Las LED cambian la "foto" del espacio aéreo con luz intensa y movimiento

Las LED cambian la "foto" del espacio aéreo con luz intensa y movimiento

Presentadas como monitores de TV, las nuevas pantallas marcan una nueva forma de hacer publicidad de tipo callejero. Brillan más que el neón y el tubo fluorescente, y por eso causan malestar en la visual de conductores y peatones.

HASTA EL CIELO. Las LED opacan la gigantografía estática tradicional. LA GACETA / FOTOS DE ENRIQUE GALINDEZ - ARCHIVO HASTA EL CIELO. Las LED opacan la gigantografía estática tradicional. LA GACETA / FOTOS DE ENRIQUE GALINDEZ - ARCHIVO
Hay ciudades que desde hace tiempo se han convertido en símbolos publicitarios. Paisajes urbanos típicos, iluminados, como los de Las Vegas, Shangai, Tokio o Nueva York. Los carteles luminosos estáticos que conviven con las imágenes radiantes en movimiento dentro de pantallas de alta definición y en movimiento marcan una nueva tendencia comunicacional. Buenos Aires va por ese camino; y en San Miguel de Tucumán la nueva tecnología LED comienza a crecer en esquinas estratégicas como Santiago y 25 de Mayo, 24 de Septiembre y Muñecas, Casal y, a lo largo de las avenidas Mate de Luna y Aconquija, hasta Yerba Buena, modificando el paisaje urbano.

Lo nuevo y lo viejo

La cartelería tradicional que tan bien se ha montado gracias a la iluminación fluorescente y las luces de neón, convive ya con las pantallas que, además de encender el brillo a alta intensidad, ofrecen imágenes con colores definidos y en movimiento. Para los publicistas, son el comienzo de una nueva forma de comunicar. Con ellas venden de todo, explotando al máximo la creatividad. Son el producto de un desarrollo tecnológico que, según los especialistas, ofrece múltiples variantes y amplias posibilidades.

El problema que se plantea es hasta qué punto una ciudad puede dejarse envolver con este flash lumínico que enceguece y distrae la visual de conductores y peatones. Los límites no están definidos aún. De hecho, no hay legislación municipal que arbitre en esas fronteras: la mayoría de las pantallas LED están ubicadas en propiedades privadas -como los grandes carteles estáticos de propaganda-, pero sus efectos trascienden la vía pública y ocupan el espacio aéreo.

Desde una simple publicidad de una tarjeta de crédito, pasando por las ofertas de los shoppings, hasta los avances de la serie televisiva "Graduados", todo lo que se ofrece y se vende está en las pantallas LED.

Llaman la atención

No pasan inadvertidas para nadie. Conductores y peatones afirman que no pueden dejar de mirar las imágenes por lo novedoso: tienen movimientos y eso llama la atención, comentó Abel Moreno, quien desde su motocicleta parada ante el semáforo en rojo de la esquina de Mate de Luna y Camino del Perú confiesa que a veces lo distrae.

"Para mí no hay peligro, es que ya estamos acostumbrados; al comienzo fue la novedad, ahora ya no", comentó Omar Robles, chofer de la línea 118. Pero según el taxista Carlos Armas, las pantallas son muy brillosas. "No sé si son peligrosas para la visión, pero en algo molesta para la concentración y a veces te confunde con la luz de los carteles fijos y la de los semáforos", opinó María Cristina Ortiz, antes de cruzar la esquina de Mate de Luna y América.

Los especialistas advierten que si bien por ahora no son tantas, en unos cuantos meses, cuando los políticos salgan a hacer publicidad electoral, la invasión LED podrían afectar el paisaje urbano.

"No existe legislación ni ordenanza que las regule, y es sabido que el avance de la tecnología comunicacional sucede mucho más rápido que las agendas de planificación urbana", sostuvo Eduardo Yasán, especialista del Instituto Nacional de Tecnología Industrial.

En diálogo con LA GACETA, el experto explica que las LED -como el monitor de una computadora, pero de mayor tamaño- llegaron para quedarse y para perfeccionar la nueva tendencia de comunicación y marketing.

Yasán se entusiasma al señalar las ventajas de estas pantallas que surgieron, discretas, hace 15 años, como lámparas de color, y con efectos de imagen muy pixelada.

"Hasta ahora, toda la publicidad era estática, y fue mejorando con las luces de neón, y luego con la introducción del color y del movimiento. Hoy las LED son sinónimo de alta gama en el mercado publicitario", consigna.

Ventaja ecológica

"Las ventajas de estas pantallas -que son colocadas sobre algún techo o edificio- es su duración, y la calidad cromática. Esto plantea una cuestión ecológica porque este tipo de iluminación no contiene mercurio, y no genera mayores costos energéticos como los tubos de neón de alta tensión con más de 5.000 voltios, y cuyo envejecimiento es prematuro. A los fluorescentes, en dos o tres años hay que cambiarlos. Las LED -amplió- pueden reproducir cualquier imagen, una pauta publicitaria, programas de conciertos con imagen y sonido y hasta un evento deportivo".

"Habrá ver cuál es el impacto que tienen estas pantallas en la ciudad", advierte el urbanista Rafael Caminos. "No es fácil de regular porque están ubicadas dentro de propiedades privadas, y eso está permitido. Lo que hay que ver es cómo impacta en el espacio visual; qué efectos causa la intensidad lumínica y si es factible regular el brillo. Lo que no me imagino es cómo será a futuro. Por ejemplo, si a todos los políticos se les ocurre hacer propaganda con las LED el año que viene estaremos ante una posible contaminación visual si no es regulada a tiempo", opinó.

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