Ese "amigo del alma"

Ese "amigo del alma"

El sobrepaso desautorizado por Red Bull de Vettel a Webber en Malasia todavía tiene vida: tirón de orejas mediante, el tricampeón del mundo se vistió de villano en una película que generalmente lo tiene como héroe.

02 Abril 2013

Es mentira que el tiempo cura las heridas. Al menos no necesariamente en la Fórmula 1. En ocasiones, una cámara de tortura para pilotos cuyos sueños trascienden la realidad. La amistad de papel entre compañeros terminó resquebrajándose incluso hasta crear una revolución externa e interna. Pasó hace 10 días en Sepang, Malasia, durante la segunda carrera de las 19 que tiene temporada. La polvareda se levantó con un cruce verbal, un reto público de látigo puro, culpa de una maniobra prohibida. En Red Bull, el imbatible, el panorama se tiñó de gris antes de que la tormenta tomara proporciones bíblicas. Mark Webber, el presumible y eterno escudero del tricampeón del mundo, el alemán Sebastian Vettel, vio cómo la orden estratégica impuesta por la casa austríaca, antes de que las luces rojas previas a la largada se apagaran en Sepang, se esfumaba con un sobrepaso peligrosísimo del actual rey de la F1.

Vettel, el mimado, el monarca que puede romper el récord de siete títulos de Michael Schumacher hizo oídos sordos a la regla de "no sobrepaso" de Red Bull y se adelantó a Webber. Esa maniobra pudo haber terminado en tragedia, en toque entre los dos autos y en abandono múltiple. Esa acción temeraria del "Joven Maravilla" significó el destape de una olla conocida por todos: las órdenes de los equipos, reglamentadas en 2001, son válidas y están para acatarlas.

"El que salía primero de los dos del último repostaje de neumáticos era el que debía ganar", se dijo desde el búnker de la bebida energética. Ese fue Webber, pero terminó segundo. El australiano no desoyó el reglamento, su compañero sí. El podio fue un velorio, un ritual inevitable de tres hombres obligados a estar allí con sus caras largas. En ese tándem también estuvo el inglés Lewis Hamilton, de Mercedes, quien se subió al tercer escalón del podio sólo porque desde su team le prohibieron el paso a su compañero, el alemán Nico Rosberg, que tenía auto de sobra para pasar al moreno y hasta, quién dice, pelearle el Nº 2 a un Webber que venía en llamas después de haber sido traicionado por su coequiper.

"Podría haber ganado, pero el equipo tomó una decisión y bajé el ritmo. Y al final Sebastian tomó sus propias decisiones". Webber no dudó en dejar al descubierto lo que ya se había visto en carrera durante la conferencia de prensa. "Mark es demasiado lento, sáquenlo de mi camino", dijo Vettel antes de superar al australiano. Al rato, llegó la guillotina. "Decidió oír lo que él quiso", decía Christian Horner, el jefe de equipo de Red Bull, soltándole la mano a su mejor volante. "La intención del equipo era que Mark ganara esa carrera", declaraba luego Horner, cerrando cualquier especulación.

El tsunami no terminó allí. Los medios europeos liquidaron a Vettel. ¿Era o es para tanto? "Sin duda engañado por el síndrome del niño mimado", tituló "Liberation", de Francia. "Ahora tiene que vivir con la imagen de un imprudente egoísta que sólo se acuerda de su equipo cuando está en desventaja", señaló el "Süddeutsche Zeitung". "Una guerra civil en Red Bull", fue más allá "The Guardian", con razón.

Autitos chocadores
La puja interna entre Webber y Vettel data de 2010. En Turquía, Vettel chocó a Webber cuando iba primero y debió abandonar. El aussie arañó un tercer puesto. 

Silverstone 2010: Webber se quejó públicamente se sufrir desventajas porque tuvo que ceder un alerón delantero a Vettel. Después de su victoria, dijo por radio: "no está mal para un número dos...".

Abu Dhabi 2010: Webber, con mejor puntuación en el Mundial, se enfadó con Vettel después de que el teutón ganara en San Pablo la penúltima carrera. Confiaba en la ayuda de su compañero, que finalmente fue campeón.

