30 Septiembre 2013
ROMA.- El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, aseguró ayer que está analizando la continuidad del gobierno dirigido por Enrico Letta, un día después de que el partido del ex primer ministro Silvio Berlusconi, anunció su salida de la coalición gubernamental.
"Intentaré ver cuáles son las posibilidades de continuidad en esta legislatura, como he hecho siempre cuando hubo una crisis", explicó el veterano mandatario durante una visita a Nápoles.
Sobre la posibilidad de convocar a nuevas elecciones, el presidente no lo descartó ante los periodistas. "La tradición indica que el jefe del Estado concede la disolución de las Cámaras cuando no hay la posibilidad de dar vida a una mayoría y a un gobierno por el bien del país", dijo. "Veremos cuáles serán los pasos", agregó.
Pero pese a las palabras medidas y la cautela que intentó imponer Napolitano, las tensiones y los temores de caer en un nuevo impasse político como el que dominó el país gran parte del año, dominaban ayer la escena italiana.
Un día después de que el vice premier del gobierno de Letta, Angelino Alfano, anunció que todos los ministros de su fuerza se retiran de la coalición en el poder, no estaba claro si la salida de la segunda fuerza política significará la caída del débil gobierno.
"Il Cavalliere", por su parte, no dudó ayer en pronosticar que su orden había significado el fin del gobierno de Letta. "El único camino es el de avanzar hacia las elecciones cuanto antes. Todos los sondeos indican que vamos a ganar", declaró el ex primer ministro, que aún espera una posible destitución de su banca de senador, luego de que la Justicia lo condenara por un caso de corrupción.
Berlusconi negó que la salida de su fuerza del gobierno tenga algo que ver con su situación en el Senado y en la Justicia, y culpó a las políticas "de los señores de la izquierda" que se convirtieron en "el gobierno de los impuestos". (DPA)
"Intentaré ver cuáles son las posibilidades de continuidad en esta legislatura, como he hecho siempre cuando hubo una crisis", explicó el veterano mandatario durante una visita a Nápoles.
Sobre la posibilidad de convocar a nuevas elecciones, el presidente no lo descartó ante los periodistas. "La tradición indica que el jefe del Estado concede la disolución de las Cámaras cuando no hay la posibilidad de dar vida a una mayoría y a un gobierno por el bien del país", dijo. "Veremos cuáles serán los pasos", agregó.
Pero pese a las palabras medidas y la cautela que intentó imponer Napolitano, las tensiones y los temores de caer en un nuevo impasse político como el que dominó el país gran parte del año, dominaban ayer la escena italiana.
Un día después de que el vice premier del gobierno de Letta, Angelino Alfano, anunció que todos los ministros de su fuerza se retiran de la coalición en el poder, no estaba claro si la salida de la segunda fuerza política significará la caída del débil gobierno.
"Il Cavalliere", por su parte, no dudó ayer en pronosticar que su orden había significado el fin del gobierno de Letta. "El único camino es el de avanzar hacia las elecciones cuanto antes. Todos los sondeos indican que vamos a ganar", declaró el ex primer ministro, que aún espera una posible destitución de su banca de senador, luego de que la Justicia lo condenara por un caso de corrupción.
Berlusconi negó que la salida de su fuerza del gobierno tenga algo que ver con su situación en el Senado y en la Justicia, y culpó a las políticas "de los señores de la izquierda" que se convirtieron en "el gobierno de los impuestos". (DPA)
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