Escalada: Un deporte y un modo de vida

Escalada: Un deporte y un modo de vida

Aunque ellos insisten en que lo que hacen no es tan difícil, sí lo es. Sus brazos y sus piernas están tensionadas.

EN ACCIÓN. El escalador en la competencia debe completar el recorrido o vía, no tiene límite de tiempo, pero sí de intentos. EN ACCIÓN. El escalador en la competencia debe completar el recorrido o vía, no tiene límite de tiempo, pero sí de intentos.
30 Junio 2013

Aunque ellos insisten en que lo que hacen no es tan difícil, sí lo es. Sus brazos y sus piernas están tensionadas, las venas se marcan. Sus rostros no pueden verse del todo, pero el esfuerzo que realizan, hecho sonido con gemidos y resoplidos, permiten imaginar una cara que refleja puro sufrimiento, pero no.

Cuando ellos hablan del deporte que practican, describen sus sensaciones como el placer más grande de sus vidas. Es que cuando hacen escalada deportiva no importa nada más porque el muro se convierte en la vida misma.

No necesitan tener una roca, donde habitualmente se escala. Al mejor estilo Mahoma, comprendieron que si no pueden ir a la montaña, la montaña puede venir hacia ellos. No es fácil, tampoco es imposible. "Nos mudamos de un lugar a otro. El primer muro lo armamos en el 95, en la Escuela de Agricultura, donde me prestaron un aula", rememora Pablo Goloboff.

El semillero
El escalador estuvo trepado en cada uno de los muros que se construyeron en Tucumán y además formó parte del armado, casi artesanal, de la roca artificial. "De ahí salió el primer semillero que empezó a dedicarse en serio. Luego nos fuimos al complejo de San Martín", explicó. Y aquí surge el primer dato técnico sobre escalada deportiva y sus condicionamientos. "Ese muro era al aire libre y en Tucumán no es muy conveniente. En verano llueve mucho y la madera se daña, además los problemas más difíciles aparecen en invierno", aclara Goloboff. 

Problemas, justamente de eso se trata. Esa palabra que para la mayoría de las personas es atemorizante, para ellos no. Mientras más problemas, mejor. Es que así se denominan los recorridos que los escaladores deben cumplir en el muro. "Algunos en verano no se pueden hacer porque en épocas de calor, hay más humedad en el aire, la mano transpira más y la adherencia no es la misma", detalló.

Por eso es que es un gran avance para el grupo de escaladores de Tucumán haber encontrado un lugar como el de Dean Funes 50. "Después de San Martín fuimos a Tucumán de Gimnasia, luego a un lugar que lo tuvimos que dejar porque el dueño debía vender el terreno y llegamos a un gimnasio", explicó Goloboff.

El nuevo hogar
El lugar elegido hace un año atrás ya es casi un hogar. Quieren que sea permanente porque cumple con todos los requisitos, sobre todo, para que el nivel de los deportistas crezca. "Este lugar es más comercial", afirma el biólogo. La referencia que hace es porque, al ser un espacio donde se dan clases de gimnasia y hay máquinas deportivas, el público concurre continuamente y, en consecuencia, el muro y la escalada deportiva se hicieron más conocidos. 

"Puede venir a escalar cualquier persona, con un estado físico moderado. Se aprende de a poco y, si te gusta y ponés pilas, podés llegar a progresar mucho en poco tiempo", promueve con entusiasmo el deporte Goloboff.

El torneo
El 13 de julio será especial para la escalada deportiva en Tucumán. Por primera vez en "El Jardín de la República" se hará una competencia correspondiente al torneo regional. Desde hace varias semanas, quienes serán los anfitriones, diseñan las vías o recorridos en el muro. Los recorridos que deberán cumplir los competidores son marcados prolijamente con cintas adhesivas de colores. 

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Las categorías serán: damas, promocionales, juveniles y elite. Los escaladores no usarán cuerdas porque competirán en la modalidad "boulder", que es escalada de alta dificultad a poca altura. No por ello la práctica no será segura: hay gruesas colchonetas y personas que oficiarán de "spotters" que cuidarán al competidor durante todo el recorrido.

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