La guerra salta a Silverstone 2011 y Brasil 2012, donde Webber acosó a Vettel en salida y el alemán chocó poco después con Bruno Senna. Cayó al último lugar, pero se proclamó tricampeón gracias a una gran remontada.

Mientras Webber fue a tratar su depresión con su tabla de surf en las playas de su país, Vettel debió continuar con su gira mediática de disculpas. Se ha disculpado en persona ante los empleados de Red Bull. "Ha dicho que no puede dar marcha atrás al reloj, pero ha aceptado que lo que hizo está mal", comentó Horner, sobre Vettel, quien fue a la fábrica de Milton Keynes para hablar con los trabajadores de la escudería. "Ha pedido disculpas al equipo y a cada miembro del personal porque admite que el equipo es vitalmente importante y ser parte del equipo es un aspecto crucial para poder competir en estos campeonatos". Vettel seguirá cargando su cruz al menos hasta que Webber logre un triunfo, que desde Red Bull esperan sea este fin de semana en China. Mientras tanto, en una etapa en la que se habla de la posible salida del australiano del equipo en 2014, en Red Bull intentan volver a calmar las aguas. El resto, en cambio, reza para que sigan agitadas y se convierta en una historia sin fin.

La chance
"En vez de preocuparse de los otros chicos en la pista, se preocupan de lo que hace el compañero de equipo. Esperemos que eso nos ayude", no dudó en decirlo el británico Jenson Button, que agregó, como poniéndole sal a la herida: "eso va a hacerle daño a largo plazo. Me sorprende que lo hiciera (por Vettel)". 

"Todos queremos ganar, pero Sebastian corre para Red Bull y ellos tienen la palabra. Él se benefició muchas veces de eso", dijo el campeón de 2009, dejando en evidencia que a Vettel eso podría costarle caro también.

Desde Alonso-Hamilton 2007, Pironi-Villeneuve 92, Prost-Arnoux 92 o Reutemann-Jones 81 que la Fórmula 1 no vivía una pelea tan expuesta como la de Webber-Vettel. En China se verá si Red Bull está en orden. En rigor, cada sonrisa esgrimida por sus protagonistas será una gota de esperanza hacia la paz.

El rey del circo sale en defensa de Vettel: "habría hecho lo mismo"

Cuando todos quieren un pedazo de Sebastian Vettel, Bernie Ecclestone, el mandamás de la Fórmula 1, va contra la corriente y sale en defensa del "Joven Maravilla". Y lo hace sin vueltas. 

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"Si yo hubiera sido Sebastian Vettel, después de ganar tres títulos mundiales para el equipo y me empiezan a dar instrucciones por radio, probablemente habría hecho exactamente lo mismo. Yo habría dicho: sé lo que estoy haciendo", declaró Ecclestone a "Sky Sports". "Como suelo decir: muéstrenme un buen perdedor y mostraré un perdedor. Pero Sebastian no es un perdedor. Él es un ganador", añadió el "Rey". 

Ecclestone se mostró en desacuerdo con la opinión del ex piloto de F1 John Watson, que recomendaba a Red Bull suspender por una carrera a Vettel. "Yo no pensaría en nada semejante. Yo le diría a Sebastian: en el futuro no me hagas quedar como un idiota". A la yugular fue Bernie, un genio que no tiene reparos en dejar barrer la diplomacia e ir directamente al grano con la mayor sinceridad posible. "A Red Bull no le importa quién gane. Lo que quiere es ganar el campeonato. ¿Qué diferencia tiene para ellos que gane uno u otro?", se preguntó Ecclestone.

¿Sigue Mark?
Con contrato hasta diciembre, la incógnita de si Webber -en agosto cumple 37 años-, seguirá o no en Red Bull es bastante grande, pese a que el dueño de Red Bull, Dietrich Mateschitz, ve con buenos ojos la renovación del australiano. 

"Mark es, sin dudas, candidato para 2014", dijo el empresario, aunque también dejó la puerta abierta para muchos pilotos, incluido el finlandés Kimi Raikkonen, hoy en Lotus.  "Kimi es 'cool' y veloz, siempre un candidato", dijo el millonario austríaco. 

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