Juntos pero disgustados

Juntos pero disgustados

Mala relación entre Javier López y La Madrid

JAVIER LÓPEZ. Pistolas que pertenecieron al gobernador y que conservan actualmentre sus familiares. LA GACETA / ARCHIVO JAVIER LÓPEZ. Pistolas que pertenecieron al gobernador y que conservan actualmentre sus familiares. LA GACETA / ARCHIVO
En 1826, Gregorio Aráoz de La Madrid (1795-1857) derrocó al gobernador Javier López (1794-1836). Por este y otros motivos, ambos militares tucumanos se tenían recíproca antipatía. Sin embargo, los dos pertenecían al bando "unitario" y lucharon juntos, a órdenes del general José María Paz, en la batalla de La Tablada, en Córdoba, que fue una de las acciones bélicas más importantes de la Liga del Interior. A propósito de esa batalla, La Madrid narra, en sus "Memorias", detalles de la tensa relación con López.

Cuando llegó de Tucumán y entró al campamento de Paz, fue a saludar a López. "Le di un abrazo que correspondió de no buena gana, y se salió al poco instante", dice. La Madrid le ofreció incorporarse a su división, pero López no lo admitió, y procedió además a disolver rápidamente los grupos de sus soldados que se reunían en torno al comprovinciano. Enconado, La Madrid cuenta que López "se daba en su campo más tono que nuestro general: estaba sentado en uno de los varios asientos que había traído preparados desde Tucumán y que siempre estaban prontos, así que acampaba, no menos que una mesa de tijera a su lado".

A pesar de estos roces, López y La Madrid formaron juntos en la victoriosa acción de La Tablada, el 22 de junio de 1829, donde fue derrotado el caudillo riojano Juan Facundo Quiroga. Durante la batalla, mandaba La Madrid la columna derecha y López la izquierda. Ésta, dice Paz en el parte, se componía de las fuerzas de Tucumán, "cuyos cuerpos eran dirigidos por los coroneles Paz, Lobo y el teniente coronel Murga".

El general elogiaba el papel de La Madrid, pero destacaba especialmente el de López quien, dice, "después de varias cargas dadas y recibidas con intrepidez por el cuerpo de tucumanos, arrolló el ala derecha enemiga, arrojando de su frente a los que se atrevieron a buscar o esperar el choque de sus fuerzas".

En suma, dice Paz, "el señor general don Javier López, con su división, ha cooperado eficazmente al triunfo de la campaña. Él y su provincia han prestado un servicio al que debe quedar eternamente reconocida la provincia de Córdoba". En el campo quedó muerto uno de los oficiales tucumanos, el capitán Dionisio Mendivil.

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