El verde de la libertad
"Yo vivía en el bosque muy contento, caminaba, caminaba sin cesar / Las mañanas y las tardes eran mías, a la noche me tiraba a descansar / Pero un día vino el hombre con sus jaulas, me encerró y me llevó a la ciudad / En el circo me enseñaron las piruetas, y yo así perdí mi amada libertad." (El Oso - 1970 - Moris)

Algunas cosas, hasta que no las perdemos, no las valoramos. La libertad es una de ellas. Incluso, la libertad para algo tan simple como salir hasta el quiosco a comprar un caramelo. En 1989, cuando hice el Servicio Militar Obligatorio (SMO), viví en carne propia la pérdida de la libertad. Al ingresar tuve que entregar el DNI y me lo devolvieron cuando salí de baja. Llegué a pasar varios meses encerrado en el cuartel, sin salir a la calle. Sólo volví a sentirme dueño de mi libertad, el día que me entregaron el DNI y me firmaron la baja definitiva.

"En un pueblito alejado, alguien no cerró el candado / era una noche sin luna y yo dejé la ciudad."

Cuando crucé el portón y pisé la vereda, sentí una bocanada de aire puro. Qué hermosa sensación. En ese momento, me sentí pisando el verde de la libertad, igual que el oso de la canción de Moris.

"Ahora piso yo el suelo de mi bosque, otra vez el verde de la libertad / Estoy viejo, pero las tardes son mías, vuelvo al bosque, estoy contento de verdad."

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