Unos 300.000 tucumanos padecen obesidad

Unos 300.000 tucumanos padecen obesidad

"Queremos que la gente no viva para comer sino que coma para vivir", expresó Yedlin, al lanzar el Programa de Atención Integral de la Obesidad

13 Mayo 2013

La obesidad no tiene límites geográficos. No distingue edad, condición económica ni social. No reverencia ningún credo. No tiene consideración con ninguna clase social. Arremete en los países del primer mundo y en los en vía de desarrollo. Es pandemia mundial. Su principal causa es el gran desequilibrio en la alimentación diaria: la ingesta calórica es superior al gasto calórico. Las autoridades sanitarias estiman que en Tucumán hay unas 300.000 personas con obesidad.

Para empezar a revertir este gran problema de salud, la Provincia lanzó el Programa de Atención Integral de la Obesidad (PAIO). "Es el primero en su tipo en el interior del país: un modelo de prevención, detección y tratamiento integral y multidisciplinario de las personas con sobrepeso u obesidad que no tengan obra social. Queremos que la gente no viva para comer sino que coma para vivir", expresó el ministro de Salud, Pablo Yedlin a LA GACETA. Lo acompañaban Sandra Tirado, directora del Programa Integrado de Salud, y Francisco D'Onofrio, responsable del PAIO. Nuestro diario charló con los tres.

La obesidad es hoy la séptima causa de muerte y de discapacidad en el mundo. Yedlin dijo que la situación le preocupa porque vivimos en un país de transición epidemiológica: mientras todavía convivimos con importantes índices de mortalidad por enfermedades infecciosas y materno-infantil, la obesidad emerge como un gran riesgo para la población y cada vez cobra más importancia en la balanza salud-enfermedad.

- Hay que replantear el estilo de vida...

PY -La lucha contra la obesidad debe empezar con la mujer embarazada y desde que el bebé nace: con el control del embarazo, la lactancia materna, el destete, la alimentación complementaria, la comida como elemento social. También debemos remar contra una cultura consumista de todo lo que se publicita -no sólo tabaco- sino de un sinfín de bebidas azucaradas, de golosinas y otros productos con exceso de grasa, azúcar y carbohidratos. Es un trabajo que excede el área de salud porque involucra a todos los actores sociales.

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- ¿Una sociopatología...?

PY - Lamentablemente nosotros vemos la resultante de esa problemática social que deriva en ACV, infartos, ceguera, amputación de miembros, etcétera. Por eso armamos un programa que contempla todas las edades y todos los niveles de atención: promoción, prevención, tratamiento y hasta el nivel de alta complejidad (cirugías bariátricas). Estas operaciones y los obesos mórbidos son los que concitan mayor atención, pero sólo son la punta del iceberg de una sociopatología cuya mayoría (personas con sobrepeso y obesidad) no la necesitan...

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- Un problema complejo...

PY - Es un largo proceso durante el cual la gente tiene que aprender a comer, a realizar actividad física todos los días, a disminuir el consumo de carne y a introducir más frutas y verduras en la alimentación diaria. Justamente el bajo consumo de frutas, verduras y cereales y la alta ingesta de carnes rojas es lo que produce mortalidad y discapacidad. El programa implica un trabajo por etapas.

- ¿Por dónde comenzarán?

FD - Se está concientizando y capacitando al personal de salud -desde los profesionales hasta el agente sociosanitario- sobre la necesidad de luchar contra el sobrepeso y la obesidad. También se les dará la normativa para atender la problemática en todos los niveles: desde los CAPS hasta los hospitales. Crearemos equipos interdisciplinarios de atención en la Maternidad y en los hospitales de Niños, Padilla, Avellaneda y Centro Salud.

- ¿Hay muchas madres con sobrepeso?

FD- En general, las mujeres con cuatro o cinco hijos se quedan con un promedio de entre 20 y 25 kilos de más. Esto perjudica seriamente la salud materna porque aumenta el riesgo de sufrir enfermedades asociadas (HTA, diabetes, artritis y diferentes tipos de cáncer: mama, endometrio, riñón, colon, patologías cardiovasculares). Una mujer con sobrepeso no debe aumentar más de 6 o 7 kilos en el embarazo y, como esta tarea no es fácil, vamos a capacitar a los obstetras para que sean rigurosos en los controles.

- ¿Existe un registro de personas con sobrepeso y obesidad.

FD- Mediante la historia clínica de los efectores de salud, los registros de los distintos programas de patologías no transmisibles y del formulario que llenen los pacientes vamos a generar una base de datos y confeccionar el registro final. Se los identificará por edad, sexo, domicilio y otros datos. El agente sociosanitario tiene que salir a la pesquisa para ubicarlos, ingresarlos al programa y luego hacerles seguimiento para que cumplan con el tratamiento.

-¿Y la educación alimentaria?

ST.- El año pasado educamos un grupo de maestras y supervisoras que los llamamos educadores alimentarios nutricionales. Les enseñarán a los padres y a los chicos cómo alimentarse correcta. Por otro lado tenemos el proyecto de los quioscos saludables en las escuelas: deben dejar de vender golosinas y bebidas azucaradas y reemplazarlos por frutas, cereales, yogures, fibras. Previamente hay que educar a los niños, hacerlos tomar conciencia del daño que les hace comer productos con muchas calorías, conservantes, sustancias adictivas. Esto implica un cambio de conducta y nos llevará tiempo.

"El balón intragástrico no es para todos"

Las personas con obesidad mórbida sin obra social que ingresen al programa provincial tendrán acceso a las cirugías bariátricas. "El balón intragástrico será una alternativa para un grupo minúsculo: para los pacientes con obesidad leve que no responden al tratamiento con fármacos y dietas restrictivas para bajar de peso o que por diversos riesgos no puedan someterse a un procedimiento quirúrgico", aclaró el doctor Francisco D'Onofrio, responsable del Programa de Atención Integral de la Obesidad.

Este sistema consiste en la inserción -por vía endoscópica- de un dispositivo de silicona flexible en el estómago, que se llena con 400 a 700 ml de solución salina y se lo deja durante seis meses. En este período una persona puede perder entre 15 y 20 kilos en promedio. El balón proporciona sensación de saciedad precoz reduciendo la ingesta de alimentos y facilitando el cambio de hábitos y estilo de vida.

La colocación del balón intragástrico debe ir acompañado de otras medidas para obtener el éxito deseado: una alimentación sana y balanceada; la práctica de actividad física regular; el acompañamiento psicológico, la decisión de incorporar nuevos hábitos alimentarios y de estilo de vida. "El compromiso del paciente en el cumplimiento del programa son elementos fundamentales en cualquier plan para bajar", subrayó D'Onofrio.

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