Cinco razones para creer en "Los vecinos en guerra"

Cinco razones para creer en "Los vecinos en guerra"

Los flashbacks, la música de la nostalgia y el amor ideal son -otra vez- las claves de la nueva ficción de Telefe.

PROTAGONISTAS. Amigorena tensionará la relación entre Wexler y Torres. PRENSA TELEFÉ. PROTAGONISTAS. Amigorena tensionará la relación entre Wexler y Torres. PRENSA TELEFÉ.
Para quienes siguen y disfrutan de la televisión, la temporada 2013 empezó realmente el lunes. El control remoto pudo haber enloquecido esa noche, en parte por hechos programados desde hace cuatro meses ("Graduados" no había terminado aún cuando se empezó a bosquejar su sucesor); en parte, por cuestiones fortuitas (el escándalo político que involucra a los maridos de Karina Jelinek e Iliana Calabró se aseguró su lugar en "Infama" y "Duro de domar"). Como condimento, había también expectativas en torno a la reacción de Beto Casella por el sorpresivo despido de uno de los productores de "Bendita". Pero el canoso resumió su bronca en un faltazo solidario, y Canal 9 salió a pilotear el prime time con una película resignada.
En medio de todos esos berrinches para llamar la atención del público, "Los vecinos en guerra" chilló más alto. No sólo porque fue lo más visto del lunes, sino también porque logró mantener el interés de los espectadores desde los primeros segundos, cuando aclaró que, además de los gags prometidos, la ficción estará cruzada por el enigma. Y, sobre todo, legislada por la calidad. ¿Cuál es el secreto de la nueva apuesta de Sebastián Ortega? Según lo poco que se pudo ver, calcar los componentes de la fórmula que dio éxito a "Graduados". A saber:

- Los flashbacks: pero esta vez a la década del 90, la época en que Mecha (Eleonora Wexler) se dedicaba a la delincuencia junto con su novio Axel (Mike Amigorena) y el peligroso Ciro (Luis Ziembrowski). En la fuga tras un robo fallido, la ladrona conoce al pelilargo Rafa (Diego Torres). Y entonces la pantalla se tiñe de negro y la próxima escena tiene lugar en la actualidad, es decir, 20 años después, cuando ya están casados. Ese hueco de información se rellenará mediante constantes viajes a costumbres y estéticas pasadas.

- La música: así como en "Graduados" fue Air Supply, Cheap Trick y Europe, la nueva ficción promete rescatar del baúl a La Zimbabwe y temas muy (muy) viejos de Alejandro Lerner y Los Auténticos Decadentes, entre otros. La estocada nostálgica está garantizada.

- Las participaciones estelares: la del primer capítulo fue una demostración soberbia. El invitado especial fue Antonio Gasalla, rescatado por Ortega de su nebuloso paso por "Show Match". Todo un símbolo. 

- El amor ideal: no habrá otros Loli y Andy nunca más, pero Mecha y Rafa compran al espectador. Después de todo, es la historia del chico sencillo y trabajador que -sin saberlo- ha convertido a la delincuente para formar una familia feliz y amiguera. "Nosotros nos contamos todo, no hay secretos", dice él, y sintetiza así su realidad y su inocencia. 

- Identidades dobles: Mecha será encantadora, pero es la gran mentirosa de la trama. Ni siquiera se llama Mercedes. Pero todo empeora cuando su ex, rodeado por una familia falsa, se le instala enfrente de su apacible cotidianidad. 

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