Los sindicatos paralizaron parcialmente a Brasil

Los sindicatos paralizaron parcialmente a Brasil

Las centrales oficialistas y opositoras del vecino país cortaron rutas, en el cuarto paro nacional desde su declaración de la Independencia. Reclamos diversos. La huelga afectó la autopista entre San Pablo y Río de Janeiro, pero no alcanzó al transporte urbano

EN SAN PABLO. Manifestantes llevan carteles que dicen No a la corrupción y que piden a Dilma Rousseff no mas reajuste salarial para los ministros. REUTERS EN SAN PABLO. Manifestantes llevan carteles que dicen "No a la corrupción" y que piden a Dilma Rousseff no mas reajuste salarial para los ministros. REUTERS
12 Julio 2013
SAN PABLO/RÍO DE JANEIRO.- Una jornada de huelga en todo Brasil, convocada por las centrales sindicales, prácticamente impidió el traslado de vehículos en las principales rutas del país y dejó sin transporte público a numerosas ciudades, aunque no a las más grandes. Si bien la protesta no consiguió una adhesión masiva, logró paralizar áreas estratégicas.

El llamado Día Nacional de Luchas fue organizado para adherirse a las protestas por mejores servicios públicos que sacudieron el país durante junio y para presentar las reivindicaciones propias de los trabajadores. Entre ellas figuran aumentos salariales; la reducción de la jornada de trabajo de 44 a 40 horas semanales; la aceleración de la reforma agraria; el cambio de la norma que recorta las pensiones de quienes se jubilan prematuramente y el rechazo a un proyecto de ley que permite a las empresas ampliar el número de trabajadores tercerizados.

El de ayer fue la cuarta huelga general en la historia de Brasil desde la declaración de independencia en 1822, y la primera durante las últimas dos décadas.

Divisiones

La protesta sumó gremios oficialistas y opositores, y fue coordinada por la Central Única de los Trabajadores (CUT, identificada con el oficialista Partido de los Trabajadores -PT-), Força Sindical, el Movimiento Sin Tierra (MST); la Unión General de los Trabajadores (UGT), la Coordinación Nacional de Luchas (Conlutas) y la Central General de los Trabajadores Brasileños (CGTB).

Sin embargo, los sindicatos están divididos entre los que piden apoyar a la presidenta, Dilma Rousseff, y los que acusan al Gobierno de no atender las reivindicaciones de los trabajadores. Por ejemplo, mientras la CUT aclaró que el paro sólo fue para presentar la "agenda de reivindicaciones" laboral, Força Sindical exigió la destitución del ministro de Hacienda, Guido Mantega, a quien responsabilizan por el aumento de la inflación y por la falta de inversión pública en educación, salud y transporte.

Las diferencias también alcanzan la realización de un plebiscito para una profunda reforma política, propuesto por el PT pero resistido por la oposición derechista en el Parlamento.

"Nuestra movilización busca presionar a los poderes Legislativo y Ejecutivo para que haya un avance en nuestras pautas históricas de reivindicaciones", expresó la vicepresidente de la CUT, Carmen Foro.

Grupos de manifestantes, que en su mayoría portaban banderas de sindicatos y de partidos políticos de izquierda, bloquearon casi todo el día 35 rutas en 12 Estados, incluyendo la Vía Dutra, la autopista más importante que une Río de Janeiro con San Pablo. También fue interrumpido el camino que comunica la capital paulista con las ciudades del interior y la ruta de acceso al puerto de Santos, la mayor terminal marítima de América Latina; y se produjeron ocupaciones de empresas privadas, entre ellas la de un canal de televisión de Salvador de Bahía, de la poderosa red Globo, objeto de fuertes críticas por parte de movimientos sociales.

El sistema público de colectivos y de subterráneos operó normalmente en San Pablo y Río de Janeiro porque la Justicia emitió una orden específica para que se garantice su funcionamiento; pero los conductores de ómnibus pararon en Porto Alegre, Vitoria, Belo Horizonte, Salvador, Manaos y Santos. En Porto Alegre y Belo Horizonte, además, no anduvieron los trenes urbanos. Los bancarios atrasaron la apertura de las entidades y los petroleros interrumpieron sus actividades, pero sin paralizar la producción.

Nostálgicos del golpe


En la noche del miércoles, horas antes del inicio de la jornada de protesta, unos 200 brasileños marcharon en San Pablo para reivindicar la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985, y pedir la renuncia de Rousseff. La manifestación se realizó en la Avenida Paulista, la principal calle de la mayor ciudad sudamericana, y se escucharon cánticos y se desplegaron pancartas con las consignas "Abajo el comunismo", "Vuelvan militares" y "Fuera Dilma y Lula", acerca del expresidente, Luiz Inacio da Silva.

En otro sector de la ciudad, al menos ocho personas resultaron heridas de bala por un enfrentamiento durante una asamblea en la asociación de choferes de colectivos. (DPA-Télam)

Comentarios