Reservar un lugar en casa para los libros es fundamental

Reservar un lugar en casa para los libros es fundamental

Para formar nuevos lectores el mejor de los inicios es dar el ejemplo

A MANO. Es importante que los niños puedan elegir el libro que les guste.  DYN (ARCHIVO) A MANO. Es importante que los niños puedan elegir el libro que les guste. DYN (ARCHIVO)
02 Abril 2013
Los libros infantiles hablan, hacen luces, vienen con botones y con ilustraciones brillantes y grandes. En el afán de competir con los contenidos audiovisuales sus páginas se han vuelto más atractivas. Pese a esto hay cuentos que nunca van a pasar al olvido y que con cada reedición inauguran nuevos y pequeños lectores.

Hoy se celebra el Día Internacional del Libro Infantil en homenaje a Hans Christian Andersen, escritor danés. Entre sus relatos infantiles encontramos "El patito feo", "El traje nuevo del emperador", "La reina de las nieves", "Las zapatillas rojas", "El soldadito de plomo", "El ruiseñor", "La sirenita", "El ave Fénix", "La sombra", "La princesa y el guisante". En ciudades de todo el mundo se desarrollan actividades que buscan acercar la lectura a los chicos. Desde actos escolares hasta encuentros en bibliotecas y concursos.

"¿Cómo un niño se vuelve lector? No sé. Desde chicos nos quedan escenas de lecturas. Me acuerdo de una tía que cuando leía lloraba y yo le preguntaba por qué, y ella me contestaba que era por la novela. Entonces yo no veía las horas de leer 'Cumbres borrascosas'", recuerda Ana García Guerrero, coordinadora de talleres literarios del grupo Mandrágora.

Ese tipo de disparador o las señales que los adultos dan son lo que los chicos van internalizando, lo que los lleva a ver los libros como algo cercano.

En los talleres -cuenta Ana- lo primero que se busca es sacarle el envoltorio al libro, eso que le ponen en la escuela. "Alejarlo de la consigna, que luego se transforma en tarea y esa tarea en evaluación y, a su vez, en una nota. ¿Qué tiene que ver todo eso con la lectura?", se pregunta.

A cuántos chicos les sucede que vinculan la lectura con el tedio del estudio y de las materias. "Hemos perdido el importante camino de encontrarnos con los textos", agrega Ana. Esa riqueza de no saber dónde terminará todo y cómo el relato nos transformará después de transitarlo.

No hay recetas mágicas para inculcarles el gusto por los libros, pero sí hay ciertas cosas que se pueden tener en cuenta. En una casa en la que se lee es muy probable que los niños adopten esa costumbre sin darse cuenta. "Además hay que reservarles un lugar a los libros, aunque sea una minibiblioteca. ¿Dónde van a parar los libros si no hay lugar para ellos? En la caja de juguetes", añade Ana.

Difícilmente los educadores que no leen y no sienten pasión por la lectura podrán encender el fuego en los niños. Sin embargo, la tallerista señala que en los últimos años vio que los chicos llegan con otra actitud frente a la lectura. "Antes los tocaban con miedo. A nosotros nos gustan los libros vividos, ajados, porque significa que ellos han podido acercarse sin problemas", explica.

Ella prefiere no recomendar lecturas, porque asegura que la elección tiene que surgir del niño. "En una charla con el librero, donde él le explique lo que le gustaría leer y otro le recomiende", señala Ana.

Quizás este día sea una buena excusa para comprar o desempolvar algún libro que haya quedado en tu memoria y que quieras compartir con tus hijos.

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