Al "Finado" Arrieta acuden los bebedores

Al "Finado" Arrieta acuden los bebedores

José Lino Arrieta fue encontrado muerto en 1949. Su afición al alcohol le hizo ganar la fama de "Santo de los bebedores".

CARPETAS Y ALCOHOL. Las velas causan incendios en la tumba. LA GACETA / FOTO DE DANIEL FERNANDEZ CARPETAS Y ALCOHOL. Las velas causan incendios en la tumba. LA GACETA / FOTO DE DANIEL FERNANDEZ

En el cementerio de Río Seco hay un rincón destinado a la veneración. Matas de pasto quemado y velas carbonizadas son los restos de una hoguera de plegarias y alcohol. Sobre la tumba se amontonan carpetas, rosarios, paquetes de cigarrillo, botellas, copas y muñecos de los promesantes.

José Lino Arrieta fue encontrado muerto en 1949. Su afición al alcohol le hizo ganar la fama de "Santo de los bebedores", aunque también se ha vuelto popular entre los estudiantes. Carlos Ruiz, empleado del cementerio, tiene plena fe en el santo. Cierta vez que su hija de 22 años no podía aprobar una materia, le recomendó que visitara al "Finado". Ahora no se olvidan de ofrecerle una botella de alcohol.

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Héctor Roldán, subdelegado comunal de Río Seco, cuenta que muchos visitan la tumba para dejarle obsequios. "Viene gente de muchos lugares de la provincia y hasta de Buenos Aires", asegura. Es que la fama de sus milagros y la simpatía de este santo que cobija a los amantes del vino lo han vuelto popular. No por nada su antepasado romano, Baco, fue el más reverenciado de los dioses.

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