", lo recordó ayer con tristeza Mauricio Argiró. De la Vega había comenzado a trabajar hace 20 años ofreciendo "barras tropicales" en casamientos, cumpleaños y otros eventos.

Según contaron sus amigos, con mucho esfuerzo había conseguido hacerse referente en el negocio. La noche en que lo mataron tenía planificado instalar las barras en varias fiestas.

Hace unos tres años, De la Vega había ganado la licitación para hacerse cargo de la cantina del complejo de Adput, y llevar a sus empleados de regreso a casa se había convertido en una rutina. "Ese era Luis, un tipo que te enseñaba a ser solidario", afirmó Argiró. "Los que lo queremos no buscamos venganza, porque Luis nos enseñó a ser buenas personas. Pero sí queremos que actúe la Justicia", agregó.

Sin pistas firmes de los agresores

El problema es la prevención

La apuesta del Gobierno con el 911 busca dar una respuesta rápida al llamado de los vecinos (generalmente cuando un delito se cometió), pero no sirve para prevenir crímenes como el de De la Vega. Para ese problema aún no hallan respuestas.

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