Convierten los residuos en gas y quieren salvar al pueblo de los basurales

Convierten los residuos en gas y quieren salvar al pueblo de los basurales

Los alumnos de la secundaria de Amberes desarrollaron el proyecto "Menos basura, más gas": buscan generar gas con los residuos para autoabastecer a la cocina de la institución y reducir los vaciaderos que rodean al pueblo. Ganaron un premio y competirán a nivel nacional.

PROTOTIPO. Los chicos y los docentes muestran el biodigestor. PROTOTIPO. Los chicos y los docentes muestran el biodigestor.
La joven Marina Brandán (17 años) recuerda que cuando cursaba el primario, las maestras les recomendaban a todos los estudiantes: "Chicos, mañana cuando vengan traigan un palito para la cocina". En esos tiempos, dice, había que reunir a diario leños para hacer el fuego con el que se preparaba la comida, destinada a los cientos de niños que asistían a ese local escolar. Sin las maderas, a veces no se podía cocinar. Desde entonces, en Marina y en todos sus compañeros comenzó a germinar una idea: lograr que el comedor escolar se pueda autoabastecer de un combustible económico y que se lo logre con una materia prima que abunde en el pueblo. Luego de varios años, la iniciativa empezó a concretarse: los ahora estudiantes del sexto año de la Escuela Secundaria de Amberes arrancaron con el proyecto solidario "Menos basura, más gas".

A la idea de colaborar con el comedor, que ahora utiliza gas en garrafa, le sumaron el ambicioso objetivo de frenar en el pueblo la preocupante proliferación de vaciaderos clandestinos de residuos a cielo abierto. Así, diseñaron un biodigestor que genera gas mediante la descomposición de basuras orgánicas. "Queremos que esta comunidad se transforme en la primera ecológica de Tucumán", remarca Emilse Otarola, otra de las estudiantes que trabaja en el proyecto. Amberes es una pequeña población de 2.000 habitantes ubicada 8 kilómetros al este de Villa Quinteros, a la orilla de la ruta provincial 326. Allí, la gente vive de la agricultura, principalmente del cultivo de caña de azúcar.

Premiado

"Menos basura, más gas" obtuvo un primer premio en la Feria Provincial de Ciencias, compitiendo entre casi un centenar de investigaciones. En noviembre participará en un certamen nacional que se realizará en Mendoza. Para materializarlo, los estudiantes fabricaron un prototipo con botellas de plástico y ahora están en vías de construir el biodigestor mayor para la escuela primaria, el cual tendrá la capacidad de generar el gas que se requiere para cocinar a diario.

En el diseño del artefacto fue fundamental el asesoramiento del ingeniero industrial José Canevaro, docente de ese establecimiento educativo. "Estamos organizando distintas actividades benéficas, porque necesitamos juntar fondos para adquirir un tacho de 200 litros, reguladores, válvulas, manómetros y cañerías que se requieren para el armado del generador de gas", comenta Marina. Y explica: "básicamente, los residuos se depositan en el recipiente, se les agrega agua y así comienza el proceso que conduce a la producción de gas. No es un procedimiento complicado y lo único molesto es lidiar con la basura. Pero el resultado es bueno. Nosotros conseguimos en prueba hacer llamas que duraron varios minutos". "Lo que queda del proceso puede ser utilizado como fertilizante para los cultivos", apunta. Asegura que en varios países, como Bolivia, hay comunidades que ya utilizan este sistema. "No sólo es útil para la cocina sino además para la calefacción de ambientes", destaca.

Orgullo

Los docentes asesores, Juan Zurita e Ivonne Risso, dicen estar orgullosos por los alcances del proyecto, que nació en una humilde escuela rural a la que asisten 120 adolescentes. "Aquí se juntan la aspiración de ayudar al comedor escolar con la de contribuir a mejorar el medio ambiente", insisten. "De la mano de esta propuesta se lanzó una campaña que apunta a ilustrar a los vecinos sobre la necesidad de que contribuyan a no arrojar la basura en cualquier lado. También se les informó sobre la utilización que les pueden dar a los orgánicos y a los sólidos", cuenta Zurita. La comuna local también se integró a la iniciativa estudiantil a través de una resolución mediante la cual la comisionada Clara Aguirre se compromete a brindar el apoyo necesario a la idea de los estudiantes.

Todo el pueblo

Los jóvenes aspiran a que el biodigestor se incorpore en todos los hogares de la comunidad. "Pretendemos orientar a la gente sobre el funcionamiento y la fabricación de este aparato a fin de que cada uno lo pueda usar en sus casas", comenta Emilse. "Si logramos por lo menos que la mitad llegue a usarlo, todo el residuo orgánico ya tendrá un destino beneficioso", agrega. Admite que esa tarea va a quedar en manos de los próximos alumnos que pasen al sexto año.

La escuela cuenta con una Radio FM (90.9) que funciona los siete días de la semana y las 24 horas. A través de esta, los alumnos promueven el proyecto, discuten los distintos problemas del pueblo y difunden las actividades de la escuela. Hace pocos días los adolescentes recibieron la visita del ingeniero Pablo Juárez, de Monteros, quien se desempeña en la Central Atómica de Atucha. "Nos contó sobre cómo se utilizan las energías alternativas en otros países. Y sobre la contaminación que genera la tradicional. De ahí que terminamos de convencernos de que la nuestra es una buena idea", sostiene Marina.

Entusiasmados, los jóvenes confían en poder salvar al pueblo de los basurales que lo acechan y transformarlo en ecológico y saludable. Y que todos los demás con el mismo problema lo tomen de modelo.

Proyecto : Harán una planta de tratamiento de residuos sólidos al sur de Concepción 
Los vaciaderos a cielo abierto se transformaron en los últimos años en un inquietante drama ambiental en las comunidades del sur tucumano. En el problema se conjugan la falta de espacio para el depósito de las basuras y la falta de un tratamiento adecuado para los desperdicios orgánicos y los sólidos. Así, comunidades como la de Amberes, Santa Lucía, Río Seco, Aguilares o Monteros depositan los residuos en terrenos fiscales cercanos a ríos o arroyos. A veces las masas contaminantes terminan siendo arrasadas por las crecientes. Hay ciudades, como Concepción, en las que los propios vecinos generan vaciaderos en distintos sitios del municipio a pesar de que las recolecciones son diarias. El desborde de basuras se observa a las orillas de rutas y caminos vecinales. En Chicligasta, el problema tiene perspectiva de solución con la instalación de una moderna Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos que se prevé levantar al sur de Concepción. Según se informó, será financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través de un proyecto del Ministerio de Turismo de la Nación destinado a comunidades próximas a parques nacionales. Concepción, como se sabe, está a apenas 22 kilómetros del Parque Nacional Campos de Los Alisos, el único de Tucumán.

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