Janet Yellen: la Reserva Federal, con aroma a perfume de mujer

Janet Yellen: la Reserva Federal, con aroma a perfume de mujer

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13 Octubre 2013
SAN FRANCISCO.- Janet Yellen, la elegida por el presidente Barack Obama para encabezar la Reserva Federal de Estados Unidos, combina una sólida reputación como economista, con un fuerte interés en las comunicaciones. Ex profesora y actual vicepresidenta de la entidad financiera, es conocida por ser una de las funcionarias del banco central estadounidense más enfocadas en el empleo y también ha estado al frente de una "revolución" de la comunicación en la otrora reservada entidad.

Yellen respaldó tres rondas de compras de bonos que han llevado la hoja de balance del banco a más de U$S 3,6 billones. Obama anunció el miércoles pasado la designación de la funcionaria para suceder a Ben Bernanke. Si es confirmada por el Senado, se convertirá en la primera mujer en dirigir a la Fed en sus 100 años de existencia.

La elegida por el mandatario norteamericano jugó un importante papel para que la Fed adopte una meta de inflación de 2%. Al igual que otros funcionarios de la entidad financiera, Yellen cree que si el público y los mercados financieros entienden los planes del banco central las decisiones que se tomen no serán del todo efectivas. "Los efectos de la política monetaria dependen críticamente de que el público entienda el mensaje sobre qué hará la política (monetaria) en los próximos meses o años", manifestó a un grupo de periodistas en abril pasado.

La economista de 67 años ha reconocido que está dispuesta a tolerar que la inflación sobrepase la meta del 2% si la Fed se enfrenta a un desempleo elevado. "Una política inteligente y humana es permitir que, ocasionalmente, la inflación suba incluso cuando está por encima de la meta", había señalado en 1995.

El año pasado, durante un discurso sostuvo que el banco central puede alcanzar el mejor resultado económico permitiendo que la inflación exceda la meta de la Fed por varios años para lograr una reducción más rápida del desempleo, mientras las expectativas de inflación se controlen a largo plazo.

Doctorada en Economía de la Universidad de Yale e hija de un médico de Brooklyn que recibía a sus pacientes en casa, Yellen decidió seguir una carrera en economía después de escuchar al premio Nobel, James Tobin, quien la sorprendió por su combinación de logros académicos y de servicio público.

La funcionaria suele llegar a las reuniones de la Fed con comentarios por escrito cuidadosamente investigados y los recita en un tono medido y con un acento levemente nasal que delata su pasado en Brooklyn que, pese a vivir 30 años en California, aún no ha podido borrar del todo. Su experiencia en política monetaria es tan sólida como su carrera académica, que incluye períodos como profesora en la Universidad de Harvard, en la Escuela de Economía de Londres y en la Universidad de California en Berkeley. Sus hobbies preferidos son cocinar y hacer caminatas por espacios naturales. Está casada con el economista y premio Nobel, George Akerlof, a quien conoció en la Fed. El único hijo de la pareja es Robert Akerlof, profesor de Economía en la Universidad de Warwick.

Una carrera brillante
Antes de convertirse en la número dos de la Fed, Yellen fue miembro del directorio de la entidad y presidenta del Banco de la Reserva Federal de San Francisco. Además, encabezó el consejo de asesores económicos del ex presidente Bill Clinton durante dos años y medio. Si bien tiene una reputación como uno de los miembros de la Fed más dispuestos a aceptar el riesgo de una inflación alta para hacer bajar la tasa de desempleo, su historial ofrece un cuadro con más matices de su postura en términos de política monetaria.

En 1995, convenció al directorio de la entidad financiera que fijar una meta baja de inflación sería mejor a no establecer un objetivo. En 2012, fue fundamental para llevar al banco central a adoptar una meta de inflación del 2%. "Aquel fue un gran paso para la Fed y fue manejado mayormente por Janet", había comentado el ex vicepresidente del banco central estadounidense, Alan Blinder.

El titular de la Reserva Federal de Dallas, Richard Fisher -quien también apoyó fijar una meta de inflación, aunque está en el bando opuesto a Yellen en cuanto a política monetaria-, señaló en septiembre que la funcionaria sería una gran presidenta pese a que su visión de la economía "está equivocada", lo que muestra que también cosechó adhesiones entre los "duros" de la Fed.

Los mercados esperarán de Yellen una comunicación más clara a la hora de saber hacia dónde se dirige la política monetaria de la Fed, después de que la decisión del banco central, de no comenzar a recortar los estímulos en la reunión de septiembre, sorprendiera a muchos inversores. En su primera reunión de política monetaria como número dos de la Fed, Yellen recibió el pedido de Bernanke de liderar un ajuste en las comunicaciones de la autoridad monetaria para asegurar que sus mensajes sean bien entendidos.

Pero no fue el primer encargo de ese tipo: en 2007, ayudó a rediseñar los pronósticos económicos de la Fed, convirtiéndolos en un asunto trimestral más frecuente y extendiendo sus horizontes a tres años para mejorar su utilidad como guías sobre el posible futuro de las políticas del banco. A fines de 2012, Yellen respaldó la controvertida idea de vincular tasas de interés a ciertos umbrales económicos. Sobre este punto, la Fed prometió específicamente que mantendría las tasas cerca de cero al menos hasta que los niveles de desempleo cayeran a 6,5%, siempre y cuando la inflación no supere el 2,5%. Esto permitiría que los inversores ajusten automáticamente sus expectativas sobre tasas a partir de la base de datos económicos, según había argumentado.

A Yellen también se le atribuye haber visto los peligros de la burbuja inmobiliaria. Con un mercado laboral que se recupera en cámara lenta, una de las tareas más críticas y delicadas de que tendrá a cargo será conducir el Comité Federal de Mercado Abierto (Fomc, por sus iniciales en inglés) mientras tratará de que los mercados se desacostumbren a las compras mensuales de bonos del Tesoro de la Fed. (Reuters)

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