Creen que los asesinos se ensañaron con el taxista porque había sido policía federal

Creen que los asesinos se ensañaron con el taxista porque había sido policía federal

El conductor fue atado de manos con un cordón, le dieron tres puñaladas en el cuello, lo arrojaron del auto y después lo atropellaron. Gassenbauer recibió a la familia del taxista. La fiscala Giannoni pidió las grabaciones de las cámaras de seguridad para tratar de develar el recorrido que pudo haber hecho la víctima antes de haber sido atacada

EN LA LEGISLATURA. En avenida Sarmiento al 500 se instalaron los taxis. LA GACETA / FOTO DE INéS QUINTEROS ORIO EN LA LEGISLATURA. En avenida Sarmiento al 500 se instalaron los taxis. LA GACETA / FOTO DE INéS QUINTEROS ORIO
07 Mayo 2013

Era un hombre solitario. Desde que se había separado de su mujer, Mario Rubén Barrientos se había refugiado en el taxi. Allí pasaba la mayor parte del día. Y fue en uno de los tantos viajes que realizó en el que la muerte lo encontró, en manos de unos ladrones.

Ayer a la mañana, los compañeros de Barrientos realizaron una protesta en plaza Independencia, pidiendo justicia por el crimen y más seguridad para poder trabajar en las calles. Los acompañaron los familiares de la víctima.

"Mario nació en Pablo Podestá, en la provincia de Buenos Aires. Hace unos 20 años se vino a vivir a Tucumán", comentó Viviana Gramajo, su prima política.

Era policía federal, y montó un pequeño negocio en Yerba Buena, junto a su esposa y su hija.

Hace siete años, Barrientos comenzó a trabajar como taxista. Se separó, y su mujer y su hija volvieron a Buenos Aires. Él decidió quedarse, y desde hacía dos años alquilaba una casa en Pellegrini al 1.300. Esa era la zona en la que solía "hacer parada" con el taxi.

"Los que quedamos con él fuimos los parientes políticos. Pero de cada 10 veces que lo invitábamos a comer, venía una. Se la pasaba en el taxi", comentó Nicolás Medina, sobrino político de Barrientos.

Lo esperó en vano

El sábado a la noche, los compañeros del barrio Independencia lo vieron en la parada de avenida Independencia y Pellegrini, según contó Medina. El último viaje registrado lo realizó a las 2. Más tarde, a las 4, tenía que ir a buscar de una fiesta a la hija del propietario del auto. Nunca llegó. Carlos Conde, el dueño del vehículo, comenzó a llamarlo incesantemente. Preocupado, se dirigió a la seccional 1ª a realizar la denuncia. El Fiat Uno que conducía el ex policía (licencia 2.378) fue hallado a las 7 en Sargento Cabral al 100, en Banda del Río Salí. Casi a la misma hora, encontraron su cuerpo en un camino vecinal de la localidad de Lolita Sur, en Los Ralos, unos 100 metros hacia adentro desde el kilómetro 25 de la ruta provincial 303.

Las manos de Barrionuevo estaban atadas con un cordón rosa. Tenía tres puñaladas en el lado derecho del cuello, y según la autopsia lo habrían arrollado con el auto, por las fracturas que tenía en sus costillas. "Él era un tipo duro. Cuando trabajaba en Buenos Aires como policía se metía en los peores lugares", comentó el sobrino político de la víctima.

Los investigadores están convencidos de que se trató de un robo, y sospechan que Barrientos se habría resistido. Cuando supieron que era policía Federal, se ensañaron, según la hipótesis que maneja la Justicia. Las fuentes consultadas comentaron que el auto no tenía el reloj taxímetro, y faltaban todas las pertenencias del chofer.

Hasta ayer no había ningún sospechoso identificado, aunque los investigadores dejaron trascender que en las próximas horas se realizarán allanamientos. La causa es instruida por la fiscala Adriana Giannoni, con la colaboración de la división Homicidios y Delitos Complejos, a cargo del oficial Jorge Dib.

Giannoni solicitó las grabaciones de las cámaras de seguridad ubicadas en distintos puntos de la capital y de Banda del Río Salí, para tratar de encontrar el posible recorrido que realizó el taxista esa noche. Además, buscan a los pasajeros que realizaron el último viaje registrado, para saber en qué zona podría haber sido abordado por los ladrones.

La protesta

Unos 200 taxis partieron ayer a las 9 desde la base de la empresa en la que trabajaba Barrientos, en avenida Belgrano al 3.300. Coparon la plaza Independencia y varias calles céntricas, reclamando más seguridad.

"No descartamos tener que suspender el servicio nocturno", expresó Ramón Lazarte. "Recorremos toda la ciudad y no hay un policía en la calle", agregó Hugo Gutiérrez. Hacia el mediodía el corte de calle se levantó, y los taxistas volvieron a trabajar, expuestos, como todos los días, a los robos.

El PE prometió más móviles para el control

Dirigentes del Sindicato de Peones de Taxi y familiares del taxista Mario Rubén Barrientos, asesinado el domingo a la madrugada durante un robo, se reunieron ayer con el ministro de Seguridad Ciudadana Jorge Gassenbauer y el jefe de Policía Jorge Racedo.

Los taxistas habían sitiado el microcentro durante la mañana, en reclamo de mayor seguridad para el sector. Los primeros en ser recibidos en Casa de Gobierno por los funcionarios provinciales fueron los referentes gremiales. Carlos Pizarro, secretario general del sindicato, informó que el objetivo de la movilización fue pedir por mayor seguridad y el pronto esclarecimiento del crimen.

"Nos prometieron que en los próximos días llegarán a Tucumán más motos y autos para la Policía, que se sumarán a la vigilancia. Además, nos solicitaron que avisemos cuando en las 'zonas rojas' no haya una guardia policial", dijo Pizarro. También señaló que se analizó la posibilidad de que en todos los taxis se instale el botón antipánico.

Por su parte, los familiares de la víctima hicieron escuchar su reclamo de Justicia. "Están trabajando en el caso. Nos ayudarán económicamente para trasladar el cuerpo a Buenos Aires, donde será sepultado", manifestó Juan José Vega, primo de Barrientos. La ex esposa y la hija del taxista llegaron el domingo a Tucumán, y ayer a la mañana estuvieron en tribunales.

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Los legisladores escucharon la queja de los choferes por los robos

La preocupación por la inseguridad y por el crimen de su colega, Mario Rubén Barrientos, llevó a dirigentes sindicales de taxistas a visitar el edificio de la Legislatura en busca de alguna respuesta que pudiera emanar del parlamento. Según fuentes de la Cámara, representantes de choferes de taxis, entre los que se encontraba Salvador Domínguez, acudieron al comité de Seguridad y Justicia, que integran los oficialistas Gerónimo Vargas Aignasse (presidente), José Teri (vicepresidente), Marcelo Caponio (secretario), Fernando Juri, José León, Gregorio García Biagosch, y la opositora Silvia Elías de Pérez (UCR). Según trascendió, los parlamentarios les entregaron a los dirigentes una copia de un proyecto de ley para declarar el estado de emergencia en la seguridad para el sector del transporte público de pasajeros. Los colegas de Barrientos harían una revisión del texto y transmitirían su opinión a la comisión.

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