"Aprender a desterrar la violencia de nuestras vidas"

"Aprender a desterrar la violencia de nuestras vidas"

29 Noviembre 2012

Myriam Figueroa - Psiquiatra

Obviamente, este hombre no estaba bien. Una persona que comete un acto de esta naturaleza tiene un problema previo que no se detectó hasta ahora. Tal vez una situación de crisis hizo que ahora haga eclosión, y llegamos a esta desgracia. Esto no es algo que le pueda pasar a cualquier persona. Todos tenemos situaciones de crisis, pero sabemos manejarnos y nuestras conductas van para otro lado.

Reaccionar de esta manera por una posible discusión con la pareja es un evento poco frecuente. Está claro que tenía problemas de base en su personalidad que lo hizo funcionar así, sin controlar sus impulsos; y dentro de esta impulsividad se suicidó al ver el daño que hizo.

Hay una patología previa que operó. Podría haber sido depresivo o tener un trastorno de personalidad violenta, son muchas las posibilidades. Lo que sí se puede detectar es un umbral bajo de reacción ante la imposibilidad. Cuando esto pasa, se enoja, se enfurece o se violenta por cosas que el sentido común nos indica otro tipo de reacción. El sentido común es el parecer de la mayor cantidad de gente. Si tiene un umbral de sensibilidad bajo que lo hace reaccionar de manera violenta, es una forma de detectar estas patologías.

Pero la sociedad no se tiene que espantar, pensando que cualquiera puede matar a los hijos porque se enoje o algo salga mal. Reitero, hay un problema previo que no fue detectado. El punto está en estar atentos a lo que nos pasa como sociedad, con el nivel de violencia con el que nos estamos manejando. Esto uno lo ve, por ejemplo, al conducir en la vía pública. Se maneja con prepotencia, con soberbia, con insultos groseros, cuando uno podría manejarse de otra manera. Hemos perdido las normas de buena educación. Socialmente la violencia y la agresividad están muy instaladas, y son tomadas como algo normal.

¿Qué nos puede quedar de este caso? Aprender a tratar de desterrar la violencia de nuestras vidas en todo lo que sea, desde lo más pequeño, desde cuando decimos una mala palabra hasta cuando elevamos la voz con alguien cercano. No todos matamos a un niño porque estamos en crisis, pero lamentablemente estamos acostumbrados a vivir en violencia y a veces la vemos como graciosa.

Publicidad
Comentarios