Devorados por delincuentes
En tierras en las que ser autóctono está bien visto, es extraño que los funcionarios se olviden de la biblia del gaucho argentino. No es fácil saberlo de memoria, y por eso el imaginario popular ha elegido desde su salida algunas frases imposibles de olvidar. Y entre ellas está "los hermanos sean unidos, pues esa es la ley primera. Y si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera". José Hernández escribió los versos del Martín Fierro hace ya 141 años. La mayoría de los argentinos los escuchó, sin dudas. Pero, pareciera, algunos no saben interpretarlos. La pelea entre los funcionarios del Ministerio de Seguridad, Jorge Gassenbauer y Paul Hofer y el legislador Gerónimo Vargas Aignasse no hace más que poner en evidencia los reales problemas que tenemos a la hora de luchar contra la inseguridad: cada uno tira para su lado y así, los únicos que gozan y ganan, son los delincuentes. Ya sabemos quiénes pierden.

Vargas Aignasse hace rato que dejó de disimular que su sueño de ser intendente de la capital quedó relegado por el de ministro de Seguridad. Despunta el vicio presidiendo la comisión de Seguridad de la Legislatura y con su programa Alerta Tucumán, que reparte alarmas y botones antipánico entre los vecinos, en lo que es una verdadera campaña electoral, antes de la campaña electoral.

Los ministros de José Alperovich, al menos los que tienen a su cargo resguardar las vidas y los bienes de los tucumanos, son afectos a los anuncios rimbombantes. No se salvaron de este defecto ni Pablo Baillo, ni Mario López Herrera ni ahora Gassenbauer. Con dinero en el bolsillo salieron a comprar. A los autos, armas, sistemas de comunicación y cámaras, ahora se sumó el anuncio de la implementación del sistema que todos conocimos por la televisión (¡call nine, one, one!, se grita en muchísimas películas). Hofer, tal vez pretendiendo encender el optimismo, aseguró: "Con el 911 no quedará llamado sin atender y la respuesta será inmediata". La frase, en principio, y teniendo en cuenta cientos de experiencias, suena altisonante. Su jefe, el ministro Gassenbauer, se metió de lleno en la discusión y también le pegó al legislador: "una alarma donde el vecino tiene que salir a defenderse no es lo que una provincia, digna como Tucumán, necesita. Nosotros necesitamos que al ciudadano lo defienda el policía y para eso está el 911. Una vez que suene, sabremos en cuánto se atendió y cuánto tiempo se da la respuesta de la Policía".

No es la primera vez que Vargas Aignasse queda envuelto en una polémica con sus compañeros del bloque Tucumán Crece. Ya le pasó con Marcelo Caponio, quien lo "durmió" al presentar un proyecto de modificación de la actual inconstitucional Ley de Contravenciones, pero que, como no parece ser prioridad para el Gobierno, al final quedó en la nada.

Y mientras los hombres que deberían preocuparse por proteger a los tucumanos se enfrascan en una polémica poco productiva, los que se aprovechan de eso no se detienen. Y si no, que lo diga Leonardo Leiro, a quien asaltaron a punta de pistola el jueves a la noche en un local de Junín al 400, a tres cuadras de la Brigada de Investigaciones y de la Regional Capital. El comerciante hizo lo que el Gobierno, a pesar de los anuncios, no cumple: grabó a los delincuentes con una cámara propia. En el moderno Centro de Monitoreo de la Plaza Independencia ni se enteraron.

Y si los a pesar de ser "hermanos", no les importa pelearse y dejar que ganen los de afuera, acá va otra frase del Martín Fierro: "muchas cosas pierde el hombre, que a veces las vuelve a hallar. Pero les debo enseñar, y es bueno que lo recuerden: si la vergüenza se pierde, jamás se vuelve a encontrar".

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