Ni la gruta salva del saqueo a la plaza de Villa Belgrano

Ni la gruta salva del saqueo a la plaza de Villa Belgrano

El paseo tiene cerca de 30 años. En 2009 lo remodelaron. Antes los vecinos ponían dinero para mantenerlo, pero el vandalismo pudo más.

SIN RISAS. Las hamacas no duraron ni un año y las arrancaron. Ya nadie va a cortar el pasto y es un basural.  LA GACETA / FOTOS DE MARíA SILVIA GRANARA SIN RISAS. Las hamacas no duraron ni un año y las arrancaron. Ya nadie va a cortar el pasto y es un basural. LA GACETA / FOTOS DE MARíA SILVIA GRANARA
06 Marzo 2013
La plazoleta es conocida como María Reina de la Paz a causa de la gruta que está sobre la calle Agustín Maza al 100, en el barrio Villa Belgrano. Ese espacio verde tiene tres décadas y nació junto con el barrio. Es un paseo fresco, sombreado y silencioso que atraviesa una manzana y fue pensado como el pulmón verde de la zona. Leonor Villane dice que "ni loca" cruza por ahí de día y mucho menos de noche. Los vándalos se han encargado de saquear la plaza de forma sistemática. Primero rompieron las 19 tulipas del alumbrado, luego arrancaron las hamacas y fueron destruyendo todo lo que estaba a mano. De a poco los yuyos se llenaron de basura. "Hace dos semanas que no limpian y no cortan el pasto. Es muy peligrosa y por la noches se juntan en motos a tomar", comenta.

Antes, entre los vecinos juntaban plata y compraban los focos para la plaza. Dejaron de hacerlo porque no duran ni 24 horas. Hilda Monteros, presidenta del centro vecinal, se acuerda de que en los primeros tiempos la plaza tuvo un sereno. También hubo una época en la que la misma cuadrilla que mantenía el parque Guillermina iba a arreglar la plaza. En 2004, cuando se inauguró la gruta hubo una misa y una bendición. Se juntaron todos los vecinos e hicieron una fiesta. En 2009 la remodelaron y la dejaron como nueva: más farolas, más juegos infantiles, bancos y la caminería impecable. "No duró ni un año y empezaron a destruirla", cuenta Hilda. Ella se hizo cargo del centro vecinal en 2003.

Al principio, las rifas eran suficientes para ir reparando los daños, pero luego el saqueo le ganó la carrera a las buenas intenciones de los vecinos. Les pareció que era plata desperdiciada seguir comprando focos si nadie de la Municipalidad los ayudaba.

"Llamé muchísimas veces a Espacios Verdes y les dije que no se podía seguir viviendo así. Me prometieron hace dos semanas que vendrían los de Alumbrado Público a colocar nuevos focos, pero nada", comentó.

Con la plaza semiabandonada ese lugar también se convirtió en un sitio inseguro. Roban a todas horas, coinciden los vecinos. "Un día rompieron el vidrio de la gruta para sacar una moneda de 25 centavos. Hasta la imagen de la Virgen se quieren llevar", agregó Hilda.

El barrio tiene una extensión de 37 manzanas y a cientos de familias con niños les gustaría aprovechar la plaza de la gruta como lo hicieron en el pasado.

Sobre uno de los caminos principales hay una rayuela con los colores despintados. A pocos metros un cementerio de envases tetra-brik y los restos de las tulipas redondas del alumbrado. Yuyos, escombros y restos de comida, en un sitio en el que debería haber risas y juegos.

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