Perder es ganar
Aunque parezca evidente, en el título de esta columna no hay un oxímoron. No hay contradicción alguna. Tampoco hay un sofisma. A 19 días de los comicios del domingo 27, el mejor negocio que puede hacer el intendente, Domingo Amaya, con vistas a las elecciones 2015 es perder en la capital. Aunque el razonamiento parezca un temerario silogismo, la única manera en que el jefe municipal pueda picar en punta en una futura candidatura a gobernador es a través de una "derrota victoriosa" en su territorio. Esto, que luce como una flagrante paradoja, no lo es, según la óptica de un amplio sector del amayismo. Consideran que no es otra cosa que aplicar la estrategia militar utilizada por Napoleón Bonaparte, que reza: "a veces hay que retroceder dos pasos para avanzar uno". Porque si el amayismo decide jugar fuerte el día del comicio y enviar a toda la milicia con artillería pesada, según esta visión, la lista alperovichista tiene más chances de alcanzar los 30.000 votos que le hace falta para obtener tres bancas de las cuatro que están en juego. Esos votos, aseguran los amayistas "ortodoxos", podrían transformarse en el oxígeno necesario para que los inquilinos de la Casa de Gobierno respiren aliviados durante los dos años que restan para 2015. Una sucesión relativamente tranquila, como quien dice. Pero, en cambio, si el alcalde de San Miguel de Tucumán decide recluirse y avistar la batalla electoral desde una colina lejana, el Frente para la Victoria estaría condenado a perder dos de las cuatro bancas en juego, razonan los "heterodoxos". Las trompetas de retirada que haría entonar las huestes capitalinas podrían transformarse en una melodía de nefasta premonición que marcaría el fin del ciclo alperovichista. Estas especulaciones ya fueron vertidas en la mesa chica del amayismo. Algunos comparten la idea de que un resultado 2 a 2 potenciaría a Amaya. Y también al senador José Cano. Entienden que los electores podrían interpretar que si Amaya pierde sería porque hubiese jugado al quedo y no porque hubiere disminuido su performance electoral. Otros, en cambio, defienden a rajatabla que la estrategia electoral del amayismo sea la de imponerse al canismo -a como dé lugar- en la capital. El concejal Germán Alfaro es quien sostiene esta última postura y logró imponerse en una reciente reunión. El ex diputado nacional y principal escudero de Amaya en el Concejo no quiere dejar ningún bache que lo haga tropezar en su camino a la Intendencia, en 2015. Y más aún cuando tiene muy cerca a Gerónimo Vargas Aignasse, un peronista y potencial candidato a jefe municipal con buena imagen en la clase media. De todas maneras, la incógnita se develará el domingo 27. Los ojos de la Nación se posarán en el amayismo ese día.

Señal empresarial

Cuidar los votos en las 3.200 mesas dispuestas en toda la provincia. Ese es el objetivo principal que se trazó Cano, el candidato a diputado nacional por el Acuerdo Cívico y Social (ACyS). La estrategia del canismo es dotar de fiscales en todas las escuelas, incluso en aquellas ubicadas en las comunas. Para lograr ese cometido, el senador nacional necesita de fondos frescos ($ 2 millones, aproximadamente). Desde hace semanas, el radical viene manteniendo reuniones con empresarios locales que estarían dispuestos a darle una mano. Uno de ellos debió trasladar su industria a Santiago del Estero porque allí encontró beneficios impositivos que no logró conseguir en Tucumán. Mientras Cano busca financiamiento, sus asesores de campaña ensayan estrategias para no cometer los mismos errores que en las PASO. Ganar en la zona suroeste de la capital, principalmente en los circuitos 10 y 10A, es otra meta a cumplir por parte del espacio opositor.

Comentarios