05 Abril 2013
HACIENDO CÁLCULOS. Un incremento en el pago mensual obligaría a una franja de monotributistas a convertirse en responsables inscriptos. REUTERS
El Monotributo es un impuesto caro para el que lo necesita y barato para el evasor que se esconde bajo ese régimen. Por lo tanto, si la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) decide subir la cuota y no actualizar las escalas, estará firmando el certificado de defunción al sistema simplificado. Con ese concepto coinciden los expertos consultados por LA GACETA acerca del anuncio del titular del organismo, Ricardo Echegaray, respecto de que se analiza subir el componente correspondiente a obra social y al sistema previsional, lo cual redundaría en un alza del monto total a pagar por mes. En cambio, el propio funcionario dejó en claro que no se evalúa aumentar las escalas, que se inician con una facturación anual de $ 24.000.
"Si ese es el criterio, el sistema está en riesgo, porque habrá más pequeños contribuyentes marginales, al ver que no les conviene", indicó a LA GACETA el ex jefe de la DGI, Luis María Peña. Según el especialista, la actitud de la conducción de la AFIP tira por echa por tierra las bondades que se habían previsto al lanzar el sistema simplificado, de que los verdaderos pequeños contribuyentes cumplan con su deber cívico de abonar los tributos. "Así, estamos asistiendo al final del Monotributo", enfatizó.
Una opinión similar es la de la presidenta del Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Tucumán, Patricia Manso. "En el fondo, aumentar el precio de la cuota no hace más que presagiar la eliminación del Monotributo", consideró. El régimen permite a la franja de menor facturación concentrar en un único tributo el ingreso de un importe fijo, que está formado por un componente previsional y otro impositivo. "A muchos pequeños contribuyentes se les hará difícil sostenerse en el régimen, facture o no", dijo Manso.
El experto Carlos Yatzkaier, en tanto, insistió en que el Monotributo está mal concebido desde su nacimiento. "No se corrigen los defectos de origen y, a juzgar por las medidas anunciadas, sólo se busca alcanzar una mayor recaudación", indicó.
A su criterio, la AFIP debería eliminar las escalas del régimen, convirtiéndolo en un impuesto equitativo, en el que todo el mundo pague el 10% de la renta en concepto de tributo integrado.
"Si ese es el criterio, el sistema está en riesgo, porque habrá más pequeños contribuyentes marginales, al ver que no les conviene", indicó a LA GACETA el ex jefe de la DGI, Luis María Peña. Según el especialista, la actitud de la conducción de la AFIP tira por echa por tierra las bondades que se habían previsto al lanzar el sistema simplificado, de que los verdaderos pequeños contribuyentes cumplan con su deber cívico de abonar los tributos. "Así, estamos asistiendo al final del Monotributo", enfatizó.
Una opinión similar es la de la presidenta del Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Tucumán, Patricia Manso. "En el fondo, aumentar el precio de la cuota no hace más que presagiar la eliminación del Monotributo", consideró. El régimen permite a la franja de menor facturación concentrar en un único tributo el ingreso de un importe fijo, que está formado por un componente previsional y otro impositivo. "A muchos pequeños contribuyentes se les hará difícil sostenerse en el régimen, facture o no", dijo Manso.
El experto Carlos Yatzkaier, en tanto, insistió en que el Monotributo está mal concebido desde su nacimiento. "No se corrigen los defectos de origen y, a juzgar por las medidas anunciadas, sólo se busca alcanzar una mayor recaudación", indicó.
A su criterio, la AFIP debería eliminar las escalas del régimen, convirtiéndolo en un impuesto equitativo, en el que todo el mundo pague el 10% de la renta en concepto de tributo integrado.
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